Querido blogueros/as: Voy a hacer un pequeño alto en el camino de las novelas largas y me voy a dedicar durante tres o cuatro fines de semana a meter en este blog algún cuento que escribí hace tiempo y empezaré por este que me lo acabo de encontrar y después si cambio los nombres, por aquello de no meterme en líos, trataré de explicaros, desde el punto de vista del abuelo que va a tener nada menos que los dos primeros nietos y enicma mellizos, lo que se siente, pero eso será la semana que viene.
Lo siento por ti, Merce, pero la parte final es un poco pesada porque es una breve historia de casi todos los belascoaines que, por aquel entonces, deambulaban por el mundo y para los que no son de la familia posiblemente sea un poco rollo, pero, no te preocupes qeu vendrán tiempos mejores.
Tengo la impresión que este cuento ya lo he publicado en otro sitio, pero no soy capaz de acordarme en donde, o sea que si ya lo habéis leído, pues nada, esta semana vacación
Como siempre, espero vuestros comentarios
Un abrazo
Tino Belas
CUENTO PARA LA NAVIDAD 2009 DE LA FAMILIA BELASCOAIN
EL MONO CUENTACUENTOS
INTRODUCCION.-
La idea de escribir este cuento se me acaba de ocurrir como pasa con casi todas las cosas y hay que reconocer que es un sitio raro para que venga la inspiración porque estoy en la consulta de La Fraternidad donde termino de curar a un rumano con una herida en un dedo, a un búlgaro con una rozadura en un pié, a un marroquí con unas cicatrices en la cara, a un senegalés con una quemadura, a un argentino con otra quemadura, a un ecuatoriano con una amputación de un dedo y a dos bolivianos con heridas múltiples por un accidente de coche ¿Se me olvida alguien? Si, si, creo que había un bielorruso, un indio, dos ucranianos y una colombiana pero no me acuerdo lo que tenían y durante todo este tiempo una pregunta revolotea alrededor de mi reluciente calva y los curritos hispánicos ¿donde están?
Estaréis de acuerdo conmigo en que este inicio queda como muy intrigante y parece que va a ser un cuento político ¿a que si? Pues lo siento pero no, estáis equivocados. Esto es una situación real en mi trabajo y nada mas, pero para empezar no queda mal, pero no, el cuento que voy a escribir es la historia de un cuentacuentos que naturalmente es un cuentista que lo que cuenta son cuentos y eso que no he caído en la cuenta que el cuento tiene que ser corto porque sino en vez de un cuento esto se convertiría en la colección completa de las novelas de Corín Tellado, es decir, en un coñazo y para eso ya tenemos bastante con la tele y tampoco es eso.
Va a ser un cuento como todos los cuentos en el que lo que cuento siempre tiene que ser totalmente de mi cosecha, tienen que ser cuentos diferentes, mas bien imposibles aunque tendrá también parte real y quiero que, como es un cuento, os lo toméis como un entretenimiento, en algún momento que soltéis alguna lágrima y sobre todo, como es para Navidad, que sea agradable , que paséis un rato de lectura sin mas y que sea como una felicitación de Navidad que os mando por Internet de los Belascoaines o lo que es lo mismo el Javiernet
Tampoco esperéis milagros porque uno es aficionado a esto de escribir pero de momento no me llamo Lope de Vega, ni Cervantes, ni nada de nada, soy Tino, para algunos el tío Tino y para uno (a que si Nacho Sainz) el tío Pino, pero nada mas.
El propósito de este cuento es pasarlo bien y espero conseguirlo. Yo seguro que si, porque todavía no he empezado y ya se me ocurren varias situaciones que pueden provocar cierta hilaridad (¡que cursi!, no me gusta, lo borro y seguimos) que puede que nos haga descojonarnos de risa (¡que poco fino, parece mentira que sea un Belascoain! También lo borro) ¡eureka! Ya me ha salido, borrar todo lo anterior y poner que lo que pretendo con este cuento es una sonrisa ¡que bonito! ¡Es Navidad!
¡Que bonito!
¡¡¡¡Es Navidad!!!
- ¡Belascoaines y Belascoainas!, ¿estáis preparados?
Tenéis que contestar todos
- Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
- Bien, primero pongámonos en situación: el escenario va a ser la mesa de piedra de Vilacacín un día de esos que nos juntamos todos.
Todos los niños estáis sentados delante dando palmadas y llamando al Cuentacuentos
- ¡Que venga ya que el público se va! ¡Que venga ya que el público se va!
Los mayores empezando por la Bisabuela están detrás sentados en sillas de terraza, y la mayoría en el duro suelo. Cosa rara pero hace bueno y eso que es durante el puente de Diciembre. Bueno, bueno hace pero tampoco hay que exagerar, una rebequita no viene nada mal. Parece que ha cedido algo el viento porque sino adiós al escenario que lo he situado justo al lado de la mesa de piedra tapado con una cortina verde. Ya se que lo podía haber puesto donde las fresas o cerca de los frutales del otro lado de la casa o en el sótano ¡que mas da! Pero lo he puesto ahí porque me ha dado la gana que para eso soy yo el que se inventa el cuento ¿pasa algo? Ah bueno.
Desde detrás del escenario se pide silencio y cuando todo el mundo está expectante, se abre el telón y aparece “La Veloz" con su casco amarillo deteriorado después de tanto navegar por todos los mares del mundo, las velas al pairo como si se hubiese cansado de tanta ola chocando contra su borda y sentado en la proa el Tío Tino y, lo mas importante, un mono en su hombro derecho. Si, si, habéis entendido bien, un mono, pequeño pero mono, tiene las piernas colgando, unos calcetines con unos tomates como los de cualquier huerta que se precie, la cabeza cubierta con un gorro rojo con una pluma de vivos colores, un niqui escaso que no le tapa la barriga, bañador de rayas y unas chanclas. Todo lo anterior como seguro lo habéis entendido a la primera, se refiere al Tío Tino porque seguro que nunca habéis visto un mono con chanclas, barriga y por si fuera poco un gorro rojo con una pluma ¿a que no? Pues yo tampoco y en cambio veo todos los días al Tío Tino con chanclas y barriga. Tiene en su mano derecha una caña de pescar y en su hombro derecho un tití, un mono enano, con un sombrero negro alto en la cabeza que mira a los espectadores dando muestras de nerviosismo porque no se callan.
Todos ríen con grandes carcajadas porque en su ilusión se creen que el cuentacuentos es el Tío Tino y es el mono el que se encarga de sacarlos de dudas
- Señoras y Señores: Quiero presentarles al mejor cuentacuentos de todos los tiempos
Todos a la vez tenéis que decir:
- ¡¡ Bien!!
- El que más historias sabe
- Bien
- El más divertido
- ¡¡Bien!!
- El más ingenioso
- ¡¡Bien!!
- El más gracioso
- ¡¡Bien!!
- El mejor
- ¡¡Bien!!
-
Después de hacer un gran esfuerzo por estar en este magnífico espectáculo quiero presentarles a
Silencio, por favor, redobles de tambor, con todos ustedes
¡¡¡¡¡¡EL PERCEBE!!!!!
Cuando todos esperaban que el que estaba sentado en la proa se pusiera de pié para saludar, comprobaron con sorpresa que el que se quitaba la chistera y hacía unas profundas reverencias, era el mono.
Mientras tanto el Tío Tino, levantaba la caña y aparecía una faneca que la paseaba por la cabeza de todos los espectadores, pero ya todo el mundo sabía que el cuentacuentos era el mono y que el Tío Tino andaba haciendo el mono, o sea que todos los espectadores lo echaron de La Veloz, aunque el decía:
- Me voy porque quiero
- Fuera…..fuera….fuera
- Si, si, fuera ¿a que me llevo La Veloz y os quedáis sin escenario? - Fuera… fuera
- Y entonces ¿sabéis lo que pasó?
El Tío Tino se bajó los pantalones hizo un calvo al respetable y después se comió la faneca y se metió en los entresijos de La Veloz.
El mono que, por si se os había olvidado se llamaba el percebe, trepó por el palo y se sentó en un lugar muy alto, tan alto, tan alto que parecía que estaba en el cielo y comenzó:
- Queridos niños ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!! Y puso su mano en la oreja esperando la contestación que no tardó
- ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!! - Contestaron todos los niños
- ¿Queréis que os cuente un cuento?
- Si…si….si….si,
El mono comenzó con su cuento:
- ¿Sabéis porqué me llaman así?
- Noooooooooo
- Pues muy fácil, me llaman así porque soy de Cedeira y desde aquí en las barrigas de mucha gente he recorrido el mundo entero. La gente me come porque piensa que soy un percebe, pero es una tontería porque todo el mundo sabe que soy un mono. Lo único es que cuando me pongo el disfraz (metió la mano en una bolsa que apoyó en el suelo y se colocó una especie de funda con la que realmente parecía un percebe enorme) la gente entonces se cree que soy un percebe y me comen encantados. Fijaos si son tontos que se comen lo que ellos piensan que es el percebe mas grande que han visto en su vida y resulta que se están comiendo un mono.
Y claro con este sistema, como podéis suponer, nunca necesito sacar un billete de tren, ni de avión ni de nada. Quiero ir a la playa, sin problemas, me pongo al lado de los percebes me comen y cuando llega a Pantín le hago estornudar y salgo tan tranquilo.
La semana pasada, por ejemplo, tenía ganas de pasar un poco de calor porque llevamos un invierno que no ha parado de llover y como sabía que Pedro, El Canario, tenía que ir a Tenerife a resolver unos asuntos, me dejé comer y por la noche estaba en La Laguna. Allí lo pasé un poco mal porque no tiene mar y yo había ido a la playa, no a la montaña, tuve que buscar una marisquería, ponerme otra vez mi disfraz y esta vez la cosa salió bien y a los pocos minutos estaba tumbado como un calamar en la playa de Las Teresitas. Me puse moreno, bueno un poco mas moreno porque ya veis que soy mas negro que una calamar en su tinta, pasee por las palmeras de la playa, porque en la playa nunca soy percebe, allí soy mono y cuando necesitaba algo de cariño, me dejaba querer por alguna escandinava, que disfrutaba casi tanto como yo haciéndome cosquillas en la barriga. Pero luego conocí a unos de Madrid y me fui a la Capital de España y en mala hora se me ocurrió porque lo pasé fatal y eso que ví un montón de cosas que me llamaron la atención.
Como podéis suponer no tengo familia en Madrid, no como otros y entonces tuve que vivir entre las basuras, pero no os preocupéis porque vivía como un cura, bueno un mono cura o un cura mono pero vivía fenomenal. En la primera esquina que vi, lo primero que me encontré fue una casita de muñecas con cuartos y todo y así lo único que tuve que hacer fue empujarla hasta un parque cercano y ya tenía un chalet con parcela. El primer día por las mañana no salí porque esa ciudad está llena de coches y ya os podéis imaginar lo poco que iba a durar un mono en la Gran Vía. Me quedé en casita sentado en una hamaca con los pies apoyados en la barandilla de mi casa y hasta me fumé un puro porque me encontré una caja sin abrir. Rebuscando entre las basuras encontré de todo para decorar mi casa porque estaba muy limpia pero vacía. Sillas, sillones, mesas, lámparas, camas, armarios, cunas y coches de niños había para aburrir y me permití el lujo de escoger el que mas me gustaba. Necesitaba algo de comer y encontré de todo porque alguien no se debió de dar cuenta y tiró una bolsa de PRYCA entera y todas las cosas sin abrir. ¡Que gente más rara!
Ya instalado en mi nueva casa y mientras descansaba en el porche conocía a muchos vecinos que pasaban por allí y me decían un ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!! Con la alegría reflejada en su cara. Eran, por ejemplo, un matrimonio de ratones que iban con tres de sus hijos al parque de atracciones para celebrar el día festivo, un conejo con su novia, una murciélago con su uniforme de piloto de Ejército del Aire, unos periquitos hechos unos marqueses con sombreros y todo y hasta un ejemplar de burro que se había escapado de su dueño harto que le cargara como lo que era y había decidido convertirse en taxista y así llevaba a sus clientes en el lomo, pero le pesaban la mitad. Y gatos, gatos no os podéis ni imaginar los que había, eso si, todos muy chulitos con trajes de colores, algunos con camisetas de sus equipos de fútbol preferidos y hasta pasó por allí un gato con botas que seguro que no era el de verdad, porque iba a ser mucha casualidad que pasase por la puerta de mi casa el de verdad, pero botas si que llevaba que yo lo vi y lo mejor fue una serpiente de cascabel que llevaba en su lomo doce pollitos recién nacidos que movían sus alas como si fueran a volar. La madre gallina que para la ocasión se había vestido de chulapa trataba con un cordel de sujetar a la serpiente para que no fuese deprisa. Al poco rato, apareció el padre que era un señor pato también disfrazado de chulapo, moviendo el culo con la chulería propia de un pato y echando humo de un purazo que llevaba en la boca y que le hacía parecer una locomotora de vapor.
Total, todo el mundo estaba encantador, en sus caras se reflejaban la enorme felicidad que les provocaba la Navidad y todos deseaban paz y amor al vecindario, menos unos soldaditos de plomo que como iban desfilando no podían decir nada pero el que los mandaba que debía ser, por lo menos general, ese si que saludaba y la banda de Música iba tocando “la Rianxeira” hasta con gaitas y todo, menos el del trombón que era un músico gordo y barrigón que cada vez que soplaba en lugar de un sonido así como de trombón, fu…fu…fu…. le salían confetis por la parte de arriba y también por debajo de la chaqueta del uniforme.
Lo último que ví pasar antes del niño fue un comedor entero que se iba al campo. Iba con su mantel, las sillas, la comida en bandejas muy elegantes y hasta la lámpara que no se quería perder una tarde en el Retiro. Unos candelabros viejos tenían que hacer equilibrios para no caerse y quedarse retrasados.
Y cuando todo era música y alegría apareció una niña pequeña, como de un año o un poco más, que venía gateando y lloraba como una descosida. Ya en mi jardín le pregunté porqué lloraba y me dijo que estaba sola, que la habían abandonado sus padres, que no la querían y estaba buscando algún sitio donde refugiarse.
- ¡Faltaría más! No te preocupes de nada que has encontrado al amigo perfecto que soy yo y además tengo casa o sea que aquí te quedas.
- Muchas gracias, amigo
- De nada, para eso estamos
- Solo que tengo un problema
- Pues cuéntamelo y si está en mi mano te lo arreglo
- Es que me da un poco de vergüenza contártelo porque……
- No te preocupes – le pasé mi mano por su hombro - ¿Qué te pasa?
- Que – puso cara de darle mucha vergüenza –
- Venga dímelo
- Que es que no soy yo sola
- ¿Cómo?
- Que no soy yo sola, tengo un hermano gemelo que viene mas despacio porque no sabe gatear tan bien como yo, pero está ahí ¿lo ves?
- ¿Y ese es el problema? Eso no es nada, venga dile a tu hermano que venga que entre tanta basura le encontramos una cuna en un segundo
- Ya, pero….
- ¿Todavía tienes más problemas?
- Bueno es que además de mi hermanito, viene León, mi perro y dos tortugas que tenía en casa y un hámster que al pobre no le íbamos a dejar solo y………
- ¿No me digas que viene más gente?
- No, no ya no hay mas, lo que pasa es que vienen en un autobús de juguete que nos hemos encontrado y hay un problema
- ¿Otro mas?
- Si, que el autobús no entra en la parcela.
- ¿Qué no entra en la parcela? Eso lo arreglo yo en un periquete. Espera un segundo
Con cuatro cajas de cartón vacías amplié la parcela y el autobús entró majestuosamente y todos los que estaban dentro se bajaron y se distribuyeron por la casa de muñecas y como quedaba un poco pequeña, cogimos otra de la basura y en dos minutos teníamos una urbanización que la completamos con una piscina que encontramos un poco mas allá y la lluvia se encargó de llenarla.
Todos felices, todos contentos, ayudándonos unos a otros y llegando a la conclusión que solo con lo que tira la gente a la basura se hace feliz a otra mucha gente que también tenemos derecho a vivir y …………….
El mono se quitó la chistera, la paseó entre los espectadores, ganó unas perrillas, se metió el dinero en el bolsillo, pensó que encima le pagaban por contar historias y sin entender nada de los humanos se volvió a poner la chistera y se despidió con un:
COLORIN COLORADO, ESTE CUENTO SE HA ACABADO
Mientras los Belascoaines y putativos abandonaban con pena el teatro al aire libre de la mesa de piedra, el Tío Tino salió de las interioridades de “la veloz” y les llamaba a gritos subido en lo mas alto del mascarón de proa
- Eh..eh...eh… nos os vayáis todavía que os tengo que contar un secreto.
Los mas pequeños se volvieron a sentar en el suelo y los mayores permanecían de pié sorprendidos y convencidos que sería una broma del que iba a ser cuentacuentos y se quedó con las ganas
- Si, …si… es una noticia muy importante
- Venga ¡que la cuente! ¡que la cuente!
- No se que hacer porque me han dicho que era un secreto, pero es tan notición que creo que la debéis de saber
- ¡Que pesado! Cuentala de una vez.
- Es que me han dicho que no diga nada, que es un secreto y …………
- ¿Pero es algo muy importante para toda la familia?
- Importantísimo sobre todo para una Belascoain
- Danos una pista, por fa.
- Bueno, si os ponéis así os daré una, pero solo una porque ya sabéis que es secreto
- ¡Que la diga! ¡que la diga! ¡que la diga!
- Que conste que la voy a dar porque me lo pedís porque a mi me han dicho que es un secreto y no lo puedo contar
- ¿Nos dejas preguntar a nosotros para descubrir la pista?
- Bueno, a mi me da igual – El Tío Tino se sentó en la proa, se quitó la pata de palo y mirando a través de ella la utilizó como si fuera un catalejo – Bien, por allí veo una mano levantada ¿Qué me quieres preguntar?
- Ese Belascoain que dices es ¿chico o chica?
- Chica
- ¿Es mayor?
- Para ti, si, para mi, no
- ¿Es viuda?
- No
- ¿Está casada con uno que tiene una casa en Mijas?
- No
- Su marido ¿vende coches?
- No, porque no tiene marido, por lo menos de momento.
Todas las manos de los pequeños se levantaron a la vez
- Tío Tino, Tío Tino, yo lo se
- Y yo tambien
- Y yo
- Es muy fácil yo tambien
- Todos lo sabéis pero nadie me lo dice – el Tio Tino se volvió a colocar la pata de palo en su sitio.
- Es la tía Paloma, es la Tía Paloma, es la Tía Paloma
- Eso, eso, es la tía Paloma ¿a que si?
- Esperar un momento que casi no os oigo – el Tío Tino se quitó una oreja y la puso con su mano derecha mas cerca de los espectadores que lo miraban asombrados - decírmelo mas cerca porque si no, no os oigo
- La Tía Paloma – chillaron todos como locos
- Chist………..chist……..chist……. ¡ agacharos todos y decirlo muy bajito que es un secreto! Muy bajito
Los Belascoanitos con sus cuerpos en el suelo repetían
- Es la Tía Paloma, es la Tía Paloma
- No entiendo nada, es la Tía Paloma ¡y que! ¿Cuál es el secreto?
- Chist…….chist………que es un secreto ¿os lo cuento?
- Siiiiiiiiiii……..Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…….- repetían todos muy bajito
- Es que me han dicho que no diga nada. Lo siento pero no os puedo decir mas – el Tío Tino haciéndose el interesante se cogió la cabeza con las dos manos y le dio la vuelta de tal manera que la cara le quedaba mirando al mar y la nuca mirando a los espectadores - ¡que bonito está el mar!
- Tio Tino, Tio Tino, danos otra pista por fa
- Bueno, una y nada mas porque es un secreto ¿no os dáis cuenta?- Volvió a retorcerse el cuello y se puso la cabeza otra vez en su sitio - es una cosa que va a pasar con la Tía Paloma y un señor que tiene un enorme bigote que cuando se lo estira se lo pone de flequillo - Jo, Tío Tino, ¡que fácil!
- ¿Ya sabes el secreto?
- El secreto no, pero el del bigote si
- ¿Si? ¿seguro?
- Claro, ¿tu te crees que somos tontos?
- Nooooooo, ¿Cómo voy a creer yo eso? Venga ¿Quién es?
- El Tío Jose.
- Pero ¿como va a ser el Tío Jose?, melón que eres un melón y tu, no te rías que eres una sandía. No puede ser el Tío Jose porque tiene mucho pelo, o sea que te has colao bacalao y además su bigote no es tan grande como para llegarle a la frente
- Pues, no tengo ni idea
- ¿Os doy otra pista? – El Tío Tino dudaba – venga si, otra pista. Es un señor que su nombre acaba en rico y tiene un grupo
- ¿Musical?
- Musical, musical, tu si que eres musical. Un grupo de empresas de las que presume que es el dueño, pero yo se de buena tinta, que no lo es
- Entonces ¿es pobre?
- Hombre, pobre, pobre, no. La verdad es que casi siempre va como un señor pero algunas veces se viste como un pobre, pero no, realmente pobre, lo que se dice pobre no es. ¿Todavía no sabéis quien es?
- Yo no
- Y yo tampoco
- Pues yo menos
- ¿Os doy otra pista?
- Si, si
- Canta a dúo, con el que tiene el chalet en Mijas, una canción que se llama Banderita tu eres roja
- Claro, por eso tiene el conjunto musical
- Que no, que no tiene ningún conjunto.
- Pues yo sigo sin tener ni idea
- Ni yo
- Pues anda que yo
- Bueno, pues os doy la última pista y si no la sabéis adiós Madrid
- Pero una que sea facilita.
- En Cedeira es conocido como “El tigre de los Mares” por la cantidad de horas que se pasa nadando en Arealonga.
- Hombre Tío Tino tenías que haber empezado por ahí
- Yo ya se quien es
- Y yo
- Pues si vosotros lo sabéis, yo también
- Venga decírmelo ya que me estoy haciendo pis
- El Tío Fede
- Si ese es, que yo tambien lo sabía.
- Bueno pues ese es el secreto. Dentro de muy poco, pero muy poco muy poco el Tío Fede y la Tía Paloma ………………..Lo siento pero es un secreto y y quisiera pero no, no puedo decir nada mas.
El Tío Tino sacó un mechero del bolsillo, lo encendió, se lo puso al lado del culo, se tiró un pedo (debía decir una ventosidad pero nadie lo va a entender) y salío por los aires como un cohete mientras decia:
ES UN SECRETO, ES UN SECRETO, ES UN SECRETOOOOOOOOOOOOOOOO
FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO 201010101010101010101010
ADIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOS