viernes, 30 de marzo de 2012

PASEO POR EL TORRAIBA : CAPITULO 15


 Queridos blogueros/as: Esta vez toca letra en negrita y eso que dicen que las meigas no existen, ya, ya a mi me lo van a contar y si no, ¿porque hoy sale así y otros días de otra manera si yo se lo mismo, o sea nada, y no toco ni una tecla que no sean las conocidas? venga Merce, tu turno, convénceme que las meigas no existen.

Acabo de leer este capítulo y se confirma lo que yo ya sabía desde hace bastantes años y es que no tengo Abuelas. Esto de la vanidad no debe ser muy bueno por eso de vez en cuando hay que darse un baño de ella y en este capitulo parece que en el mundo hay cuatro o cinco santos, a saber, Santa Teresa de Jesús, San Francisco Javier, San Ignacio de Loyola, como yo mucho San Isidro Labrador y faltaba yo para completar la plantilla. En fin, que ya estamos todos, pero de verdad que me parece un poco exagerado, uno trata de ser buena gente pero tampoco hay que pasarse.
Espero que os guste y aprovecharlo porque el paseo me parece que está llegando a su fin.
Un abrazo y feliz Semana Santa para todos, sobre todo que para aquellos que nos vamos al Norte, nos acompañe el tiempo que parece que si
Tino Belascoaín
CAPITULO 15.- AL QUIROFANO.

En el quirófano el día de la intervención de Alfredo Lopez García tocaba día de frio y efectivamente aquello parecía un iglú.

-         ¡Vaya frío! – el Dr. Belascoain se frotó las manos y se ajustó el gorro y la mascarilla que siempre se ponía para entrar a quirófano -   ¿Qué tal estás?

Alfredo estaba tumbado boca arriba en la camilla con la sábana hasta el cuello  y con una expresión de terror absoluto.

-  Muerto de miedo – confesó

-         No te preocupes porque si yo estuviera en tu lugar estaría, como mínimo, igual

-         ¿Cuanto dura la intervención? – Alfredo lo preguntaba para distraer su atención mientras la Dra. Anestesista, cargaba alguna jeringuilla e iba introduciendo un líquido a través de una vía que previamente había canalizado en el dorso de la mano izquierda de Alfredo.

-         Tranquilo, respira hondo y piensa en algo agradable que te vas a dormir

El Dr. Belascoain, el Dr. Blanco que colaboraba, su ayudante de toda la vida, y Tere, su mujer que desde el primer día hacía de instrumentista, colocaron sábanas estériles a lo largo de todo el paciente dejando al descubierto solamente la pierna izquierda, aplicaron el teminal del bisturí eléctrico, ajustaron el aspirador y comenzaron la cirugía.

Con el paciente perfectamente anestesiado el Dr. Belascoain marcó con un bolígrafo por donde iba a realizar diferentes incisiones cutáneas y con bisturí, pulso firme y bastante paciencia fue retirando cantidad de tejidos necrosados  haciendose cada vez mas importante el defecto creado. Al final ocupaba prácticamente toda la cara anterior de la pierna izquierda

-         Joder – el Dr. Belascoain solamente estaba preocupado con la forma en que iba a poder cerrarlo – vaya con la úlcerita, ¡la madre que le paríó!
-         ¿Qué le vas a hacer? – el Dr. Blanco examinaba con atención la herida
-         ¡Yo que se! – exclamó en voz baja el cirujano -  por una parte creo que sería mejor esperar unos días para cerrarlo, pero, por otra parte cuanto mas esperemos aumentamos las posibilidades de una infección ¿Qué te parece?

-         ¿Cerraría con un injerto?


-         ¡Ojalá!, pero eso es una manera de perder el tiempo como otra cualquiera. Un injerto no prende en esta úlcera ni de coña, el tejido no está del todo mal, pero al fondo está el hueso y para cerrar todo menos la tibia no merece la pena. La única fórmula que se me ocurre sería un colgajo fascio-cutáneo de toda la cara posterior.

-         Si, - el Dr. Blanco observaba con atención – lo que pasa es que el defecto es muy grande.

-         Ya, ¡que le vamos a hacer! A grandes males, grandes remedios.

-         Lo que está claro es que no tiene muchas posibilidades y lo malo es que como esa cobertura no vaya habrá que plantearse el hacerle un colgajo de la otra pierna y cada vez le van quedando menos posibilidades

-         Joder, Ya se que la cosa está jodida pero no hay que darle mas vueltas y esperemos que vaya bien sinó no lo quiero ni pensar porque este tío no anda muy allá psicológicamente y no creo que aguantase muchas mas operaciones. Entonces ¿lo hacemos? Pues venga manos a la obra que cuanto antes empecemos antes acabamos. Bisturí.

Con gesto decidido realizó las incisiones oportunas, con su dedo índice fue diseccionando los diferentes planos, coagulando los pequeños vasos en repetidas ocasiones, cortando aquí y allá y  después de una media hora tenía en su mano derecha una lengüeta de piel que al rotarla le cubría sin tensión todo el defecto en la cara anterior. Hubo necesidad de sacar un injerto del muslo, lo que hizo rápidamente con la ayuda de un dermatomo y un movimiento de vaieven  y la fina capa de piel la fijó con grapas al defecto creado al levantar el colgajo.

-         ¡Se acabó! Ahora todos a rezar para que la cosa vaya bien

-         ¿Quieres una venda elástica?

-         Si, casi si y pide además que nos hagan una férula de escayola para que no mueva nada el tobillo.

Aplicó con lentitud el vendaje, colocó la férula y dejo descansar la pierna sobre la mesa del quirófano

-         ¿Qué te parece? – el Dr. Belascoain preguntó mientras avanzaban por el pasillo hacia la sala de estar.

-         Bien, muy bien. En realidad era lo único que estaba indicado. Lo malo es que estéticamente es espantoso

-  Ya, pero eso si que no tiene arreglo-  El Dr. Belascoain se quitó el gorro y la mascarilla -  esperarme un poco que bajo a la planta, escribo las órdenes de tratamiento, hablo con la familia y nos vamos a tomar unas cañas a algún bar de por aquí cerca

-         Date prisa.

El Dr. Belascoain bajó por las escaleras interiores hasta el control de enfermeras de la planta cuarta, díó las órdenes oportunos y acompañado de una auxiliar se acercó hasta la habitación.

El paciente, como era práctica habitual en esa clínica, pasaría unas horas en la Unidad de Reanimación hasta que se despertase completamente por lo que en la habitación estaban los padres que se paseaban nerviosos
El Dr. Belascoain, situado en el centro de la habitación, trataba de transmitirles sus impresiones de una manera absolutamente aséptica

-         Bueno, ya hemos terminado, la operación ha ido muy bien, hemos hecho lo que habíamos pensado y ahora solo nos queda tener paciencia y esperar unos días para ver la evolución. Ha quedado todo completamente cerrado y si las cosas van bien, como espero que así sea, en pocos días habremos terminado.

-         Y el hueso, Doctor ¿estaba bien? – la madre preguntaba con su acento andaluz.

-         Supongo que si, pero si quiere que le sea sincero, el hueso nosotros no lo vemos, lo tapamos para evitar infecciones y ni lo tocamos, pero radiográficamente estaba muy bien, o sea que lógicamente hay que pensar que si, pero también es verdad que está operado hace nada y eso necesita tiempo para ir a su sitio.

El padre reflejaba en su rostro la preocupación por la que estaban atravesando

-         Perdone, Doctor, perdone que le sea tan directo pero ¿nuestro hijo se quedará cojo?

-         Espero que no al menos todos estamos haciendo lo humanamente posible para que eso no sea así, pero hay que esperar.

-         ¿Estará mucho tiempo en la UVI

-         No, yo creo que en unas horas lo bajaran, pero lo que pueden hacer es subir dentro de un rato, lo ven y hablan con el Dr. Hacio que es el que está de guardia

-         Y si esta operación va bien ¿le tendrán que operar mas veces?

-         Mire, ahora hay que preocuparse de la piel y esperar que todo se cierre y después ya se verá

-         ¿Cuándo sabremos si esta operación ha ido bien?

-         Pues, hoy es lunes ¿no? El miércoles levantaremos todo y ya les podremos adelantar algo.

-         Muy bien, Doctor, muchas gracias, Dolores y yo le estamos muy agradecidos por todo lo que está haciendo por nuestro hijo.


-         Nada, se hace lo que se puede. Mañana por la mañana vengo y si está bien se podría ir a casa.
-          
-         ¿Tan pronto? – la madre parecía muy sorprendida – yo casi preferiría que se quedara algún día mas.

-         No, no – el Dr. Belascoain sonreía – he dicho que se podría ir mañana porque por mi y teniendo en cuenta que tienen casa en Madrid, podría estar en su domicilio pero si prefieren que se quede aquí, a mi me da igual.

-         Si, si, - la madre llevaba lo voz cantante – casi mejor sería que que se quedara hasta la primera cura.

-         No se preocupe. No pasa nada. Yo mañana por la mañana, a las ocho en punto, estoy aquí y hacemos lo que quieran ¿de acuerdo?

-         Si, Doctor, hasta mañana y supongo que las enfermeras ya sabrán lo que le tienen que dar si le duele ¿no?
 
-         Si claro, hasta mañana.

El Dr. Belascoaín abandonó la habitación cerrando la puerta con cuidado.

-         Me parece que nos hemos topado con una buena persona ¿verdad Manuel?

-         Si buena gente si que es, pero lo importante es que sea un buen profesional y nos resuelva el problema de Alfredo porque el pobre está sufriendo mucho.

-         La verdad es que hemos tenido muy mala suerte y justo cuando parecía que las cosas iban mejorando.

-         Si, pero las cosas vienen así y habrá que aguantar. No nos queda otro remedio.

-         Lo que pasa es que la paciencia tiene un límite y lo que tengamos que aguantar nosotros eso es lo de menos. Lo que a mi me preocupa es que nuestro hijo diga un día hasta aquí hemos llegado y ahí se acabó la historia.

-          
-         Esperemos que eso no ocurra nunca y lo único que podemos hacer es lo mismo que hemos hecho hasta ahora, tener toda la paciencia del mundo y tratar de animarle siempre que lo necesite.

-         Ya, pero hasta ahora no se ve que el chico vaya para adelante y eso desmoraliza mucho

-         Bueno, ¡que le vamos a hacer!

-         ¿Te parece que recemos un rosario?

-         Bien, todo sea por aquello de a Dios rogando y con el mazo dando.

domingo, 25 de marzo de 2012

PASEO POR EL TORRAIBA: CAPITULO 14

Queridos blogueros/as: Con un poco de retraso, un día pero si tenemos en cuenta que estamos de obras en mi casa y lo único que queda sin embalar es el ordenador, no es mucho.
Pasamos a una parte en la que, como parece lógico, me siento muy a gusto escribiendo, incluso, en alguna ocasión se me ha ocurrido escribir una novela basada en la vida de un gran hospital y encima en mi caso trabajé un montón de años en una Unidad de Quemados, ya sabéis que en la Ciudad Sanitaria La Paz que antes era un gran hospital y ahora aunque seguro que lo sigue siendo, al estar rodeada por los cuatro rascacielos construidos recientemente, parece la portería de cualquiera de ellos. En fin, todo se andará porque ahora ando dedicado a otros menesteres
Espero que os guste y esta vez si que puedo decir que se trata de una historia real aunque como siempre y para evitar líos que seguro que no voy a tener pero por si acaso, he cambiado el nombre del paciente, su lugar de procedencia, etc...etc y así nadie se sentirá aludido
Un abrazo para todos, feliz Semana Santa y hasta la próxima entrega que no se si será durante esa semana o me la tomaré de vacaciones
Tino Belas
CAPITULO 14.- ¡QUE SORPRESA TAN AGRADABLE!.-

Lunes por la mañana. Consulta de una Mutua de Accidentes de Trabajo en Madrid.

- Buenos días.

- Buenos días – Alfredo Lopez García , treinta y pocos años, pelo rubio como despeinado, pirsing en la oreja izquierda, jersey azul claro, camisa blanca con cuadros azules, pantalón de pana, mocasines negros, expresión seria, acento andaluz, deprimido y con pinta de haber consumido mucho tiempo en actividades empresariales de importancia.

- ¿Qué le pasa? - El Dr. Belascoaín sesenta y dos años, mucho menos pelo que barriga, corbata verde de lana lisa, pantalones grises, bata blanca de la que del bolsillo superior sobresalían tres bolígrados, una pluma y un pequeño cuaderno de una casa comercial.
- ¿Me reconoce?

El Dr. Belascoain levantó la vista y efectivamente le pareció una cara conocida, pero era muy poco fisonomista y bastante despistado. Si, sabía que lo había visto en algún sitio pero no tenía ni idea de donde.

- Perdóneme, si que me suena su cara pero refrésqueme la memoria porque no lo recuerdo.

- Estoy absolutamente seguro que si le digo el nombre de donde vengo, solo con eso, ya me relaciona ¿se lo digo?

- Bueno, dígamelo pero no hay que ser Sherloc Holmes para saber que usted es andaluz

- Claro, de eso no le hay duda pero ¿le suena ir a ver a un enfermo a Chiclana de la Frontera?

- ¡No me digas que tu eres el andaluz aquel que casi pierde una pierna!

- El mismo que viste y calza. Alfredo Lopez García para servirle.

El Dr. Belascoain se levantó y le dio la mano efusivamente.

- ¡Como no me voy a acordar si me tuviste un mes sin dormir! Pero ¿que te has hecho? ¿has cambiado un montón?

- ¡Ya sabe usted! La gente joven somos así. De vez en cuando hay que cambiar

- ¿Y tu madre que dice?

- ¡Mi madre¡ nada, no dice nada, pobre después de todo lo que ha pasado lo que menos le preocupa es que yo me vista de una manera o de otra o que lleve el pelo amarillo. En el fondo todo le da igual. Ya no tiene ilusión por vivir y eso es lo peor que le puede pasar a una persona.

- ¿Qué le ha pasado?

- Claro, usted no sabe nada, claro, ¡que tonto soy! Es que con las bromas hace ya casi tres años que pasó aquello y ya van a hacer casi seis de mi accidente.

- ¡Seis años! Hay que ver como pasa el tiempo.

- Bueno pues lo que pasó es que en un polígono industrial de esos que se dedicaba a hacer mi madre, decidieron montar una nave para almacenaje de barcos de vela en Rota y cuando la obra estaba prácticamente terminada, varios parientes, conocidos y amigos fueron a visitarla antes de la inauguración y cuando estaban dentro se desplomó

- ¡Que me dices!

- Si, Doctor, si – las lágrimas pugnaban por hacerse un sitio en los ojos de Alfredo - eran doce los visitantes y se murieron todos. En fin, una tragedia y desde entonces mi madre no lo ha superado. No sale de casa, no come prácticamente nada y no quiere oír ni una sola palabra de hacer algún negocio porque cree que eso ha sido la causa de nuestra desgracia

- ¡Vaya palo! ¡me dejas de piedra!

- Pues si, fue una tragedia y muchas veces he estado a punto de llamarle porque yo se que nos aprecia mucho, pero unos días por una cosa y otros por otras, el caso es que no he tenido oportunidad de comentárselo, pero ahora ya lo sabe.

- Chico, me has dejado sin palabras. ¡Vaya tragedia!

- Es la vida, Doctor, a mi aunque parezca una barbaridad tengo que reconocer que me ha venido muy bien porque me ha hecho madurar y ahora desgraciadamente la que tiene las neuras es mi madre y yo me he emancipado y vivo solo en Rota y los fines de semana la voy a ver

- ¡Que barbaridad! ¡que horror! ¡vaya tragedia! ¡como no me has avisado hombre! Me hubiera acercado cualquier día por lo menos para darle el pésame.

- Lo siento porque entonces no caí en la cuenta pero no tenga ningún pesar porque los primeros años estuvo ingresada en un Centro Psiquiátrico y no quería ver a nadie ni que la fueran a visitar. En fin, un desastre que parece que el tiempo lo va suavizando y Usted ¿cómo está? yo le veo bien y parece que por Usted no pasan los años.

- Ya, eso es que me miras con buenos ojos – por la mente del Médico pasaron aquellas imágenes con la pierna para amputar, la decisión de tirar para delante, la realización de un colgajo para cubrir todo aquello que se presentaba como inviable, los días pasados controlando con el Doppler la vascularización de la pierna, las noches de guardia, ¡que hacemos! ¡amputamos o esperamos un poco mas? Por esperar no perdemos nada y para amputar siempre hay tiempo. Parece que hoy está un poquito mejor. ¿perderé la pierna? Creo que no, pero hay que esperar, bueno parece que se va resolviendo todo, ánimo que de esta no la pierdes y por fin llegó el gran día alta por mi parte no son necesarias nuevas revisiones aunque te recuerdo que tienes una promesa pendiente con San Andrés de Teixido y debes de ir en peregrinación hasta su Iglesia – si que pasan los años, si, bastante mas deprisa de lo que parece, pero que le vamos a hacer es ley de vida.

- No, pero de verdad que le veo fenómeno

- Y tu ¿que tal?

- Muy bien, la verdad es que muy bien. Lo que pasa es que hace una semana tuve un golpe sobre un hombro, me vine aquí de urgencias para que me viera el Dr. Gozalo y cual sería mi sorpresa al enterarme que usted estaba aquí.

- Pues si, aquí estoy, me fui de La Paz hace doce años y desde entonces llevo la Unidad de Cirugía Plástica de esta Mutua

- Y ¿Qué tal? ¿Cómo le va la vida? – al andaluz se le notaba que el agradecimiento le atravesaba toda la epidermis y le salía por todos los poros. Muchísimos meses, mas de seis con la incertidumbre de la viabilidad de su pierna, compartiendo alegrías y sinsabores con su Médico, con el que había congeniado desde el primer día, cientos de horas de charla hablando de lo divino y de lo humano que le habían ayudado a superar una profunda depresión que durante años intentó arruinar su vida y de la que afortunadamente salió gracias a la ayuda de un psiquiatra amigo suyo y sobre todo a D. Faustino Belascoain Bastarreche que gastó horas de teléfono, consultas interminables y tiempo, todo el tiempo del mundo para, por fin, llegar a buen puerto con las dos ilusiones cumplidas: primero mantener la pierna y segundo salir de la depresión ¡y de eso hacía ya seis años! Dios mío que deprisa pasa todo.

Todavía se acordaba con cierta emoción cuando le comunicó con tacto pero de una manera rotunda que había bastantes posibilidades de perder la pierna
- Eso no puede ser – se acordaba la reacción rabiosa ante una situación que no podía controlar - ¿como voy a perder una pierna a mi edad? Y usted me miraba desde el sillón de la consulta, hasta creo que le daba cierta pena, pero en ningún momento se dejó influir por mis lamentos.

- Alfredo – esta vez su voz era firme – yo no he dicho que vayas a perder la pierna, eso no lo he dicho yo, por lo tanto no interpretes mal mis palabras – El Doctor Belascoaín se levantó y se sentó en el pico de la mesa mientras que a su derecha el padre de Alfredo le miraba con expresión sombría. A la derecha, Dolores la madre, se secaba las lágrimas con un pañuelo – yo lo que he dicho es que estamos ante un caso muy grave y muy difícil y hay que ir paso a paso

- Pero ¿perderé la pierna? –en mi cara iba reflejada toda la angustia desde aquel fatídico ocho de Agosto en que la moto derrapó cerca de la playa grande y salí despedido chocando con un árbol que estaba casi al lado de un pilar de cemento. Todavía tengo grabado en mi mente el asfalto, veo perfectamente el árbol, noté el chasquido de mi pierna derecha y como el pié parecía que salía volando. También noté un latigazo en el cuello, pero mi preocupación era el pié. Intenté levantarme pero me resultó imposible y hasta que vinieron en mi auxilio no me pude mover.

- Te vuelvo a repetir que creo que no, pero es un caso complejo que necesitará varias cirugías y lo vas a pasar mal, pero espero que todo vaya satisfactoriamente y ahora déjame verte la pierna otra vez.

Habían transcurrido unos años desde el accidente y el Dr. Belascoain, al ver de nuevo la pierna se dio cuenta de lo importante que es el tiempo para la evolución de las cicatrices. La masa muscular había recuperado su grosor, la piel se había adelgazado considerablemente y las cicatrices habían pasado a ser unas rayas de color rosado que, eso si, abarcaban casi toda la circunferencia de la extremidad. Recordaba como si lo hubiera operado el día antes que se había visto en la obligación de hacer lo que en Traumatología se conocía con el nombre de “operación de salvamento” para tratar de cubrir, lo antes posible, una úlcera de unos veinte centímetros de longitud y unos quince de ancho que dejaba la descubierto una placa de titanio sobre la tibia.
La noche anterior a la operación el Dr. Belascoaín se despertó a las cuatro de la mañana y estuvo varios minutos pensando en cual sería la mejor técnica para cubrir la úlcera de Alfredo Lopez García y como siempre tenía que considerar diferentes alternativas. Por una parte se podría ser muy conservador, quitamos la escara, limpiamos todo lo que podamos y lo dejamos a base de curas y mas curas hasta que granule y luego le ponemos un injerto ¿y si entre medias se infecta? Entonces, seguro que pierde la pierna. ¿Y si le hacemos un colgajo de la piel de alrededor? Poder se puede hacer, pero no es una buena solución porque esa piel está fatal y en cuanto la toque seguro que tambien se necrosa. No, no es una buena técnica, esto hay que resolverlo de una tacada porque si fracasamos este chaval seguro que se hunde. Yo creo que lo mejor es lo que pensé desde el primer día. Tengo que llevarme toda la piel de la cara posterior de la pierna, hasta la masa muscular de los gemelos y rotarla hasta cubrir todo el defecto. Es un colgajo de “moito carallo” pero a grandes males, grandes remedios. ¿Y si va mal? Espero que no porque entonces si que habría que plantearse la amputación y ¿lo aguantaría?
Alfredo era un tipo peculiar, veintitantos años, andaluz hasta las trancas, hijo único de padres mayores, dinero para aburrir, pocos problemas en la vida hasta que la puñetera moto derrapó, y lo fue a hacer cuando, por fin, se había decidido a montar una empresa con su íntimo amigo Jose María, iba a volar solo, dejaría de trabajar para su padre y tendría mas tiempo para dedicarse a sus dos verdaderas pasiones:. Viajar y las motos.
Tenía todo cuidadosamente planeado, sus padres estaban de acuerdo y parecía que las cosas se iban arreglando cuando la dichosa moto derrapó - - y eso que no iba deprisa que si llego a ir como siempre no estaríamos aquí charlando

- Alfredo no digas eso por Dios – la madre, una gaditana de rompe y rasga, con el pelo corto de peluquería diaria, manos primorosamente cuidadas y cutis en el que se notaba que invertía mucho en cremas. Edad indefinida, alrededor de los cincuenta y ademanes refinados.

- Claro que no, es la verdad. Ya se que nunca os lo habéis creído, pero, lo juro por lo mas sagrado, que iba superdespacio.

El Dr. Belascoaín desde el sillón de su despacho, justo detrás de una mesa de despacho de roble macizo y flanqueado por un marco con la foto de su mujer y sus cuatro hijos a la derecha, otro marco con una foto de su padre a la izquierda, una Virgen del Mar sobre una peana en el frente y al fondo, en la pared, tres fotos del mar cedeirés , observaba la discusión :

- Si les parece luego, cuando termine la consulta se pelean todo lo que quieran.

- No, pero si yo no me peleo, lo que pasa es que…………….

- Déjalo ya, por favor, te estoy diciendo que es un tema que no me interesa - D. Faustino le interrumpió con brusquedad, no dejando ningún resquicio para continuar por ese camino – mirar para atrás no sirve absolutamente para nada y lo que hay es lo que hay. Una pierna francamente mal y eso es lo que tenemos que solucionar. Eso es lo importante y lo demás no me importa absolutamente nada

- Bien – ahora le tocaba el turno al padre de Alfredo que preguntaba – entonces si no le hemos entendido mal lo que va a hacer es tapar la úlcera para evitar infecciones ¿es así?

- Efectivamente eso es lo que vamos a intentar hacer

La madre de Alfredo tambien intervino para aclarar algún punto

- Le operaría el viernes y el sábado si todo va bien se iría para casa ¿es así?

- En principio si, pero ya sabe que en Medicina eso de los plazos es solo orientativo, pero yo creo que si, que si las cosas van bien en un par de días se podría ir porque ¿ustedes me dijeron que tenían casa en Madrid?

- Si, en eso no hay ningún problema. Se está en Madrid el tiempo que haga falta

- Bien, pues entonces yo creo que está todo hablado. Ingresan el miércoles por la mañana y le haran todas las pruebas ese mismo día, el jueves lo ve el anestesista y si no hay ninguna contraindicación el viernes por la tarde le operamos ¿de acuerdo?

El D. Belascoaín se levantó y dio por terminada la consulta advirtiendo como un gesto de complicidad en la cara de Alfredo, ánimo, verás como todo va bien.

Estoy seguro que este chaval y yo nos vamos a entender, pero con los padres va a ser algo mas complicado porque no aceptan todo lo que está pasando y parece que he sido yo el que provocó el accidente del niño. En fin, sacaré la muleta y si se ponen muy pesados faena de aliño hasta que humillen y lo mas gracioso es que en ningún momento han comentado cuanto les va a costar la operación, se conoce que ya vienen acostumbrados a las facturas del Dr. Escudero que no cobra menos de un millón de pesetas ni aunque sea un juanete. En fin, les cobraré bien porque hay que recuperar algo del esfuerzo realizado durante muchos años, pero tampoco hay que volverse un atracador que tampoco es eso.

viernes, 16 de marzo de 2012

PASEO POR EL TORRAIBA: CAPITULO 13

 Queridos blogueros/as: Se acabó y volvemos a la cruda realidad. Empiezo a escribir dándome un poco de jabón que tampoco viene mal.
Se me olvidaba lo mas importante: escribo hoy que es viernes porque me voy a Cedeira unos dias y el sábado no estaré y en ningún caso quiero faltar a mi capitulo de los sábados.
Debe ser porque es el trece o por lo que sea, pero aparte de muy corto es como un corte muy brusco, paso del Eusebio y el Torraiba a la crudeza de los madriles con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva, eso si, dejando por medio una cama, si, has leído bien, una cama y no se porqué se me ocurriría estas cosas al hacerla, pero ahí están. Espero que os guste
Un abrazo y estaros tranquilos que me tomaré unos percebes por todos vosotros en San Andrés y alguna petición al Santo también caerá.
Un abrazo
Tino Belas
CAPITULO 13.- VUELTA A LA CRUDA REALIDAD.-

Mientras bajaba la cuesta desde el Pico Torraiba ¿o era Tarroiba? Faustino iba pensando como sería su vida cuando llegara la jubilación, por supuesto que no estaría en Cedeira todo el invierno pero si que sería un veraneo largo, de esos que empiezan en Junio y terminan cuando se acabe el buen tiempo, mas o menos, a finales de Septiembre, se levantaría no muy tarde, iría a comprar el periódico, lo leería tranquilamente en casa mientras tomaba un café, paseito por la playa, caña hasta la hora de comer en Juan, comida en casa, siesta en el sillón con el libro entre las manos, paseito hasta la punta del muelle y a casita que ya va siendo uno mayor, cuando una llamada de Tere le hizo salir de la utopía a la que le estaban llevando sus pensamientos.

-         ¿Qué haces?
-         Nada, estaba pensando.
-         Pues si quieres que lleguemos a Madrid para ver el partido, me tienes que ayudar
-         ¡A sus órdenes mi teniente!
-         Cierra el butano, controla que se apaga la llama en el calentador, las ventanas de la cocina ya las he cerrado yo y también he quitado el enchufe de la nevera, ¿está apagada la jata en el cuarto de baño? Míralo no se vaya a quedar encendida hasta que volvamos, deja la llave de esta casa que está en mi bolso en la cesta del hall, baja la bicicleta al portal que aquí no hace mas que estorbar y ……….
-         ¡A sus órdenes!  ¿Alguna cosa mas?
-         Si, cuando acabes, si no te importa me echas una mano para hacer nuestra cama.

Tino hizo todos los encargos con prontitud y enseguida colaboró en hacer la cama mientras su imaginación caminaba por otros derroteros. Empujaba la sábana de abajo mientras pensaba que si tuviera un perro, afan de aventura y ausencia de miedo podría recorrer toda la cornisa cantábrica en bicicleta.

La sábana de arriba le dio pié para verse con el uniforme del Inspector Belascoaín de la Policía Nacional, dedicado a investigar una trama de delincuentes de guante blanco que se dedicaban al tráfico de monedas depositando sus importantes ganancias en paraisos fiscales como Gibraltar, Andorra, Mónaco, etc. Tenía que entrevistar a mucha gente para llegar al fondo del asunto y hasta entonces no le había servido de mucho su don de gentes ni sus indudables dotes de hábil negociador. El caso estaba en punto muerto y bastante complicado, pero su insistencia le haría llegar a buen puerto.

La manta, la dichosa manta que nunca sabía si estaba al derecho o al revés, le incitaba a pensar en relatar una guerra que deambulaba por su cabeza. No era una guerra tradicional con espadas, trabucos etc, no. Era una confrontación entre hermanos, una lucha por el poder entre unos y otros, una sinrazón colectiva que había hecho a las diferentes autonomías que constituían el estado, una especie de reinos de taifas que guerreaban entre ellas. Ejércitos sin ideología alguna combatían con el ánimo de expulsar al otro, anexionarse territorios y así los catalanes querían el Reino de Valencia, los del Bierzo luchaban por ser gallegos, los andaluces reivindicaban nada menos que Marraquech y hasta el núcleo autonómico del Valle de Regoa, en lo mas recóndito de la ancestral Galicia peleaban para que Chímparra fuera su polígono industrial de desarrollo tecnológico.

Por último la colcha constituía el momento cumbre de sus pensamientos. Mientras se decidía si ese pico iba para allí o para aquí,  el ser abuelo y encima de dos, Teresa, su hija mayor, estaba embarazada de dos a la vez, era como un soplo de vida para su trabajado corazón. Naturalmente ya había empezado a escribir un cuento en el que narraba la experiencia de la vida desde la bolsa de uno de los niños en el útero de Teresa y como se iban intercambiando los papeles, el abuelo hacía su final, no era tan viejo pero las cosas son como son y hay que aceptarlas y el nieto que se iniciaba en el camino de la vida y de vez en cuando solicitaba información que le era suministrada a través de la experiencia del abuelo. Dos puntos de vista absolutamente diferentes pero que esperaba saber unirlos de alguna manera para que el cuento resultase interesante

El Dr. Belascoaín cuando estaba en la capital de España, trabajaba  de sol a sol, nunca mejor dicho, y raro era el día que llegaba su casa antes de las nueve o nueve y media de la noche. Su jornada laboral empezaba a las ocho en punto de la mañana con lo que tenía que levantarse a las seis y media como tributo por vivir en Majadahonda a veinte kilómetros de la capital.

-         Tere ¿tú crees que algún día dejaré de madrugar? Era la frase habitual todas las mañanas al despertarse.

La jubilación se iba aproximando pero todavía tenía sesenta y dos años y hasta los sesenta y cinco la cosa pintaba mal y que a nadie se le ocurriera, dada la escasez de Médicos, atrasar la jubilación a los setenta , porque entonces no le faltarían tres años sino ocho años para no tener que levantarse  a toque de despertador.

A las ocho de la mañana fichaba en una mutua de accidentes de trabajo donde, en su calidad de cirujano plástico veía en consulta entre veinte, veinticinco enfermos diarios y tenía los lunes como día oficial de quirófano.

A las dos de la tarde comida en la cafeteria de la clínica, eso si, siempre de régimen como era habitual desde el incidente del infarto y casi sin descansar, vuelta al tajo esta vez en la consulta del Virgen del Mar donde veía tantos o mas enfermos que en el otro sitio , pero de manera algo diferente. Eran enfermos suyos, que iban a verle a él y aunque era poco frecuente, hasta en alguna ocasión había algún enfermo agradecido no tanto por su técnica quirúrgica que era similar a la de muchos compañeros de su entorno, pero si en cuanto a su manera de tratar a sus pacientes. Era un cirujano que sin mayor esfuerzo se ponía en el lugar de los pacientes y hasta les decía “voy a pensar en alto que supongo que es lo que usted quiere” y de esa manera les explicaba los pros y los contras de la cirugía para el problema del que solicitaban ayuda. El tratar bien a los pacientes se había convertido en una obsesión y gastaba con mucho gusto todos los minutos que hicieran falta para lograr la confianza del paciente y casi siempre lo conseguía.

Al terminar la consulta, todos los días, excepto los martes que iba a jugar al golf, iba al despacho del Sanatorio Virgen del Mar donde ejercía las labores de Consejero , una especie de eslabón perdido en la Dirección de una clinica privada que fundada por su padre y otro socio le había proporcionado unos ingresos extras desde que terminó la carrera y mas que le hubiera sacado si le hubiera destinado mas tiempo. Buenos ingresos por poco trabajo ¡que mas se puede pedir!


sábado, 10 de marzo de 2012

PASEO POR EL TORRAIBA: CAPITULO 12

 Queridos blogueros/as: Con este capitulo se termina la parte referida a mis conversaciones con el tal Eusebio, que no tengo ni idea de donde habrá salido y vamos razonando, cada uno según su mejor manera de entender la vida, hasta que, por fin, me despido de él y no se si me lo volveré a encontrar en alguno de los escritos que pululan por mi pen drive, se verá.
Quedan cuatro capítulos para terminar este paseo por el Torraiba y poco a poco me tengo que poner a pensar con que escrito sigo. Supongo que me tendré que poner algo mas serio, porque tampoco hay tantos locos por el mundo como en el Torraiba y tengo varias novelas que no os lo váis a creer que sean mías, porque de divertidas no tienen nada. En fin, uno que le pega a todos los palillos, pero tengo que reconocer que en los dos que mas cómodo me encuentro son con el gallego este inventado y tratando temas de Medicina. Como uno de los capitulos que faltan de mis paseos va de mi trabajo como cirujano con una historia real novelada o algo por el estilo, ya comprobaréis lo que os adelanto ahora
Estoy pensando que cuando acabe con una novela que tengo a medias, que creo que se llamará el Policía del Mar, voy a escribir algo sobre hospitales, Médicos, Enfermeras y rollos así aunque es peligroso porque así como en estos paseos soy yo, en lo de los hospitales tiene que ser otro porque si cuento mi vida en La Paz seguro que no volvéis a abrir esta página porque no tuvo nada de particular.
También tengo a medias mis memorias, se llaman "memorias de un tío normal" pero para acabarlas todavía me queda  porque hace mucho que no escribo nada allí, pero creo que iba cuando terminé la carrera y me venía para Madrid, total que casi fué ayer, mejor anteayer
Ya está bien de pensar en el futuro.¡¡¡¡A leer que es vuestra obligación!!!
Un abrazo
Tino Belas
CAPITULO 12.-  EL GOLF ¿SI O NO?

-         ¿Usted xoja a o golf?

-         Si y ya se por donde va o sea que le voy a responder dándole mi opinión que seguro que no se parece en nada a la suya, pero yo se la digo. Me parece muy bien que se hiciera un gran campo de golf en “La Capelada” porque eso generaría riqueza para el pueblo que falta le hace y no precisamente el campo sinó todo lo que lleva aparejado porque se harían chalets, un hotel de cinco estrellas, montones de servicios que generarían puestos de trabajo estables para mucha gente

-         ¡Y nos quedamos sin el monte!

-         Una parte pequeña del monte, no todo, pero además ¿usted para que lo quiere? ¿tiene vacas o caballos allí?

-         Agora non, tuve fai moito tempo pero agora no, desde que meu fillo foise para Santiajo non teño ninjún animal, pero iso es lo de menos porque la urbanización o como se chame haríase dentro de un monte comunal y estaría bueno que se convirtiera en otra zona mais para ricos.

-         ¿Sabe lo que ocurre? Que yo creo que eso no es así. Tiene razón en que si se hiciera el proyecto presentado por esa empresa de Madrid, lo primero es que pagaría los terrenos a buen precio y si que es verdad que esa parte del monte naturalmente dejaría de serlo pero un campo de golf bien diseñado y respetando el entorno es muy bonito y no afectaría tanto como andan diciendo por ahí.

-         ¿ Me está diciendo en serio que un campo de golf es mas bonito que la Capelada como está?

-         No, yo no he dicho eso, lo que he dicho y de verdad que me parece que es así,  es que un campo de golf en una extensión tan grande como la sierra de la Capelada no desentona excesivamente

-         Usted me quiere coñear. Pro hombre de Dios, ¡como vai ser ijual un monte centenario que una pradera con la herba casi artificial.

-         Le repito que yo no he dicho que sea igual. Lo que digo es que con ese proyecto el paisaje se altera poco. La parte digamos principal del hotel es de una sola planta y la entrada a los diferentes bungalows es a traves de un subterraneo y todos los chalets son tambien de una sola planta y con la obligación de respetar los árboles que estén incluidos en cada parcela. Es mas en el proyecto se sustituyen todos los árboles cortados para hacer las calles por otros que se plantaría en otras zonas de la Capelada, o sea que a mi no me parece tan mala idea, de verdad que no.

-         ¿ Y el agua?

-         ¡El agua! Ahora el que parece que está de coña es usted, no me fastidie buen hombre ¿Qué problema puede haber con el agua en La Capelada?

-         Ahora mismo ninguno, pero si construyen mucho, lo mismo no queda para los demás.

-         Eso, perdóneme que se lo diga , es una gilipollez ¿no se da cuenta que agua en esta zona sobra por todas partes?

Eusebio se retiró nuevamente la boina, se volvió a limpiar el sudor de la calva con el mismo pañuelo con el que, a continuación, se volvió a sonar estruendosamente la nariz.

-         ¿O sea que si usted fora o alcalde diría que si a o proyeto?

-         Naturalmente – el doctor abrió los brazos en un gesto de incredulidad - ¡como iba a decir que no! Estoy absolutamente convencido que Cedeira lo que necesita son ideas nuevas, buscar algo que genere empleo aunque sea a costa de ceder una parte pequeña de monte comunal

-         Hombre, visto así a lo mejor teñe razón, pero perder un monte así como así ¡manda carallo!

-         Que no se pierde el monte, no se empeñe, se ponga como se ponga yo le aseguro que con un campo de golf en condiciones no solo no lo pierde sino que incluso gana en calidad y sobre todo en puestos de trabajo.

-         Xa, pero que me dice do tráfico. Habría moitos mais vehículos y no se podría casi ni circular

-         Eso, ¿ve? En eso le doy toda la razón, pero hay un refrán que dice que el que algo quiere algo le cuesta e incluso también lo puede ver desde un punto de vista positivo, por ejemplo, los coches tienen que echar gasolina y lo harían en Cedeira, vendría mucha mas gente al pueblo y eso generaría mas restaurantes, comprarían periódicos, por ejemplo, mas dinero para Agustin el de La Paz, como habría que regular el tráfico harían falta mas guardias con lo que el Ayuntamiento se vería en la obligación de ampliar la plantilla de policias municipales. En fin, montones de cosas buenas que hacen que las malas se noten menos y que asegurarian el futuro del pueblo e incluso yendo todavía mas allá ¿Qué le parecería toda la plaza del pueblo llena de terracitas con bares pequeños en los que gastar unas horas charlando con los amigos o conseguir con una buena política municipal rehabilitar el casco antiguo y organizar, por ejemplo, un barrio de las artes o de la música  o hacer, por fin un puerto deportivo que fuera interesante para organizar un buen turismo por mar ¡yo que se! Soluciones imaginativas porque sinó Cedeira se hunde

-         ¿Está seguro que si se hiciera todo eso, aumentaría el empleo para los del pueblo? Eu non sei, pero en Mallorca e por alí parece ser que os camareros te son ingleses, las cartas están en todos los idiomas menos en castellano y los dueños das tendas te son extranxeiros de fora.

-         Claro que puede pasar, pero lo primero es que la gente de aquí espabile y se de cuenta que esta zona de Galicia está prácticamente virgen y se puede crear un turismo de calidad que no tiene porque ser de sol y playa porque eso falla con excesiva frecuencia, pero si puede ser turismo de senderismo,  disfrutar de la naturaleza del paisaje e incluso, porque no, ¿no podría ser Cedeira la Escocia Gallega y fomentar jugar al golf en condiciones adversas con lluvia y con frío y en los ratos de descanso disfrutar de una buena comida con mariscos de calidad  y pescados del día?

Eusebio se levantó de la piedra en la que había estado sentado, se caló la boina dejando al descubierto solo unos ojos azules envueltos en un sin fin de arrugas y mirando fijamente a Don Faustino le espetó

-         ¡Pues sabe lo que le digo! Que con su pan se lo coman y que el pueblo non quere ese negocio.

-         Bueno, peor para usted, pero a mi no me lo diga que ni soy el responsable ni el que le tiene que dar la autorización, digaselo al señor alcalde que para eso está .

-         Pareceme ben. Mañá se lo diré. Bos días – dicho lo cual, Eusebio dio media vuelta y con paso lento se encaminó hacia la corredoira que descendía hasta su casa.