CAPITULO 13.-
El Parlamento era un lugar donde se había perdido las
formas que durante tantos años le habían dado prestigio y sus escaños se habían
visto alterados por la aparición de los diputados de la nueva formación de Podemos
que habían sido votados por una cantidad no muy significativa de ciudadanos,
pero si suficiente para entrar en esa Institución y con su juventud, su forma
de vestir, con los vaqueros y las camisetas como parte fundamental de su
vestuario y sus ideas, para muchos revolucionarias, hacían que el Parlamento se
hubiera transformado en una plataforma de insultos, improperios, malas artes en contra del Partido Popular y de su Presidente
el Sr. Rajoy que con su sorna gallega, era el único que imponía un poco de
sentido común en sus decisiones. Su partido había obtenido la mayoría en las
últimas votaciones, pero en las filas socialistas había vuelto Pedro Sanchez
que era un prodigio en la manera de ascender en su partido, a pesar de ser muy
criticado por los viejos socialistas que no estaban en absoluto de acuerdo con
la forma de hacer política de su nuevo dirigente.
Uno de los motivos de mayor preocupación para el Presidente
y por supuesto para todo su gobierno y por añadidura a sus votantes era
Cataluña. Un problema que llevaba muchos años sin resolver, los anteriores gobiernos
de todos los colores iban trampeando sin intentar ninguno coger el toro por los
cuernos y a base de darles privilegios, tanto económicos como de mayor autonomía,
iban pasando la situación al siguiente y siempre contando con ellos para la
gobernabilidad de España. Sin embargo, últimamente se había creado un estado de
opinión en el que muchos catalanes creían y que no era otro que el lema que
utilizaban para todas sus manifestaciones y era que Cataluña era una Nación,”
Catalonia es not Spain” rezaban muchas de sus pancartas y el sentimiento nacionalista
iba ganando adeptos, para muchos por la política del Partido Popular y la negativa
del Presidente, Mariano Rajoy a reunirse con nadie del gobierno de Cataluña y quien
sistemáticamente respondía ante estas acusaciones que un Presidente de España no
podía negociar nada con un gobierno que lo único que quería era ser una nación.
Los representantes de los partidos catalanes, al
principio Jordi Pujol buen negociante y que por su proximidad con las altas
esferas del poder, obtenía múltiples beneficios para sus representados, siendo
utilizado por los partidos de Madrid como elemento indispensable para su gobernabilidad,
posteriormente Artur Más que ya empezó a exigir que Cataluña fuera independiente,
posiblemente como una distracción para que los catalanes dejaran de presionar a
la familia Pujol que había sido denunciada en múltiples ocasiones por prevaricación,
evasión de capitales y no se cuantas cosas más y más adelante un político desconocido
para Madrid, Carles Puigdemont, que ya de manera mucho mas rotunda exigía la
necesidad de hacer un referéndum, ilegal por anticonstitucional y harto Rajoy de
tanta desobediencia y ante los graves disturbios que todos los días se producían
en muchos pueblos de Cataluña en Octubre
de 2017, ordenó con el apoyo del Partido Socialista y Ciudadanos la
instauración del Artículo 155 que, de momento retiraba las competencias al
gobierno de Cataluña. Los incidentes seguían repitiéndose llegando incluso a
realizar un referéndum ilegal por lo que intervino la Justicia y envió a la cárcel
a un diez o doce miembros marcadamente independentistas, el Sr. Puigdemont se fugó
a Bélgica eludiendo claramente la orden del Tribunal Constitucional de ingresar
en prisión y dejando en la estacada a todos sus compañeros con la sorprendente
declaración que desde ese país podía hacer mucho más por la independencia de Cataluña
que desde la cárcel donde el resto de colegas permanecían en espera de juicio y
nombrando al Sr. Joaquim Torra como su Presidente,
resultando que era mucho más extremista que todos sus predecesores.
Con todos estos antecedentes hubo elecciones generales
y los españoles, en general, decidieron que continuara Rajoy, pero Pedro Sanchez
en su calidad de Presidente del Partido Socialista comenzó una campaña de desprestigio
hacia el Sr. Rajoy y consiguió que se celebrara una Moción de Censura contra un
gobierno legalmente votado en las urnas y en las siguientes elecciones el
dirigente socialista consiguió la Presidencia del gobierno con el apoyo de Podemos
y los representantes catalanes y vascos obligando a Rajoy a volverse a su
despacho de Registrador de la Propiedad, primero en Denia y posteriormente en
Madrid. Pedro Sanchez aquel que durante toda la campaña electoral había jurado
y perjurado que nunca gobernaría con el apoyo de un partido de marcado acento
comunista, republicano y anticonstitucional, al día siguiente de salir elegido
se alió con todos esos partidos y salió Presidente del Gobierno.
Tuvo dificultades para formar gobierno porque los
representantes de Podemos querían su cuota de poder, pero al final se hizo con
un gobierno en el que predominaban las mujeres, aumentó el número de Ministros,
hasta llegar a nombrar a 22 que con sus correspondientes secretarios, asesores
etc…etc aumentaría de manera notable el presupuesto dedicado a la izquierda
política y le permitió nombrar a Pablo Iglesias vicepresidente del Gobierno y a
su mujer, Ministra de Igualdad que con su característica manera de entender ese
término, nombró solo a mujeres para ayudarla en su cometido ministerial. El
sueldo entre los dos les daba de sobra para vivir en un estupendo chalet en Galapagar
con jardín, piscina, chica fija y muchas de las características de a los que despectivamente
Pablo Iglesias llamaba “casta”. La mayoría del resto de Ministros de su gabinete
eran desconocidos para los ciudadanos entablándose un debate público sobre el
tiempo que duraría esa coalición porque los de Podemos defendían la celebración
de un referéndum electoral legal para decidir la independencia de Cataluña, lo mismo
que el gobierno de la Generalitat y Pedro Sanchez era partidario de iniciar negociaciones
en múltiples mesas para decidirlo, pero siempre, al menos eso decía, en el marco
de la Constitución en vigor. Nadie se fiaba de su palabra porque, por muchos
medios de comunicación naturalmente de derechas, se repetía tanto en prensa como
en las radios y televisiones contrarias a su gestión, que se trataba de un
personaje peligroso que su único objetivo era llegar a ser Presidente del Gobierno
y para ello, como había demostrado recientemente se aliaba con cualquiera con
tal de seguir como máximo mandatario del país.
Tengo que aclarar, para que nadie se llama a engaño, que
toda esta referencia a la situación política en España y en Cataluña es una
interpretación absolutamente mía y posiblemente los acontecimientos no se
produjeron como yo los he descrito e incluso las fechas y los disturbios fueron
antes que la salida de Puigdemont y si es así pido perdón por ello, pero creo
que si he definido, al menos para mí, como era la situación, más o menos, en
aquella época.
El nuevo gobierno de Sanchez intentó negociar con los
catalanes, hasta se crearon algunas comisiones como si de dos gobiernos iguales
fueran, ante el cabreo de muchos españoles que consideraban indigna esa posición.
En Cataluña continuaban con su desobediencia
ante las diferentes sentencias de los tribunales españoles que ellos no consideraban
legales y la situación llegó a ser muy tensa cuando después de un largo juicio
en la Audiencia Nacional se declararon culpables a la mayoría de los dirigentes
políticos catalanes involucrados en el referéndum ilegal y se dictó sentencia de
varios años de cárcel para cada uno de ellos.
Ante esta situación en la que parecía peligrar la
integridad de la nación española por parte de una autonomía y ante la posibilidad
de que el gobierno español presidido por Pedro Sanchez tuviera que determinar
la presencia del Ejército en Cataluña, todos los estamentos de información del
gobierno fueron llamados a capítulo para que infiltrasen elementos entre los
independentistas catalanes y conocer de primera mano cuales eran sus
intenciones y a ser posible determinar cuales eran las armas, tanto políticas
como de fuego, de las que disponían para
provocar nuevos actos de rebeldía a la legislación vigente.
Por otra parte, ETA hacía unos años que había dejado
de matar y sus miembros habían hecho una declaración en la que aseguraban que abandonaban
la lucha armada y se habían, más o menos, colocado en Bildu, un partido de
corte nacionalista y marcadamente de izquierdas que ya formaba parte de los parlamentos
vasco y español.
Por todos estos motivos, Arturo Ventura Director del
Centro Estratégico de Defensa Nacional (CEDENA) invitó a Antonio Cruz a una
reunión en su despacho a los pocos días.
Antonio tenía que hacer un equipaje importante, porque
para estar dos o tres años en el País Vasco se tenía que armar de abundante
ropa. Además, el hecho de desaparecer durante una buena temporada suponía que
también tenía que dejar su alojamiento en la Tarifa, al fin y al cabo, se iba destinado
a Madrid para realizar una misión secreta y estaba seguro que no volvería.
Haciendo las maletas se dio cuenta de la cantidad de cosas que le sobraban pero
convencido que tendría unas horas para visitar a su familia, introdujo todo lo
que tenía sin ningún orden en maletas y bolsas con la idea de organizarlo con
calma y dejar el resto en el trastero de sus padres.
Cargó su Citroen C5 como si fuera un transportista y después
de despedirse de sus oficiales y compañeros, inició su vuelta a la capital,
algo preocupado porque sabía que la situación en el País Vasco no era la más
apetecible y lo de mantener su identidad en secreto parecía, en principio, bastante
fácil pero introducirse en las profundidades de una organización con muchos años
de lucha armada le parecía mucho más difícil y por supuesto bastante más
arriesgada que cualquier otra porque suponía un tiro en la nuca sin que el
gobierno tuviera ni siquiera la oportunidad de defenderlo ante una solución tan
violenta. En Sevilla paró en una gasolinera, llenó el depósito y llamó a su madre
para decirle que llegaría a casa sobre las seis de la tarde y que ese fin de
semana lo pasaría con ellos. La madre no cabía en si de alegría y le advirtió
que de cena tendría preparados unos pimientos rellenos que era lo que más le
podía gustar, y no se olvidaba de tener piña y sobre todo un buen ron para que
pudiera degustarlo con su padre en las largas conversaciones que mantenían cada
vez que se encontraban. Antonio Cruz padre estaba feliz de ver como su hijo iba
progresando en su brillante carrera militar y hacía meses que no se veían con
lo que tendrían muchas cosas de las que hablar. El joven Teniente aprovechó esa
parada para comprar una bolsa de patatas fritas, una Coca Coca sin cafeína, unos
chicles y dos barras de caramelos Hall de diferentes sabores que le harían
compañía en las horas de viaje que todavía le quedaban.
La entrada en Madrid fue bastante pesada por los
tapones habituales y al final llegó a casa de sus padres situada en un barrio céntrico
de la capital. Eran unos bloques únicamente para militares a los que se accedía
a través de una barrera controlada por un vigilante que solicitaba la documentación,
por motivos de seguridad, a todos los que no conocía personalmente. Una vez pasado
el control entró en una calle bastante amplia, con muy pocos coches a ambos
lados, la mayoría de los inquilinos tenían como adosada al cargo una plaza de garaje,
y avanzando lentamente después de atravesar un par de badenes que impedían ir a
más velocidad de la indicada en la entrada 30 kms/hora, llegó a la casa de sus
padres quienes desde una ventana le esperaban impacientes. Antonio les saludó y
comenzó a sacar todas sus cosas. Enseguida apareció su padre, se fundieron en
un abrazo entrañable y le ayudó a subir una parte del equipaje. En el descansillo
de la escalera le esperaba su madre, Guadalupe, que después de darle un par de
sonoros besos lo observó y le comentó que estaba muy delgado
-
¿No te han
tratado bien en Tarifa, hijo? – Guadalupe no dejaba de mirarle de arriba abajo
-
¡Que va! he
vivido como un marqués, lo que pasa es que me sobraba tanto tiempo que me ha
dado por correr y me he pasado todo el tiempo que tenía libre dedicado a prepararme
para correr maratones y por eso estoy cuidando mucho la comida y cosas por el
estilo.
-
¿Vienes para mucho
tiempo?
-
Ya sabes como es
esta industria. En principio estoy citado en el Ministerio el jueves para una reunión
y parece ser que también me van a comunicar el nuevo destino, posiblemente mi
ascenso a Capitán y a partir de ahí no tengo ni idea lo que va a pasar –
Antonio hijo imaginaba que les tendría que comunicar que se iría un par de años
a Sudamérica, pero todavía no los había preparado para darles esa información y
decidió esperar a la inesperada cita para saber por donde iban a salir.
En
principio le resultaba bastante extraño todo lo que estaba sucediendo, sobre
todo, porque las noticias del periódico parecían bastante buenas respecto a
ETA, pero tampoco debería preocuparse en exceso, al fin y al cabo, era jueves y
el lunes se supone que le darían todas las explicaciones.
Estuvo un
rato departiendo con sus padres sobre su vida en Tarifa, Guadalupe se interesó mucho
por sus amigos allí, si tenía alguna novia, que tal era el alojamiento en el
cuartel y mil detalles más de madre preocupada por su hijo. Antonio Cruz padre que
conocía todos esos detalles por haberlos disfrutado en sus propias carnes, estaba
callado en espera de su turno para preguntarle por la vida militar en esa
ciudad andaluza, si tenía muchas misiones con los narcos que utilizaban el
estrecho de Gibraltar como pasillo de la droga procedente de Africa, si tenía
posibilidades que lo volvieran a destinar
al mismo sitio, a lo que su hijo contestó que era prácticamente imposible, que
como iba lo de su ascenso, me parece que me queda poco, pero no estoy. seguro y
mil preguntas más.
Acabado
el turno de preguntas habitual cada vez que volvía a su casa, pasaron al comedor
y la madre sirvió los que para su hijo eran los mejores pimientos rellenos del
mundo. Cenaron tranquilamente los tres y a los postres apareció Belén que venía
de unas prácticas en la Facultad. Se dieron un beso y Antonio le preguntó como le
iba.
-
Muy bien –
respondió su hermana mientras se quitaba una chaqueta roja como los pimientos
que estaban sobre la mesa y se dispuso a cenar ella también – y eso que ahora
con las prácticas llego a casa bastante tarde, pero bueno, solo son dos meses y
luego volveré al horario habitual que es solo por las mañanas.
-
¿Estás contenta?
-
Muy contenta,
aunque tengo que estudiar bastante, pero el que algo quiere algo le cuesta
-
Ya sabes –
interrumpió el padre mientras bebía un poco de vino que se había servido en su copa
– ya sabes que en la vida lo que se premia es el esfuerzo
-
Además – contestó
Belén – no me puedo quejar, es la carrera que he escogido y ya está
-
¿Y cuando acabes
tienes muchas salidas? – Antonio hijo se mostraba interesado en el futuro de su
hermana – porque yo no entiendo nada de tu carrera pero la mayoría se colocan porque
su padre tiene una farmacia y se quedan con ella ¿no?
-
No se, pero seguro
que no es mi caso – miró a su padre con cariño – de momento a mí me gustaría algo
de laboratorio o hacer el FIR que es como el MIR de los Médicos y entrar a trabajar
en un hospital, eso es lo que me apetece ahora mismo, pero de aquí a que termine
la carrera queda mucho y ya se verá.
-
Lo importante es
estudiar y prepararse bien – Antonio padre metió baza en la conversación desde
detrás de su abundante bigote que parecía enmarcar una cara muy firme que se
ablandaba ante la presencia de sus dos hijos – yo tuve un jefe hace muchos años
que decía que en la vida hay unos pocos años para estudiar, aproximadamente los
días de la Academia, en tú caso la Universidad, y el resto de la vida para ganar
dinero, disfrutarla, casarse, tener hijos y mil cosas más y yo, desde mis años,
reconozco que tenía toda la razón.
-
¿No lo dirás por mí?
– Antonio hijo sirvió dos copas de ron con tónica para su padre y para él.
-
Estoy pensando en
alto, nada más – Antonio padre se quedó con los ojos cerrados y le pareció que
se había transportado en el tiempo y se encontraba en la Academia Militar de
Zaragoza donde estuvo casi cinco años al ingresar. Allí aprendió los valores que
había intentado llevar a la práctica durante toda su carrera, el esfuerzo, la
disciplina, el amor a la Patria y cosas por el estilo que ahora no parecía que fueran
muy frecuentes en la sociedad que le había tocado vivir y lo que ya le sacaba
completamente de quicio era ver la deriva que estaba tomando el gobierno
presidido por Pedro Sanchez. Estaba convencido que su coalición con Unidas
Podemos no traería nada más que problemas a España y cada dos por tres repetía
aquello de “dime con quien te juntas y te diré quien eres” y aunque persistía
en su lucha por defender la unidad de la nación, era consciente que la mayoría
de sus compañeros no estaban por la labor y así no se podía ir a ninguna parte.
Sus energías iban decreciendo y después de tantos juicios en su contra tenía que
reconocer, aunque solo lo hiciera en privado, que iba cambiando su manera de
pensar y se iba haciendo de manera posiblemente inconsciente, mucho más acomodaticio
y con muchas menos ganas de pelear por sus ideas. Miraba a su hijo y lo veía
como la prolongación de él mismo y por su manera de decir las cosas lo veía
como con ganas de continuar la senda de su padre en el terreno de la política –
o sea, que a lo mejor mañana tenemos en casa un nuevo capitán ¿has dicho eso o me
lo he imaginado yo mismo?
-
No lo se –
Antonio todavía no había empezado a mentir, pero sabía que llegaría el momento,
pero por ahora no parecía necesario – el lunes he sido citado a una reunión en
el Ministerio y supongo que será para eso, pero hasta que no me lo confirmen,
no es seguro
-
Pero mas o menos
ya te toca ¿no?
-
Si, en principio
debería ascender este mes, pero he estado fuera, en Tarifa, y cuando no estás en
el meollo del Ministerio, nunca sabes lo que puede pasar.
-
Seguro que será para
eso porque cuando no asciendes no te llaman al Ministerio, con un burofax asunto
concluido.
El fin de semana en Madrid estuvo francamente bien, Antonio
recordó muchos sitios donde iba cuando estaba en Madrid, mantuvo conversaciones
con muchos de sus amigos con los que había perdido un poco de confianza y tuvo
oportunidad de conocer sus diferentes maneras de pensar. Se organizó una
discusión mientras tomaban unas cañas en un bar cerca de su casa y aprendió que
lo mejor es estar callado, porque había un par de ellos que, como poco eran de
Podemos. Al principio, Antonio tuvo la idea de confrontar ideas pero se dio cuenta
que era imposible porque los dos eran dos discutidores natos, de los que no te
dejan hablar y no merecía la pena. Para dos días que iba a estar en Madrid,
mejor no provocar demasiado,
El resto de los días transcurrieron con absoluta
normalidad. Por las mañanas se levantaba temprano y hacía cerca de dos horas de
carrera continua por las calles de la capital, luego se duchaba, preparaba algunos
temas en el ordenador y salía a tomar algo. Comida familiar, ver un rato la
tele y posterior vuelta al ordenador para volver a salir a última hora. Se acostaba
temprano y estaba muy cómodo ¡como en casa de Mamá no se está en ningún sitio! repetía
con frecuencia.
En esos cuatro o cinco días no tuvo oportunidad de ver
a su hermano Julián y una vez que preguntó por él a su Madre le contestó con medias
verdades, parecía que tenía una novia y se había ido a vivir con ella, pero de
vez en cuando volvía a casa, en cuanto se encontraba con su padre las voces se
oían hasta en la calle y últimamente habían tomado la decisión de no volver a
verse en unos meses para tranquilidad de todos. Preguntó si habían conocido a
la novia y le contestó tajantemente que no, con lo que no había que ser muy
listo para saber que sin siquiera conocerla no les había caído bien, parece ser
que no tenía estudios conocidos y que estaba dedicada a defender al movimiento
okupa y era una de las principales defensoras de los mismos, por lo que cada dos
por tres era detenida, trasladada a dependencias policiales, donde le hacían la
enésima ficha policial y a las pocas horas estaba en la calle. Con esos
antecedentes, Antonio padre no quería ni verla por su casa y Julián no iría mientras
que no la admitiera. Lío de los gordos, pensó Antonio hijo, pero el debía
mantenerse al margen, al menos de momento.
El jueves por la mañana a las once en punto de la
mañana Antonio Cruz Lozano, vestido de riguroso uniforme de Teniente del Ejército
hacía su entrada en el Ministerio del Interior y antes de llegar al primer control
vió como se acercaba casi a la carrera Arturo Ventura con un traje gris, camisa
blanca y corbata de rayas muy finas rojas y amarillas, peinaba raya al lado y
su aspecto resultaba agradable e inspiraba confianza. Le saludó estrechándole
la mano con fuerza y tomándole del brazo le hizo darse la vuelta y encaminarse
a una cafetería próxima donde entraron en un reservado que les evitaba ser
visto por nadie. Arturo cerró la puerta, pidió al camarero una jarra de café,
otra de leche, un par de tazas y algo de bollería y pidió perdón a Antonio por
haberle citado de manera tan rápida. Le preguntó por el tiempo en Tarifa,
esperó a que el camarero le trajera lo pedido, le indicó que nadie nos molestara
y comenzó su discurso
-
Querido Antonio : te vuelvo a pedir perdón por
la rapidez en mi cita pero han surgido algunos problemas y te los quiero
comentar – sirvió los cafés y continuó – Lo primero que quiero decirte es que al
igual que nuestra primera entrevista en Tarifa, todo esto pertenece al mas
estricto secreto militar y me imagino que te estarás preguntando por que nos
reunimos en un bar y no en el Ministerio y la explicación es muy sencilla. El Presidente
del Gobierno está pensando en nombrar Director del CESID a Pedro Iglesias y nosotros
no queremos, de ninguna manera que tenga información de nuestros movimientos porque
no nos parece trigo limpio y mejor que todo quede entre tú y yo
-
Empezamos bien –
me dije en voz baja mientras Antonio se aflojaba el nudo de la corbata
-
En segundo lugar –
Arturo hizo como que no había oído mi comentario – según nuestras informaciones
la ETA ha dejado de matar, todavía no sabemos muy bien si es una pura
estrategia política o una tregua al saberse localizados por nuestra policía, pero
sea por el motivo que sea, han dejado de matar que es lo importante y entonces,
como puedes deducir, no necesitamos introducir a nadie en sus filas
-
Me veo volviendo
a Tarifa – volví a pensar en voz alta
-
Te rogaría que me
dejases terminara antes de emitir ninguna opinión
-
Perdón – contesté
-
Como te decía
parece que el País Vasco está tranquilo y tenemos que cambiar de estrategia.
-
Tu dirás –
preguntó Antonio por el giro que iba tomando la conversación
-
Hemos pensado que
sería muy interesante que fueras a la OTAN en Bruselas donde como sabes se
cuecen todos los temas importantes y nos mantengas informados de una forma
absolutamente confidencial de todo lo relacionado con cualquier actividad
militar, pero, como ya te he dicho en repetidas ocasiones, tú no perteneces al
CESID, por lo tanto, nos puedes informar de todo lo que ocurra sin que pase por
el Cuartel General ¿entiendes?
-
Por supuesto.
-
Te incorporarás a
tu destino en Bruselas en un plazo máximo de quince días y para evitar
problemas hemos decidido que seas el ayudante del General Gil Martín que como
sabes es nuestro máximo representante allí.
-
Me parece muy
bien.
-
¿Alguna pregunta
más?
-
De momento no se
me ocurre ninguna, pero supongo que tendré mil.
-
No hay problemas –
Arturo se levantó lentamente – tienes mi teléfono y está a tu disposición las
veinticuatro horas del día para cualquier información que te parezca
interesante, pero te recuerdo que no debes comunicar absolutamente nada al CESID
-
¿Ni aunque me lo
ordene el General?
-
Absolutamente a
nadie excepto a mí y no te preocupes porque, poco a poco, te iremos pidiendo
informaciones más precisas sobre determinados temas, pero eso será más
adelante. Ah se me olvidaba algo muy importante – Arturo lo miró con satisfacción
porque sabía que era algo querido por Antonio – hoy sale en el Boletín Oficial
del Estado tu ascenso a Capitán. Enhorabuena.
-
Muchas gracias y como siempre a tus órdenes.
Antonio llegó a su casa eufórico, había conseguido el
ascenso con el que tantas noches había soñado, le habían encomendado una misión
que, en principio, no parecía muy complicada y estaba otra vez en Madrid. Todo habías
salido a pedir de boca
A la hora de la comida en la que, como de costumbre,
no estaba su hermano Julián, les comunicó a sus padres y a Belén que le habían
ascendido a Capitán, que su destino sería en Bruselas con lo que estaba casi
más cerca que en Tarifa. Según le habían comentado, ganaría un plus importante
además de su sueldo y tendría su residencia dentro de la base.
-
¿Cuándo te tienes que incorporar?
-
En el Ministerio
me han hablado de quince días, pero todavía tienen que hacer algunos papeles y
sobre comunicarle al General Gil
Como es natural, la familia recibió la noticia con enorme
alegría, se besaron con alborozo mientras que a Guadalupe se le escapó una frase
que dejó pensativo a Antonio hijo
-
Hemos perdido a un hijo, pero ganamos otro
aunque sea en Bruselas
No podía faltar la imprescindible copa de ron con tónica
y tanto el padre como el hijo brindaron por tan importante noticia en el seno
familiar.
-
Ahora solo quiero
pedirte un favor – Antonio padre adoptó el semblante serio de las ocasiones
importantes – un día que tengas tiempo me gustaría que hablases con tu hermano
y tratase de convencerle que vuelva a casa, si no a vivir, por lo menos que no
pierda el contacto con nosotros porque estamos viviendo con una pena que no te
lo puedes ni imaginar.
-
Eso está hecho,
Papá, yo por lo menos lo voy a intentar.
-
Gracias, hijo.
Antonio se retiró a su cuarto que durante muchos años
había compartido con su hermano Julián, se tumbó en la cama y se quedó mirando
al techo mientras pensaba que la conversación con su hermano iba a ser muy
difícil, tenía que ponerse a su nivel, intentar comprenderle y todo eso en un
plazo máximo de dos semanas que era cuando viajaría a Bruselas. No se tenía que
olvidar que el objetivo era hacerle comprender que tenía una familia y que era
todo lo contrario a su padre en su manera de pensar, tenía que intentar
controlar la situación y aunque no fuera todos los fines de semana, por lo menos,
una vez al mes que fuera a comer a su casa tratando de evitar los temas
políticos y así, al menos durante dos horas podrían mantener una convivencia,
más o menos razonable, lo cual ya sabía que iba a ser muy difícil, conocía muy
bien a los dos, pero por intentarlo no perdía nada.
Sin darse cuenta se quedó dormido y su mente se desplazó
hasta la base militar de la OTAN en Bruselas donde había estado en un curso de
cuatro días hacía algunos años y soñó como sería su vida allí. Le aseguraban una
vivienda, por lo menos no tendría que madrugar y todas las mañanas podría hacer
sus kilómetros por el interior de la base, como muchos de los americanos que también
residían allí y el resto del tiempo ya vería a que lo dedicaba. Estaba
acostumbrado a vivir solo, dominaba tanto el inglés como el francés y estaba
seguro que no tendría mayores problemas.
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