sábado, 24 de diciembre de 2011

CUENTO PARA PENSAR

Queridos blogueros/as: FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO
Esperemos que el año que entra y ya que estamos en el blog, que tenga salud para seguir publicando cosas.
Como es natural, este año que se va tampoco me ha tocado el gordo, como supongo que a ninguno de vosotros y eso que esta vez estaba convencio que era el año, pero no. En fin, todavía nos queda el sorteo del niño para soñar.
Me he encontrado un cuento que escribí hace algunos años y me parece que es bueno para pensar un poco en Navidad. Tengo que reconocer que le doy a esto de copiar y pegar y lo he leído un poco por encima, pero me parece que puede ser interesante. A lo mejor es hasta un poco fuerte, pero lo de plantear dudas nunca viene mal.
Es un poco largo, pero partirlo me da como un poco de pena, o sea que si este invento del blog me deja, os lo mando entero y como siempre sigo esperando vuestros comentarios. A Merce y Javier no hace falta que les diga nada, pero a los demás si, porque no los veo por aquí.
La próxima semana empezaremos con un paseo por un monte de Cedeira y creo que no ha quedado mal
Un abrazo para todos y de nuevo FELIZ NAVIDAD
Faustino Belascoaín. Tino, el Abuelo Tino o simplemente Tino




DOS PARTOS PARA PENSAR





F.Belascoain para los no iniciados
El bi abuelo para los conocidos y
El tío Tino para los de siempre
Septiembre 2009


SANCHINARRO. MADRID

Todo está preparado. Seguro que si, pero de todas las maneras sería conveniente hacer un repaso por si se me olvida algo. ¿Dónde he dejado la libreta del embarazo? Solo faltaba que se me hubiera perdido. Menuda tragedia. Está todo ahí. Los informes de las ecografías lo mas que puede pasar es que tenga que pedir una copia o los análisis durante el embarazo, pero ¿a quien le pido la evolución del peso del niño o la dureza del cuello uterino? Tampoco es para tanto porque eso lo tendrá apuntado el ginecólogo, pero lo que es imposible de recuperar es todo lo escrito por mí, las experiencias desde que nos dijeron que íbamos a ser padres, los cambios de carácter de Maribel, la reacción de mis padres y de mis suegros, las cuentas que hemos tenido que hacer para presupuestos de pañales, biberones, tetinas y mil cosas mas que apunté en la dichosa agenda y no tengo ni idea donde la habré dejado.
Si, no te preocupes, ya voy que estoy terminando de recoger y nos vamos enseguida. Ya se que tienes alguna contracción pero tengo que cerrar la maleta y nos vamos. ¡Otra! Eso quiere decir que empieza el parto, lo que pasa es que para que sea así, es necesario que las contracciones sean fuertes cada diez o doce minutos y ahora ¿cada cuanto te dan? ¿no has mirado el reloj? Pues míralo porque eso conviene apuntarlo para llevarlo todo a la Clínica, pero yo juraría que en las clases de preparación al parto nos dijeron que deberíamos ir a partir de las contracciones cada seis minutos. Yo lo apuntaría siempre y cuando encuentre la dichosa libreta.
Venga respira tranquila y concéntrate en lo que has aprendido ¿te acuerdas de lo que nos explicaba aquella comadrona de las tetas gordas y mas basta que unas bragas de esparto? ¿te acuerdas? Pues ¡hala! aplícate el cuento y ya sabes toma el aire por la nariz, despacio, mucho mas despacio, así está mejor y échalo por la boca. Muy bien, muy bien, tranquila que lo estás haciendo fenomenal
¿En serio que tienes mucho calor? ojalá  todos los males sean esos, enciendo el aire acondicionado y  se acabó, ¿te encuentras mejor? Bueno pues tu a lo tuyo mientras que yo termino y si necesitas algo me llamas. Estoy en la habitación del niño cerrando la maleta, pero déjame que la revise por si se me olvida algo
Aguanta un poco, venga, respira bien, ánimo que ya te va quedando menos. Tranquila que no me voy, cierro la maleta y vuelvo. Es verdad el maletín para el parto, menos mal que me lo has recordado sino, se queda aquí, claro que aunque Sanitas se gaste algún euro en ropa para el recién tampoco creo que se resintiera demasiado su presupuesto. pero que le vamos a hacer, la crisis que nos afecta a todos.
¿Sabes una cosa? Que estás guapísima,  te lo digo de verdad y no para que te olvides de los dolores. Ya verás como dentro de nada tienes tu niño y mas contenta que unas castañuelas.
Bueno ¿qué tal? ¿mejor? ¿no? Pues si quieres nos vamos yendo y te quedas mas tranquila. Levántate con cuidado, agárrate de mi brazo, espera que cierro la puerta y pongo la alarma, vete llamando al ascensor. Muy bien. Siéntate con cuidado, espera que te pongo el cinturón ¿vas bien?
Ya lo se que tengo que estar tranquilo, pero alguien me ha quitado la llave del garaje porque siempre está en la guantera y ahora no está ¿a quien le he prestado el coche?
¡Ah! Perdona, es verdad, la tengo en la mano, parezco tonto. No, no estoy nervioso, creí que iba a estar mas, pero no. No voy tan deprisa, es que ese tío está atontado. Mírale, con el semáforo verde y ni se mueve. ¡Venga hombre que es para hoy!
Si te parece hacemos una cosa, te dejo en la puerta de urgencias para no perder tiempo y me voy a aparcar.
-  Por favor, que venga un celador urgente que mi mujer está de parto. Tu tranquila Maribel que está todo muy bien, tranquila
-  No toque tanto la bocina que hay otros enfermos y les puede molestar.
-  Ya, pero llevo una hora esperando y aquí no viene nadie.
-  Perdón Señor, pero no lleva una hora, llevará como mucho dos minutos,  el Celador ya está avisado y bajará enseguida.
-  Perdone señorita pero estoy un poco nervioso
-  Tranquilícese señor y ya verá como todo va bien.
El Celador con su pijama blanco impecable apareció por la puerta con una silla de ruedas
-  ¿Puede bajar del coche usted sola?
-  Ya era hora que viniera.
-  Perdone pero he bajado en cuanto me han avisado, lo que pasa es que estaba en la planta sexta y ya sabe usted lo que son los ascensores
-  Ya, ya pero mi mujer está de parto.
-  Bueno hombre, tranquilo que ya verá como todo va bien.
-  Eso espero.

















ALDEA DE ABDELKAYANY. MARRUECOS

Ibrahim permanecía sentado en la arena observando el vuelo de unos cuantos buitres que merodeaban las inmediaciones del campamento nómada de los Buyaidim. Eso quería decir que el parto de Solima era inminente.
Las tiendas, hechas con lonas de dudosa procedencia, estaban instaladas en el medio del desierto del Sahara en una zona desprotegida por la ausencia de montañas. El viento barría permanentemente la arena e impedía el avance de la caravana hacia las tierras del Puyeinaym donde el resto de la familia les esperaba para instalarse definitivamente en la aldea de Asugery, tierra de sus bisabuelos.
El sol parecía querer bajarse en marcha de la línea del horizonte y el frío aprovechaba para hacerse el amo. Ibrahim alzó sus manos al cielo y entonó con voz potente una canción popular marroquí que los padres dedicaban a las parturientas para animarlas a soportar mejor los dolores que inevitablemente se avecinaban. ¿Estaba nervioso? Si, un poco para que negarlo, pero su fe en Alá le hacía permanecer ilusionado y la canción le ayudaba a soltarlos. Eran nervios procedentes de la ignorancia. Sus hermanos siempre habían asistido a todos los partos de la familia como era lo habitual, pero él, desde que era muy niño, se había negado e incluso le había costado algún castigo de su padre, pero el resultado final era que no tenía ni idea como era eso de parir. Sus hermanos, a pesar de su negativa, le contaban como era,  pero él siempre hacía oídos sordos.
Terminó la canción y se volvió a sentar a la espera de los acontecimientos. Desde su privilegiada situación veía movimiento en el campamento. La jaima estaba abierta por uno de sus laterales a pesar de ser después  del mediodía lo que significaba la llegada de alguien muy querido y la alegría para el resto de las jaimas lo que no era el caso porque no había a quien proclamar nada de nada. La tienda de los Buyaidim era la única en todo lo que abarcaba la vista. Hacía una semana que no veían a nadie y sabían, para eso llevaban toda la vida de nómadas, que hasta, por lo menos, otra semana no tendrían la posibilidad de alegrarse con otras gentes. Ni siquiera hacía falta colocar en lo mas alto del viejo toldo la bandera amarilla, signo de la llegada de una nueva vida. Si viniese alguien, les sobraba tiempo para anunciarlo. Esa era la ventaja del desierto.
Ibrahim se levantó lentamente y se aproximó a la tienda. En un extremo, casi sin estar protegida por la sombra del toldo, una figura de alguien mayor se movía con torpeza. Preparaba un te, mientras con la mano izquierda abanicaba el pequeño fuego para mantenerlo permanentemente vivo. La tetera era de latón brillante, casi podría ser de plata y ser nuestro único tesoro pensó la madre de Ibrahim mientras la tetera comenzaba a humear en espera de ser bendecida con unas hojas de te que Magmila sacaba de su regazo.
Un poco mas allá. Mohamed, el padre, sacaba con mimo cuatro tazas de un pequeño saco. Eran tazas de barro, regalo de sus cuñadas como regalo de bodas, hacía ya nada menos que dieciséis años. Eran de color rojo, hechas a mano por ellas, con el asa color oro y el plato a juego. Habían sido seis, ahora solo tenía cuatro tazas y cinco platos, a pesar del cuidado con que Mohamed las envolvía en papel de seda. Un plato y una taza habían caído en el fragor de una borrachera celebrando la llegada a Agadir después de casi dos años de vagar por el desierto y el otro plato se rompió el día en que Jusá, el único camello que tenían, se despeñó por un barranco y falleció sin saber si fue como consecuencia del accidente o se murió primero y luego se despeño. ¡Que mas da! Nos quedamos sin camello y así estuvimos casi un año.
El que las tazas hicieran acto de presencia era señal de algún acontecimiento importante y para una caravana compuesta por ocho personas, la llegada de un recién siempre era motivo de alegría. Todos trataban de colaborar. Los padres por supuesto cumpliendo con su obligación de preparar el te hasta que naciera el niño. Hassan y Abderraman, los dos hermanos de Ibrahim, sabían que Solima estaba embarazada, claro que lo sabían, pero no de cuantos meses y el aviso del parto les llegó cuando merodeaban por los alrededores del campamento buscando leña para alimentar el fuego que les aliviaría de las frías noches del desierto. La madre los llamó a gritos para animarles a incrementar la leña porque el bebé necesitaría mas calor de lo habitual y para eso tenían que tener reservas. Los dos hermanos con la alegría reflejada en sus caras se alejaron un poco mas para al cabo de unos minutos aparecer con dos cargamentos de leña a sus espaldas que les obligaba a caminar casi agachados.
La madre les agradeció el gesto y mientras no perdía de vista la humeante tetera, vigilaba a su madre, Jalima, que no podía moverse de la alfombra donde estaba instalada desde hacía casi cuatro años cuando unas extrañas fiebres le afectaron a la médula y no le permitían ningún tipo de movilidad de la cintura hacia abajo. Esta, a su vez, colaboraba haciendo todo lo que podía y en esta ocasión estaba tratando de dormir a Zulema, una hija de Ibrahin producto de una relación antigua con una vendedora de perfumes en el mercado de Tánger. Zulema, de siete años de edad, estaba acostada a los pies de Jalima escuchando alguno de los cuentos maravillosos que su abuela le contaba todas las noches.
































CLINICA LA MORALEJA. SANCHINARRO. MADRID





NOTA DEL AUTOR.- Para hacer mas compleja la lectura de esta historia y siguiendo a Saramago, acabo de decidir que esta parte irá sin puntos, ni espacios, ni nada de nada, o sea que a esforzarse tocan.


Por favor, no aguanto mas ¿falta mucho para que venga el anestesista? no te preocupes que ya está avisado, pero de todas maneras no te quejes porque no te puede doler tanto es que yo pensé que con la epidural no me iba a enterar de nada ya , pero tu has venido a parir guapa no a una fiesta ya, pero me duele mucho venga vamos a relajarnos y dejarnos de historias en cuanto venga la contracción no intentes empujar, solo respira. ¿me has oído? pues hazlo bien porque sino el niño tendrá sufrimiento fetal y habrá que hacerte una cesárea que me hagan lo que quieran, pero yo no puedo mas pues hija, todavía tenemos para rato y si quieres que entre tu marido, tienes que estar tranquila sino no entra por favor, me duele mucho ahora no te puede doler nada porque no tienes ninguna contracción, o sea que guárdate las quejas para dentro de un rato ¿queda mucho? mucho no, queda todo ¿y va a venir pronto el Ginecólogo? supongo que vendrá enseguida porque ya le hemos avisado, pero estamos nosotras ¿no te valemos si, pero yo el que quiero que venga es el Anestesista mírale, ya está aquí, esta señora que dice que le duele ¿seguro?, según me ha dicho María ya le ha puesto una dosis, ¿le sigue doliendo igual que al principio? no lo se, de verdad que no lo se, pero no aguanto mas tiene que estar tranquila ya,  pero no puedo si que puede, querer es poder ¿el niño está bien? Perfectamente ¿le late bien el corazón? Begoña, acércale el ecógrafo para que oiga el latido de su hijo joder, pepito ya se lo acerco, pero a ver si te crees que no tengo cosas que hacer ¡que guay! ¿ese es mi hijo ¿claro, de quien va a ser ¡que guay¿ se ve la cabeza? no todavía no y mejor que no se vea porque Cabrillo y Madueño todavía no han llegado.¿van a tardar mucho? sabe Dios, me parece que iban a comer por aquí cerca pero como son Médicos vendrán cuando quiera ¿y no les podéis avisar? no hace falta porque ya estamos aquí y ya sabes Begoñita, si quieres comer por ahí y venir cuando te de la gana solo tienes que hacerte Médico que a la Facultad puede ir cualquiera y la carrera no es muy cara, solo son seis años de estudiar, aprobar el MIR, hacer cinco años de la especialidad que te toque si tienes buen número y luego otros quince o veinte años de ejercer y ya puedes comer donde quieras, eso si, con el móvil encima de la mesa por si a alguna comadrona, como has hecho tu hoy, se le ocurre llamarnos, o sea que ánimo y ahora dejémonos de historias y vamos al tajo. Déjame el forceps y dile al anestesista que le ponga algo porque le está doliendo. ha dicho que ya le ha puesto bastante bueno, pues que le ponga mas es que no está por aquí pues que esté no te enfades que ya estoy aquí ¿qué pasa? que le duele no le puede doler pues mira, en cuanto la toco le duele imposible ¿imposible? Maribel ¿te duele aquí? un montón.¡lo ves! pues María me ha dicho que ya le ha puesto la dosis ¡y que! que no le puede doler mira Pepe, haz lo que quieras pero que no le duela ¿la duermo? a mi que me cuentas le voy a poner un poco mas y sino la duermo bueno ¿qué tal, Maribel? mucho mejor ahora va a nacer tu niño, pero para eso nos tienes que ayudar y empujar en cuanto notes la contracción es que ahora no noto nada no te preocupes que nosotros te avisamos. Venga ahora, venga, venga, venga, muy bien un poco mas . Fenomenal. Aquí tienes a tu niño que guapo es ¿verdad? Es igual que su padre y que pasa ¿que el padre no ha querido entrar? si, lleva todo el parto dándonos el coñazo pero como esta estaba tan nerviosa no le hemos dejado, .ya y no crees Begoñita ¿que un padre debe disfrutar del nacimiento de su hijo?
al próximo  le dejamos entrar ¡próximo parto! será con otra porque conmigo ni lo sueñe eso dicen todas ya hablaremos tu y yo Begoñita pero me parece que para el tipo de Ginecología que intentamos hacer aquí tú no nos vales entonces me voy a la Seguridad Social allá tu si me voy y no tengo que aguantar a esta panda de …..de todas las maneras piensa que si eres matrona siempre tendrás que tratar con embarazadas y da igual un sitio que otro.¡habéis visto que hijo mas guapo tengo! Es el mas guapo del mundo enhorabuena Maribel muchísimas gracias a todos y perdonar si he dicho alguna inconveniencia venga abraza a tu hijo y disfruta que para eso lo acabas de parir vamos a ponerle el nombre en el gorrito para evitar confusiones y darme la ropa que habéis traído para vestirlo ya y así os lo lleváis a la habitación hecho un hombrecito en el fondo hay una colonia ¡que guapo! solo te falta la raya al medio y tienes pinta de concejal de pueblo importante no llores déjale que así se expanden los pulmones, venga la camilla que se va al área de despertar ¿usted es Maribel García Perez? ¿lleva las pegatinas en el brazo? Si bien nos llevamos al niño ¿se lo llevan? Si ¡que pena está tan calentito! en una hora se lo devolvemos ¿le pinchas en el lóbulo de la oreja? Si no tienes tiempo le pincho yo ¿has sacado suficiente sangre? Pues ponle la pegatina para que le hagan una analítica completa y el grupo sanguíneo ¿me pasas el fonendo? Tiene un buen latido espera que vamos a ver como llora hija Mati, te has pasado una cosa es un pequeño pellizco y otra es que le dejes la marca de los dedos, pobrecito fíjate como llora pues todavía te queda otro pinchazo y las pruebas para la audición y la sordera ¿tiene buenos reflejos? caray con el niño casi me da una patada y tiene mas hambre que el perro de un ciego pero de momento hasta que no venga la Doctora no puedes comer, mira como chupa el guante cuidado que no te chupe mucho no vaya a coger una infección ¿le ponemos un antibiótico por si acaso? Lo malo es que no sabemos si es alérgico, casi le hacemos primero las pruebas alérgicas y así vamos con mas tranquilidad, entonces ¿le pinchamos en el culo? Si, mejor trae el faldón de las primeras doce horas que se lo ponemos ¿no te parece que este niño está un poco amarillo yo creo que no pero ante la duda lo metemos en los infrarrojos durante seis horas ¿se lo decimos a los padres? Espera un poco hasta que veamos como reacciona yo creo que ya han pasado casi dos horas ¿les avisamos? Si que venga el padre ¿Qué tal está mi hijo? Muy bien aunque tendrá que estar en la lámpara como un par de horas mas lo que digáis pero la madre tiene ganas de verlo y de darle de mamar hay que esperar para que el niño desarrolle el reflejo de succionar y además tenemos que enseñarle nosotras como debe poner al niño para que sea lo menos traumático posible ¿pero está bien? Parece que si pero todavía está pendiente de los análisis y hay que hacerle unas placas, además es necesario realizar un frotis faríngeo y una ecografía para valorar la expansión pulmonar y si todo va bien le tomamos una muestra de sangre del cordón y ya lo llevamos a la habitación pero que solo esté una persona para evitar contaminaciones ya y ¿Qué les digo a las abuelas? Pues dígale que para maleducar al niño tienen toda la vida por delante ¿pero es que llevan todo el día en el pasillo esperando para verlo? pues lo sentimos pero hoy imposible y mañana le haremos una nueva evaluación y ya veremos ‘¿le puedo dar un beso? ¡por dios que cosas tiene! A los niños recién nacidos hay que educarlos desde muy pequeños y esas muestras de afecto pueden resultar contraproducente el niño tiene que ganarse el cariño de sus padres y mientras eso no sea así los padres no deben abrazarlo y mucho menos besarlo solo faltaba eso el niño tiene que ir conociendo a su familia mu lentamente y a la menor señal de stress deben de llevarlo a un psicólogo porque puede quedarse marcado para toda su vida    
NOTA DEL AUTOR: Ya vuelvo a escribir como Dios manda y me dejo de gilipolleces que seguro que me lo agradecéis


ALDEA DE ABDELKAYANY. MARRUECOS

Solima de tan solo catorce años comenzaba a notar algo. No sabía definir que, pero algo se movía en su interior que la hacía presagiar que el ilusionado y a la vez temido parto se iba a producir.
Antes de sacar la alfombra para parir, conservada de generación en generación, Solima salió de la tienda y se acercó a su marido
-         Ibrahim: creo que ya ha llegado el momento de tener a nuestro hijo. Ya he preparado la alfombra y solo queda avisar a tu madre para que se prepare
-         ¿Estás bien?
-         Claro que estoy bien, mi amor, llega el momento esperado y mi alma arde en deseos de conocer al fruto de nuestro amor
-         Si quieres rezamos juntos para que todo vaya bien.
-         Yo ya he rezado para que Alá me acompañe, pero si lo deseas le invocamos otra vez
-         No, no hace falta, avisaré a mi madre.
-         Mientras tanto si te parece me voy preparando
Ibrahim le explicó a su madre lo que sentía Solima y Magmila hizo un hueco en el fuego que calentaba la tetera para calentar al mismo tiempo algo de agua. Encomendó a Ibrahim que fuera al pozo mas cercano a buscar mas agua. Sabía que era media hora de camino pero también sabía que le sobraría tiempo.
Ibrahim cogió dos vasijas y se encaminó al pozo. Un camino largo para hacerlo corto, pero todos los viajes empiezan con un paso, después otro y así todos los que hagan falta para volver cuanto antes. Las vasijas vacías y la cabeza llena de pensamientos ¿como sería su hijo? ¿nacería bien?¿sería muy largo el parto?¿que tal lo soportaría Solima? Estos y otros muchos pensamientos no tan positivos hicieron que Ibrahim acortara el trayecto en casi diez minutos.
Al volver a la jaima, Solima ya estaba en la alfombra de parir rodeada de trapos de diferentes colores. Su cara reflejaba la gravedad del momento y en sus ojos se adivinaba una súplica para que el parto fuera corto.
Magmila, como madre del padre, era la encargada de todo, hizo barro con el agua de la primera vasija y frotó con energía a Solima pasando sus manos desde el ombligo hasta las rodillas.
-         Esta es la tierra de la que procedemos y a ella vendrá el niño que va a nacer.
A continuación, con jabón perfumado limpió toda la zona, la secó cuidadosamente y se sentó en el suelo justo entre las piernas de su nuera.
-  Tu – Ibrahim se acercó – siéntate allí y coloca su cabeza entre tus piernas. Si ves que tiene lágrimas sécalas con este pañuelo y rocíale los pómulos y la frente con este tinte para alejar a los espíritus malignos. Vosotros dos, Hassan y Abderraman detrás mía y en cuanto veáis asomar la cabeza comenzad a entonar las canciones de parto ¿tenéis los instrumentos preparados?
-  Si madre – contestaron al unísono enseñando una pequeña flauta y una especie de pandero casi tan grande como Hassan su porteador.
- y tu Mohamed atiza el fuego para que el niño cuando salga no se resfríe. Ahora solo nos queda colocar la sabana paridora y a partir de ese momento, Solima, tienes que comenzar a empujar.
La cara de Solima se iba contrayendo poco a poco por el dolor, Ibrahim la animaba permanentemente y en los momentos de pausa le daba a oler una solución balsámica de un pequeño tarro dorado. Los ojos de Solima se cerraban con fuerza, las manos se aferraban a las de Ibrahim como el naufrago a una tabla mientras éste susurraba palabras de ánimo en su oído derecho.
La mecánica del parto se iba dilatando en el tiempo y ya eran casi cuatro horas las que llevaban esperando. Magmila introducía de vez en cuando su mano derecha en la vagina de Solima y trataba de facilitar el camino al niño que iba a nacer, pero éste no quería hacerse presente hasta que se acercó la abuela, Jalima, pidió a uno de sus nietos que la incorporara y apoyó todo su cuerpo en la barriga de la embarazada, provocando el único grito de dolor de Solima en todo el alumbramiento a la vez que un débil quejido procedente del bebé que ya asomaba la cabeza. La madre terminó de sacarlo, lo envolvió en un trapo de lino y se lo dejó a la madre para que disfrutara de ese momento, mientras que Ibrahim lloraba de emoción y sus hermanos entonaban un canto tradicional marroquí a la vez que desplazaban sus cuerpos al ritmo de la música.
Al niño recién nacido le retiraron el trapo de lino con el que había venido al mundo y la madre se lo dio a la abuela para que lo guardara para el próximo alumbramiento y Solima lo envolvió en su chilaba de la que todavía quedaban restos de sangre y abrazó al niño contra su pecho. Al medio segundo el bebé estaba enganchado a su pezón derecho y aspiraba como si lo hubiera hecho toda la vida.
-         Magmila ¿Cuándo sabré que ha comido suficiente?
-         No hace falta que lo sepas tú, el que lo tiene que saber es el niño y no te preocupes que lo sabe. Cuando dejes de notar al bebé ese es el momento de retirarlo.
-         ¿No crees que deberíamos de lavarle?
-         No, primero que coma, después que disfrute del calor de sus padres y mas tarde le lavaremos.
-         ¿Ha nacido bien?
-         Come, mama y se mueve ¿no?
-         Si
-         Entonces está bien.
-         Se parece a su padre
-         ¿Seguro?
-         Yo creo que si
-         La verdad es que yo tan pequeños no les encuentro parecido con nadie, pero ahora que lo dices si que se puede parecer Ibrahin cuando nació
-         Creo que ya ha terminado de mamar
-         Bien, entonces tu, Ibrahin, lo coges y lo rebozas en la arena del desierto para que sea un nómada como nosotros y luego lo dejas un rato con la abuela
Ibrahim lo tomó tembloroso en sus brazos, salió de la tienda y lo apoyó con cariño sobre la arena del desierto y le dio tres vueltas como mandaba la tradición.
Cuando la abuela lo tuvo en sus brazos lo lavó primorosamente con el agua que había preparado su hija, lo peinó utilizando su propia saliva para alisarle sus pequeñas cejas, le introdujo su dedo en la boca a modo de chupete y se lo devolvíó a Ibrahim quien lo colocó nuevamente sobre el regazo de Solima.




CLINICA LA MORALEJA. SANCHINARRO. MADRID

El padre de la criatura estaba tumbado en el sofá leyendo la prensa del día, la madre, desde la cama, aunque vestida para irse a su casa, miraba la televisión plana de plasma que no dejaba de emitir noticias sobre las diferentes guerras que se estaban desarrollando en el mundo, mientras el niño ya estaba en la maxicosi sentado con las manos envueltas en unas manoplas para evitar que se hiciera arañazos en la cara, gorro de lana, un arrullo azul clarito que dejaba entrever unos pantalones de peto blanco y unas botas blancas.

Después de mas de media hora de espera la enfermera entró sin llamar en la habitación

-         ¿Ya está preparado?
-         Si
-         ¿Le habéis vestido?
-         Claro, como nos dijiste que hoy nos íbamos
-         No, hija, no, yo os dije que posiblemente hoy os íbais si os veía antes la pediatra y la psicóloga, pero me parece que no va a ser así porque la psicóloga no ha venido y me parece que no va a venir
-         Entonces ¿Qué hacemos?
-         Esperar ¡que vais a hacer!
-         Pues no se porque a lo mejor tampoco viene mañana
-         Pues a lo mejor
-         ¿Y no se la puede avisar?
-         Ya lo sabe. El niño desnudo para cuando venga la pediatra. Adiós
-         Perdona ¿y si nos vamos que pasa?
-         No pasa nada. Firmas el alta voluntaria y adiós muy buenas, pero luego no vengas con historias porque te vas en contra de la voluntad de la psicóloga
-         Pero ¿cómo en contra si no lo ha visto?
-         Yo solo te digo eso. Adiós.

Casi a las once de la noche del día siguiente apareció la psicóloga quien sin excusarse comenzó el interrogatorio

-         ¿Come bien?
-         Si, muy bien.
-         Pues a partir de ahora le daréis solamente la mitad del biberón y cuando llore la otra mitad
-         Yo creo que con el biberón entero se queda con hambre.
-         Mejor y cada biberón de distinto calor para que empiece a distinguir los colores y a partir de la próxima semana con palabras en inglés para que se empiece a familiarizar con el que va a ser su idioma materno
-         ¿Materno? Pero si yo nací en Lavapies.
-         Es igual, hay que evitarle traumas y nunca debe saber el lugar de nacimiento de sus padres ¿entendido
-         Bueno, bueno si tu lo dices
-         ¿Para cuando está apuntado a la guardería?
-         Todavía no hemo sido, pero habíamos pensado que para después del bautizo
-         ¡Ni hablar! El niño a la guardería desde el próximo lunes y allá vosotros si queréis martirizarlo echándole agua por la cabeza desde su mas tierna infancia. Vosotros seréis los responsables. ¿Tenéis piano en casa?
-         ¡Piano! Pues la verdad es que no
-         Bien, pues mañana tenéis que tenerlo porque el niño debe empezar a sentir el placer de la música al contacto con sus dedos y en un año tiene que saber tocar con fluidez por lo menos cinco piezas clásicas, en caso contrario vosotros seréis los responsables de su mala educación ¿Alguna pregunta?
-         No alguna, tenemos miles de preguntas que hacerte
-         Bien, Sanitas ya no os cubre nada mas, aquí tenéis mi tarjeta, 60 € cada sesión y por lo menos diez sesiones al mes durante un año para que el niño tenga un desarrollo psicológico adecuado y no se convierta en un delincuente
-         Ya ¿y no será que la delincuente es Usted?  Deje en paz a nuestro hijo.
-         Adiós.
-         Adiós

Una vez instalados en su chalet de la Moraleja con el niño en su cuna acompañado por una enfermera, el Mercedes último modelo en el garaje, la televisión de plasma encendida, la bomba de calor a pleno rendimiento  y una copa de un Whisky de 25 years old en la mano, el padre exclamó
¡¡¡Esto es vida!!! Lo malo es que mañana se acaba





























ALDEA DE ABDEL KAYANY. MARRUECOS

Habían pasado casi cuatro días con sus correspondientes noches cuando Ibrahim propuso a su esposa pasar la primera noche con su hijo a la luz de la luna.
El viaje no era largo, tan solo unos cientos de metros pero la soledad debería ser su única compañera.
El equipaje para dos días era liviano. Unos trapos que hacían las veces de pañales, dos esterillas, dos mantas finas, unos sobres de te, varios trozos de carne cruda, un odre de leche y otro de agua constituían todo lo necesario para vivir en el desierto dos o tres días.
Se despidieron de la familia con grandes abrazos como si se fueran para toda la vida y avanzaron a través de las dunas hasta encontrar un lugar que les pareció el adecuado para depositar sus pertenencias.
Ibrahim buscó algunas ramas y las dejó a un lado para aportar calor si la noche lo necesitase. Con cuatro troncos y unas ramas construyó su vivienda provisional y extendió las alfombrillas. Solima preparó un té y sentados bebieron y comieron un pequeño trozo de carne.
Casi sin darse cuenta la luna se fue haciendo dueña de la noche, el recién nacido la saludó con un importante ataque de llanto que fue amortiguandose poco a poco según aumentaba el movimiento de su madre al acunarlo entre sus brazos. Sus pequeños ojos se fueron cerrando hasta quedarse profundamente dormido. Los padres sacaron las esterillas fuera de la pequeña choza y se tumbaron mirando a un cielo inundado de estrellas. El recién nacido estaba entre los dos y extendiendo sus manitas parecía querer estar en contacto con ellos. Alguna vez se movía y su madre utilizaba el dedo pequeño de su mano derecha para hacer de chupete y si con eso no era suficiente le ponía a uno de sus pezones colmando la felicidad del niño.
El frío tambien quería formar parte de la noche y la madre al no disponer de nada con que tapar al recién, lo introdujo por debajo de su chilaba y allí se mantenía caliente
-         ¿Le gusta?
-         Claro, el contacto con la piel siempre ha sido beneficioso para los recien nacidos

Ibrahim encendió el fuego frotando dos piedras de pedernal  y trataba de mantener la pequeña llama haciendo un hueco con sus manos soplando lentamente. Su mujer se acercó con el niño en brazos
-         Es curioso, la llama para el fuego se mantiene con pequeños soplos
-         Igual que el amor. Es necesario soplarle de vez en cuando para que no se apague
-         ¿Entonces el niño?
-         El niño es como un huracan, aviva el fuego y debemos dar gracías a Ala porque va a ser nuestra mejor compañía.
-         Lo malo es que solo podemos ofrecerle pobreza
-         ¡Pobreza! Eres muy injusta al afirmar eso, Solima. Nosotros somos pobres en dinero, pero en lo demás, somos inmensamente ricos. Tenemos calor de día y frío por las noches. El sol nos abrasa y la luna nos cobija, el firmamento y todo lo que se ve es nuestro y por si todo eso fuera poco, disponemos de tiempo para disfrutarlo.
-         Estoy de acuerdo, pero, por ejemplo, no tenemos coches lujosos
-         ¿No te llega con el camello? Mejor es ir despacio porque si corres llegas antes a ninguna parte..
-         Tampoco tenemos una casa grande
-         ¿Te parece poco una casa en la que las paredes son la oscuridad, el suelo la arena del desierto y el tejado el firmamento? Con esos mimbres tenemos la obligación de hacer un buen cesto de felicidad y creo que lo estamos consiguiendo
-         ¿No deberíamos plantearnos el futuro?
-         Para nosotros el futuro es hoy
-         ¿Y mañana?
-         Alá es grande y proveerá – Bebió agua del odre que colgaba de una rama, se tumbó en el suelo, miró a Solima, le dio un beso al niño que dormitaba en su pecho y exclamó:
¡¡¡ Esto es vida!!! Y mañana mas


Y colorin colorado este cuento se ha acabado

El biabuelo Tino







Madrid 29-09-2009








sábado, 17 de diciembre de 2011

EL LOCO CAPITULO 6 Y ULTIMO


 Queridos bloggeros/as: Ayer oí un anuncio por la radio que era algo así como los miercolinis no se que, los viernes toca pasta y los sábados ¿que pasa los sábados? nueva entrada en el blog y como hoy es sábado pues toca y para no aburrios en exceso os envío el último capitulo del Loco y esta historia se acabó.
La semana que viene aprovechando que es Navidad y como creo que ya os dije, intentaré buscar algún cuento para celebrarlo y a partir de la otra íré publicando (¡en el blog se publica o se edita? en el fondo me da lo mismo) una nueva novela que a mi me parece que es mejor que las anteriores. Es un paseo por Cedeira, se puede decir que es un paseo autobiográfico porque voy escribiendo cosas mías que, como siempre, unas son verdad y otras inventadas y cada uno que descubra cuales son unas y cuales otras. Aviso que hay una parte, no me acuerdo en que capitulo, que es así como un poco verde, no porno ¡hombre eso no! pero así como picantona. Estuve pensando si quitarla pero perdía mucho el relato, entre otras cosas porque me acuerdo como si fuera ahora mismo y de eso hace ya unos años, que me lo pasé muy bien inventándome, esta vez si que es todo inventado, el ambiente y lo que ocurría en el interior de un club de esos de carretera que, por aquello de la educación recibida por parte de my family no me quedó mas remedio que llamarle "Juan Sebastian Elcano"
En fin, todo se andará
Un abrazo
Tino
(milagro: se ha vuelto a cambiar la letra y esta hay que verla con lupa, no con la perra de Tito que también se llama así si no con un instrumento que sirve para ver las cosas mas grandes. ¡Vaya lío! y encima este invento del ordenador dice que revise el spam de blogger ¡¡¡con dos cojones que diría un castizo!!!. Bueno adiós)
CAPITULO 6

El sol se ocultó detrás del horizonte y la luna hizo su entrada triunfal. Desde la puerta del bar se apreciaba como el día se iba marchando

-         Uno menos. sentenció el Alcalde, mientras que el hijo afirmaba
-         Uno más.

Por la cabeza de D. Cesáreo, que se había retirado a su casa con la excusa que se estaba haciendo de noche,  pasaron las puestas de sol desde la ventana del psiquiátrico, medio puestas de sol porque la otra media la tapaba la pared que cerraba el recinto. Fueron años de soledad, de sufrimiento porque todos decían que estaba loco, pero él sabía que lo que decía no eran locuras si no verdades como puños, políticamente incorrectas, pero verdades al fin y al cabo.

Se acordaba de aquellos primeros años solo, su familia le había dado de lado porque uno puede padecer cualquier otra enfermedad y no pasa nada, incluso la familia tiende a unirse más, pero tener un padre o un hijo ingresado en un psiquiatrico, esta como mal visto. Incluso para ir de visita, los familiares se inventan mil y unas historias para que los vecinos no se enteren y a los pacientes se les encierra como si la locura fuera una enfermedad contagiosa.

Sin embargo. él sabía que nunca había estado loco, lo sabía y le daban ganas de quitarse la sotana gritar a todo el mundo que Manuel Seoane Castiñeiras, ni era el Inspector Fandiño, ni Cristo que lo fundó, que era un ser vivo, una persona normal y corriente, quizás algo mas listo que la mayoría por aquello de saberse de carrerilla la historia del Deportivo de La Coruña, pero un tipo normal, afable, buena gente, que necesitaba cariño y hasta tal punto era así que sin ningún esfuerzo era capaz de transformarse en D. Cesáreo sin despertar las sospechas de nadie.

Lo acababa de pensar, ¡me salgo de cura! ¡Se acabó! bueno hasta mañana porque tengo confesiones y no puedo dejar abandonados a mis feligreses, pero en cuanto termine cuelgo la sotana y volveré a ser libre como un pájaro. Con ésta ilusión se metió en la cama, intentaba descansar unas horas, pero el empeño resultó imposible. Su cabeza no paraba de dar vueltas y más vueltas como el cemento en una hormigonera. Desde la ventana de la casa del cura se veían las estrellas como un mapa iluminado.
Sus ojos fatigados de tanta farsa, parecían querer cerrarse, pero el fulgor de las estrellas se lo impedían. Incluso, algunas estrellas fugaces le hacían levantar la cabeza de la almohada para seguir su recorrido hasta que terminaba violentamente.

Intentaba recordar los buenos momentos de su vida y todos se veían interrumpidos por la llegada  de algún Médico, sus gritos desde la habitación del psiquiátrico eran calmados con una medicación que lo dejaba exhausto y cuando intentaba recuperarse, otra vez el Médico le diagnosticaba un agravamiento de su locura, mas medicación y por lo tanto mas tiempo de permanencia en aquel lugar de locos en el que un cuerdo no  se acordaba de  nada

Solamente había un tramo de su vida del que se acordaba como si estuviera ocurriendo en este momento. Habían sido cuatro años ¡cuatro años! en que no había salido del estrecho solar del psiquiátrico y sin embargo había sido la época más feliz de su vida, eso seguro.

Había conocido a María Luisa, su Dulcinea del Toboso, al principio mujer fría como ninguna, pero que gracias a su insistencia,  se había  transformado de tal manera que hasta llegó a demostrarle que ella también le quería. Nunca le había hablado, ni falta que hacía, las palabras expresan sentimientos y ellos los tenían en sus miradas. Recordaba con nitidez como la había tenido que conquistar. Ella, al principio, no parecía especialmente interesada, pero su constancia y perseverancia le llevaron a un triunfo merecido. Fueron muchos días de espera, muchas horas de angustia sin conseguir el más mínimo gesto por su parte. Pero él insistía e insistía.

Cuando, por fin, Luisa movió un dedo, su recuerdo se hacía mas imborrable, llegó la madrugada, las estrellas se fueron del firmamento y otra vez D. Cesáreo, siempre D. Cesáreo, limpió la Iglesia, como todos los días  a las ocho de la mañana y a las nueve ya estaba en el confesionario para perdonar los pecados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Permanecía con los ojos cerrados, en actitud como de oración permanente, pero su eterna Dulcinea del Toboso se le aparecía cada segundo caminando lentamente  por los estrechos senderos del cerebro. Aparecía y desaparecía como si estuviera jugando a un escondite interminable. D. Cesáreo desplazaba su mano por la madera del confesionario, como aquella primera vez en el banco del parque del psiquiátrico que él había bautizado como el Monte de los Olivos.

(Inciso importante o por lo menos a mi me lo parece : Os recuerdo que toda esta historia está copiada de una libreta por eso todo lo que sigue es interesante)

¡Ahí va! me acabo de dar cuenta que solo queda una hoja de la libreta y tengo que llegar al final en tan poco espacio. Tranqui, escritor de tres al cuarto, no pasa nada que para eso vengo preparando a D. Cesáreo desde hace un rato. Continuamos a bingo.

La madera estaba templada, señal que el verano estaba próximo y la mano del párroco desprendía fuego. De pronto, una sombra se cernía sobre la rejilla de la izquierda del confesionario  D. Cesáreo notó como se aceleraba su corazón sin razón aparente. A través de la rejilla no podía saber quien estaba al otro lado, pero sabía, estaba seguro, que alguien había.

-         Ave María Purísima - preguntó con voz temblorosa.

La sombra no contestó. El párroco aspiraba su olor, sabía que estaba allí, no la veía pero la intuía. Pensó en abrir la pequeña puerta que le comunicaba con el mundo y abrazarla, pero prefirió seguir sentado en su incómoda tabla. D. Cesáreo sonreía, sabía que le hablaría y en pocos segundos la sombra le dijo:

¡¡¡¡¡¡¡¡Estás locoooooooooooo!!!!!!!!










PUNTO Y FINAL .-




Querida Blanca:

Como coincide con tu treinta y tantos cumpleaños, éste va a ser mi regalo. Espero que te haya gustado.

Al final, como me pasa siempre, lo he copiado en el ordenador y si me da por ahí y con tu permiso, lo pasaré a los Belascoaines y a todo aquel que quiera  para que lo lean si les apetece.

Confieso, pero fuera del confesionario de D. Cesáreo, que me lo he pasado francamente bien escribiendo. Fíjate si me habrá gustado que seguiría con una segunda libreta, o sea con una segunda parte, pero, de momento estoy escribiendo otra cosa que seguro que te va a gustar mas, pero esa otra novela si que es larga y se hará de rogar todavía un poco.
En fin, hasta la próxima
Un beso

El Tío Tino




martes, 6 de diciembre de 2011

EL LOCO CAPITULO 5

 Queridos Blogueros/as: Ya se que es un día raro para enviaros otro capitulo del loco, pero como media España, yo también me voy de puente y el sábado no estaré, o sea que adelanto el capitulo cinco que creía que era el último, pero no, me equivoqué. Resulta que queda uno mas, o sea que el sábado día 17 os mandaré el 6 y último.
Merce: tu que has sido de este ramo ¿me puedes explicar porqué se cambia la letra y unos días es en negrita y otros no? Esto de la informática es como las meigas que yo naturalmente que no creo pero haberlas hailas  (¿se escribe así?) 
Estoy pensando que para Navidades y si encuentro algo por ahí, lo mismo meto algún cuento corto, de esos con mensaje que quedará como muy chulo, aunque no tengo ni idea si lo tengo y estoy metido hasta las orejas con una historia de un policia rural o algo parecido, a lo mejor no es rural y resulta que al final es del mar, todavía no lo se y no quiero dejarlo.
En fin, malo será que en mi extensa producción literaria (esta frase es hortera que te ........) no encuentre algo navideño. Se buscará
Hasta el día 17
Un abrazo para todos
Tino  

CAPITULO CINCO

Ahora atendía por el nombre de D. Cesáreo y era el nuevo párroco de una pequeña parroquia de un pueblo todavía más pequeño de tierra de campos. No encontraba por ningún lado a su Dulcinea por lo que había decidido volverse a su tierra natal, pero un anuncio en el periódico le hizo volverse atrás en su decisión. En ese pueblo necesitaban un párroco y dicho y hecho. En una tienda vieja de artículos eclesiásticos, se compró un par de sotanas usadas y un breviario. Se había teñido el pelo de un blanco que le hacía parecer interesante y armado de valor y un currículum inventado en una noche de insomnio, se había plantado en su vetusto vehículo en la plaza de un pueblo más viejo que los dos juntos.

En pocos minutos fue recibido por el Sr. Alcalde en su despacho, le entregó una carta perfectamente falsificada del Obispado de Valladolid junto con un currículum abreviado y como quien no quiere la cosa, empezó su labor pastoral, que no pastoril.

Previamente, Don Cesáreo se había preparado concienzudamente para ejercer su nueva profesión de Sacerdote y así durante algunos meses ayudó a Misa en una pequeña parroquia apuntando en su memoria todos los detalles. A continuación se fabricó su propio currículum vital con un pasado que comenzaba en el Seminario de Toledo y posteriormente como Misionero en el norte de Ecuador, en un pueblo tan pequeño que, por no venir, no venía ni en el mapa. Se había dejado la barba  y todos los movimientos los realizaba con extrema lentitud.

El Alcalde, Paco, era el máximo regidor de un pueblo tranquilo, frío en invierno y caluroso en verano, católico a mas no poder y ante la posibilidad de disponer de un Sacerdote de manera permanente para los cerca de cien habitantes del pueblo, no dudó en ofrecerle casa, al fin y al cabo solo tenía que adecentar la existente y un pequeño sueldo que completara el que cobrase del Obispado

-         Seguro que no se arrepentirá de su elección D. Cesáreo – Paco trataba de convencerle que se sentiría a gusto.
-         La verdad, mi querido Don Francisco
-         Llámeme Paco, por favor – le interrumpió el Alcalde
-         Bien – D. Cesáreo juntó las manos como si fuera a orar – como le decía, desde que he llegado todos han sido muy amables con mi persona, pero no por mi, si no por Nuestro Señor Jesucristo que ha tenido a bien enseñarme el camino hasta llegar a este pueblo y así poder ejercer mi labor evangelizadora que no es otra que trasladar a las personas que habitan en este precioso lugar que la vida sin fe no es nada y que la esperanza en Nuestro Señor Jesucristo es la base para asegurarse un futuro en paz.
-         Estoy absolutamente de acuerdo con Usted, pero me da la impresión que en este pueblo no hay ninguna confianza en el presente y para que le voy a contar en el futuro.
-         Esa precisamente es mi misión – D. Cesáreo hizo la señal de la Cruz – con la ayuda del Señor tengo la obligación de generar ilusión de tal manera que la semilla que hoy plantemos sea el pan del futuro.
-         Si – intervino Anselmo el hijo de Paco que hasta ese momento había estado de oyente en la conversación – todo eso está muy bien, pero por mucha fe que se tenga si el FROM sigue pagando las patatas a medio euro el kilo, así no se puede seguir con la agricultura
-         Hijo mío – D. Cesáreo le dio la bendición y a continuación unas palmaditas en la espalda – la fe mueve montañas y si se lo pedimos a Dios, seguro que conseguirá, gracias a su Divina Providencia, no se si que el FROM pague mas de medio euro por un kilo de patatas, pero si como es tan grande y misericordioso que, por ejemplo, la lluvia riegue nuestros campos y ayude a mejorar las cosechas o evite el pedrisco que asola los campos en unos minutos.
-         Muy bien, Padre, - el Anselmo insistía en sus argumentos – todo eso está muy bien, pero la gente se va de los pueblos, el campo cada vez está mas vacío y nunca mejor dicho que dejado de la mano de Dios y así vamos
-         Son tantos los dones que Nuestro Seño Jesucristo nos puede aportar que tendremos que establecer un orden de prioridades, pero lo primero es conseguir algún tipo de trabajo para los jóvenes, que son el futuro del país, no nos abandonen. En eso tendremos que incidir, al igual que los niños que tienen que ser la cantera. La juventud está mal, harta, aburrida ante tantas mentiras como les cuentan los medios de comunicación social y tenemos que ser nosotros, los católicos convencidos, los que les ayudemos a recuperar la ilusión, esa pasión por el campo que ha dado pan y trabajo a generaciones y generaciones anteriores. Ese debe ser nuestro objetivo y si hay que ir a la capital a pedir alguna subvención, iremos porque para conseguir algo en la vida, hay que moverse, hay que luchar, hay que superar todas las vicisitudes que el presente nos depara porque al final está la salvación. “Polvo eres y en polvo te convertirás” dijo Nuestro Señor Jesucristo, pero entre medias hay que trabajar, hay que conseguir que los campos estén mejor gestionados, que los patronos sean conscientes del enorme trabajo que realizan sus asalariados, pero también, a su vez, que los obreros cumplan con su obligación que no es otra que trabajar como Dios manda para llevarse a casa un sueldo digno.

Don Cesáreo se había puesto hasta colorado después de un discurso tan encendido.

-         Fúmese un pitillo buen hombre que le va a dar un mal - Paco, el Alcalde le ofreció una pitillera donde guardaba el tabado de picadura para liar.
-         Deje, deje, Don Paco, no me tiente que hace muchos años que dejé de fumar y ya sabe usted que la carne es débil, los peligros que nos acechan son muchos y el tabaco es muy malo para la salud.
-         Hombre, Don Cesareo - El Alcalde tomó un buen trago de coñac - no se ponga Usted así que un pitillito de vez en cuando no le sienta mal a nadie ¿no le parece?
-         Si fuera solo uno, naturalmente que estaría bien, pero para los fumadores, uno no es nada y son uno detrás de otro que es distinto.
-         Bueno, bueno - el Alcalde continuaba con su afán de agradar al Sr. Cura - pues entonces, tómese una copita con nosotros.
-         Eso si, ve, lo mismo que al tabaco le digo que no, a un poquito de ron si que no le haré ascos
-         ¿Le gusta el ron, D. Cesáreo?
-         En algo se tiene que notar que he vivido tantos años en Ecuador.
-         ¿Y al vino no le pega? - preguntó el hijo del Alcalde con la idea de ir conociendo poco a poco al nuevo Cura.
-         ¡Hombre! ¡que quiere que le diga!, prefiero el ron
-         Pero no dirá la Misa con ron ¿no?
-         No hombre no, ¡que cosas tiene! La Misa siempre con vino de uva y si es bueno mejor ¡ah! y en las comidas agua que dicen que es muy saludable
-         Eso son cosas de los Médicos y de los matasanos cuanto mas lejos mejor, se lo digo yo que soy un experto
-         ¡Que pasa! ¿le han operado muchas veces?
-         Por culpa de la jodida próstata
-         Por favor, Don Paco - el cura se santiguó piadosamente- modere su lenguaje  que está Usted en presencia de un Representante de Dios en la tierra.
-         Perdone Sr. Cura, perdone, pero es que en cuanto hablo de mi próstata es que me enciendo. Se me pone una cara de mala leche que me corre hasta por las venas.
-         Pero hombre de Dios, no se ponga Usted así que no se si estará enfermo, pero se está pegando unos lingotazos de coñac que ya ya
-         Es lo único que me queda ¿sabe Usted? - Don Paco se puso serio y con los ojos tan vidriosos que parecía que iba a romper a llorar de un momento a otro - no me doy mas a la bebida por el que dirán que si no....
-         Parece mentira que un hombre hecho y derecho como Usted diga esas cosas
-         Pues es la verdad, D. Cesáreo
-         Hijo mío - D. Cesáreo volvió a juntar sus dos manos dejando encima de la mesa de mármol el vaso de ron con la mitad de su contenido - uno hace planes y llega Dios, sin saber por qué ni por que no y se los desbarata. ¡Así es la vida!
-         Si, pero parece que Dios se está cebando conmigo
-         No diga eso Don Paco
-         ¡Como que no! hasta los sesenta y cuatro no me puedo quejar, pero a partir de ahí, ¡vaya con su Dios! primero el cáncer de próstata, que si ingreso en el Hospital, que si biopsia por aquí, que si dilatación por allí, tres operaciones, diez sesiones de quimioterapia y cuando las cosas se van aclarando, a mi Dolores le da una trombosis, otros dos meses de hospital, esta vez de acompañante y después de ese tiempo hubo una repetición de la jugada y la mujer con la que he convivido toda la vida, ¡hala! a criar malvas en el cementerio del pueblo.
-         Resignación cristiana, Don Paco, resignación cristiana.
-         ¡Que remedio! pero no me diga que le esté agradecido a su Dios porque eso si que no, ni tampoco, como dijo el cura que nos dio el funeral, que teníamos que estar contentos porque su Dios había decidido llevársela con él ¡coño! que la deje aquí y que se lleve ¡yo que se! a la Eufrasia  que desde que nació tiene fama de mala persona-
-         Uno nunca puede entender a Dios, pero El si que sabe lo que es mejor para ti, hermano Paco. Piensa, mi queridísimo hermano que nuestro paso por la vida es como un grano de arena comparado con la inmensidad del desierto. La eternidad es lo importante
-         Venga Don Cesáreo, no me cuente mas historias, si me tengo que aguantar me aguanto, pero no me diga que encima esté contento porque a tanto no llega mi fe.
-         Pues rece. Don Paco, rece y verá como Nuestro Señor Jesucristo le dará fortaleza para resistir eso y muchas mas cosas hasta que. ese Dios en el que Usted no confía tenga a bien decidir que su paso por la vida ha finalizado y llegue el momento de reunirse nuevamente con su Señora en el Reino de los Cielos.
-         Está bien Don Cesáreo, dejemos este tema ¿quiere otra copa?
-         Bueno, pero que conste que es para no hacerle un feo
-         Jesús  -  el tabernero levantó los ojos de la barra - rellena estas copas, haz el favor.
      Por cierto, Padre,  en Ecuador ¿verdad?
-         Si y muchos años
-         Magníficos recuerdos, seguro
-         Pues si - Don Cesáreo se iba animando a la misma velocidad con que disminuía el ron en su vaso- prácticamente toda la vida dedicado a esa Misión y estuve muy a gusto, esa es la verdad.   
-         Sin embargo, no se le ha pegado nada el acento
-         Claro que no - El Cura se consideraba un afortunado en ese aspecto- uno ha sido y es castellano hasta la muerte.
-         Eso de irse por ahí y dejar familia, amigos etc tiene que ser muy duro.
-         Si, pero si uno lo hace con afán de servir a los demás, las cosas son mucho más fáciles y llevaderas, sobre todo si ese servicio corresponde a una llamada de Dios. Te llama y tienes que decir que si
-         Ya - el Alcalde se frotó la calva con fruición - pero reconozca que hay que estar un poco loco para dejar todo y ¡hala! al Ecuador
-         Bueno - D. Cesáreo estaba tan inmerso en su papel que no se acordaba de su pasado reciente - no es tanto un problema de locura como de saber responder a la llamada del Señor. Si te llama tienes que hacerlo
-         Pero estará de acuerdo conmigo en que dejar todo es muy duro
-         En mi caso, no se crea. No tenía familia directa y enseguida me hice a la vida de la Misión.
-         ¿Era un pueblo grande?
-         ¡Que va! el lugar donde vivía no tendría mas de veinte, veinticinco vecinos, pero había muchísimos pueblitos que tenía que atender y visitar para cumplir con la misión que se me había encomendado. Los domingos tenía que decir seis Misas en seis pueblos diferentes y todo ello desplazándome en una moto pequeña que se paraba cada dos por tres. Menos mal que me conocía todo el mundo y me ayudaban a empujarla para que volviese a arrancar. Incluso, una vez, me acuerdo que llegaba tarde a la última de las ceremonias y un vecino me llevó en su bicicleta.
-         Eran gente muy buena
-         Si, pero no mejores que las de aquí. En general en los sitios pequeños la gente es más solidaria y te ayudan mucho más que en las grandes ciudades. Yo tengo una teoría, que naturalmente no todo el mundo comparte, y es que el coche acaba con la paciencia de las personas. No es que yo discuta la utilidad del coche, ni mucho menos, lo que digo es que un atasco de esos de las grandes capitales desquicia a cualquiera y lógicamente si una persona, en Madrid o Barcelona, está dos o tres horas diarias metido en el coche, es lógico que acabe de los nervios  y eso todos los días. No me diga que no es para volverse loco.
-         Si - D. Paco atendía a los razonamientos del cura - pero no solo los coches. A mi me parece que es la vida en general la que crea ese mal.
-         Si estamos de acuerdo y creo que los dos estamos diciendo lo mismo.
-         Lo que no hay duda es que en un pueblo se vive mucho mejor.
-         Según para que - ahora le tocaba el turno al hijo del Alcalde que con la inquietud propia de sus veintipocos años de edad, no podía estar de acuerdo - en un pueblo se vivirá mas tranquilo, pero no tienes ninguna posibilidad de ascender, de ir subiendo en la vida. Te adocenas, no tienes inquietudes, no se, parece como si te enterraras en vida.
-         Ese es el eterno punto de discusión entre los jóvenes y aquellos, que como yo, ya no peinamos ni canas.
-         Eso es normal Padre - respondió el hijo - en algo se tiene que notar la diferencia de edad. Si no te quieres comer el mundo cuando eres joven ¿cuando te lo vas a querer comer?
-         Lo que ocurre - ahora era D. Cesáreo el que intentaba aportar algo dentro de su lúcida locura - es que en el mundo que nos ha tocado vivir, para ir para arriba como dices tú, tienes que dejar atrás muchas cosas y eso es en lo que ni tu padre ni yo estamos de acuerdo contigo y es verdad que tienen que pasar los años para llegar a esa conclusión pero realmente ¿tu crees que viviendo en Madrid o Barcelona estaría mucho mejor?
-         Seguro que si - afirmó categóricamente Anselmo.
-         Este tema lo hemos hablado tu y yo en infinidad de ocasiones y volvemos a lo mismo- el padre se volvió a rascar la cabeza - Dinero seguro que ganas mas, pero ¿cuanto gastas en transporte diariamente  para llegar a tu trabajo? por ahí ya pierdes una cantidad, que no será mucho pero ya es algo. Suma el precio de una vivienda y la comida que es mucho más cara y solo con esas tres cosas  posiblemente ya ganes menos dinero.
-         Y eso hablando de dinero solo - D. Cesáreo bebió otro sorbo de ron - que si analizamos otras cosas todavía es peor. Por ejemplo, para mi lo mas importante es disponer de tiempo libre. Tener tiempo para darte un paseo todos los días, para oír los pájaros, para charlar con los amigos, para leer e incluso para ver crecer a tus hijos. Hay un dicho demostrativo de lo que te estoy diciendo “era tan pobre que solo tenía dinero” y es una gran verdad, porque normalmente para llegar a esa situación hay que trabajar mucho y vivir poco.
-         ¿Y no se puede disfrutar de la vida trabajando? - preguntó el joven

Ahora el que respondía era el Alcalde

-         En un pueblo si, en una gran ciudad yo creo que no.
-         Absolutamente de acuerdo, por lo que te decíamos antes, como todo es más caro, tienes que trabajar más horas para que te luzca lo mismo.
-         Todo eso está muy bien - Anselmo no daba su brazo a torcer - pero, por ejemplo, en una ciudad eres un desconocido y puedes hacer lo que te de la gana, cosa que en un pueblo no.
-         En eso tienes toda la razón - El Alcalde intervenía de nuevo  - en cada ventana de la casa de un pueblo hay un chivato que ve todo y lo cuenta todo. Esa es la parte negativa, pero la positiva es que tienes cualquier problema y como todo el mundo lo sabe, es más fácil que te ayuden.
-          Pero nunca te dejan en paz - insistía el joven
-         Busca la paz en tu interior así te dará igual estar solo que acompañado.
-         Mire, D. Cesáreo, no me intente convencer de algo que yo se que tengo la razón y si no fuera así, ¿porqué se van los jóvenes de los pueblos?
-         Eso es verdad - corroboró D. Paco
-         En eso tienes razón , hijo y no se te puede discutir, pero como te decía antes D. Cesáreo ¿es mas feliz el que se pasa todo el día contando millones que el que no tiene tanto y ve, por ejemplo, crecer a sus hijos? No lo se, hijo, no lo se. Yo creo que no aunque entendería perfectamente que tu digas que si, no lo se.
-         El dinero es muy importante en la vida. Es verdad que no lo es todo, pero ayuda bastante a ser feliz.
-         A veces, porque otras lo único que acarrea son desgracias.

D. Cesáreo le hizo una seña al camarero para que le echase un poquito mas de ron

-         El dinero es importante, por supuesto pero entonces ¿por qué mucha gente se vuelve al pueblo en cuanto puede?
-         Bueno, pero eso es normal - El Anselmo no se daba por vencido - primero ganas todo el dinero que puedas y eso si, a base de echar horas como un descosido y luego ya tienes un buen peto y lo dejas cuando quieras.
-         ¿Cuando quieras? ¿tu crees que la gente sabe decir hasta aquí he llegado y no quiero nada mas?
-         Habrá de todo, gente que si y gente que no
-         No lo se porque si te fijas cuanto mas ganas mas quieres, buenos pisos, buenos colegios para tus hijos, caprichos por todas partes. No se, no estoy seguro que tengas razón.