domingo, 25 de septiembre de 2011

PEPI LA ENFERMERA JEFE. 1º CAPITULO

Queridos blogueros seguidores de este blog: ( Posiblemente termino antes si digo querida familia y si hay alguno que no lo sea que me perdone) Han sido millones las opiniones recibidas después de la inauguración ¿se dice así? de este blog que hasta la SGAE se ha puesto en contacto para saber donde meter tanto "parné" como el que este blog va a generar. La calle llena de gente pidiéndome, por favor, que empiece a publicar ya, que no aguantan mas, que no he tenido mas remedio que hacerlo para evitar que la Urbanización donde vivo se convierta en una nueva Puerta del Sol donde se queden a dormir millones de indignados porque no pueden leer mis "creaciones literarias" y ahí va el primer capitulo del primer escrito digamos oficial que vió la luz allá por el año 1990 y que milagrosamente (digo milagrosamente porque es bestial mi capacidad para borrar en el ordenador cosas que quiero conservar, si, ya se que te avisa y hasta que las puedes recuperar yendo a la papelera de reciclaje, pero hasta ahí podíamos llegar. Uno es pobre pero honrado y andar mirando las papeleras me parece excesivo) Bueno pues está en un viejo pen-drive y al revisarlo para copiar y pegar aquí, me he dado cuenta que no debo publicar nada sobre nadie conocido y en vista de eso lo he rehecho de tal manera que nadie puede ni siquiera adivinar y el que diga lo contrario miente como un bellaco, quien es la tal Pepi. Es mas ni yo se quien es, pero me lo he pasado bien que es de lo que se trata reescribiendo esta historia y todavía queda el segundo capitulo y hasta a lo mejor un tercero, que si las cosas van como deben de ir, lo enviaré en una semana, o sea, que ánimo y a leer
Espero vuestras opiniones, pero tener en cuenta que soy nuevo en esto y así, como quien no quiere la cosa, nos carteamos en plan moderno
Un beso para todos


PEPI : LA JEFA DE ENFERMERAS



No hay cosa mejor que ser observador. Si, si, aunque parezca mentira así es, sobre todo cuando estás en determinadas situaciones. Por ejemplo, esta historia, cuento, novela corta o lo que sea fue por ese motivo. Estaba yo un día en la sala de espera de mi Médico de Cabecera, la verdad es que no voy nunca pero había sufrido una especie de dolor precordial y necesitaba papeles para la baja, bueno pues estaba allí sentado, mirando como una enfermera así como de media edad no paraba de entrar y salir por una puerta al lado de la que tenía que entrar yo. Aquello era un ajetreo que mas parecía una obra de teatro de esas de enredo que una consulta de enfermería, pero el caso es que la buena señora no paraba y entonces se me ocurrió pensar como sería la vida de esa señora y claro entre mis dotes de observador y mi mas que probada imaginación para ponerme en cualquier situación, pues de ahí nació este escrito. Como es lógico, yo a esa enfermera no la había visto en mi vida y por lo tanto raro es que supiera algo de su familia o cualquier otro dato, pero solo era cuestión de imaginarse todo y luego pasarlo a un papel, porque claro, a pesar que hay gente que dice que un escritor (y mas un alevín de las letras como yo) escribe en cualquier parte, eso no es verdad. Yo escribo en la intimidad de mi cuarto, en mi mesa de trabajo, con mi luz, mi música y todo lo necesario para estar mas a menos a lo que hay que estar.

De esa mujer solo sabía que se llamaba Pepi, porque alguien la había llamado por su nombre y que era la Jefa de Enfermeras de ese ambulatorio lo suponía porque entraba y salía del despacho donde lo ponía en la puerta . Lo mas que puede pasar es que fuera enfermera de tropa en cuyo caso sería peor para ella porque, (como puedes suponer querido lector, me gusta eso de querido lector, porque ya supongo que no habrá mas de uno,) a mi me da igual que sea la Jefa o la última de la plantilla, total me voy a inventar todo ¡que mas me da!

Para empezar a abrir boca nos podemos plantear ¿dónde habrá nacido esta buena mujer? No tengo ni la menor idea, pero por el aspecto ha debido ser la típica señorita de provincias, o sea que puede haber nacido, por ejemplo en Zamora ¡a que si! ¿ves que fácil?. Una cosa menos y ¿de quien era hija? Eso si que es fácil de imaginar, perfectamente podía ser hija de un empleado de toda la vida del Ayuntamiento de Zamora y hombre de confianza de los distintos Alcaldes que pasaron por la ciudad. Era Don Eufemiano , el típico funcionario, no muy importante, pero tampoco “un chisgarabís”, con su pajarita azul, su pelo ondulado siempre muy bien peinado y su chaqueta de twed comprada en Madrid, se trataba de un hombre de bien, marido cumplidor y servicial y padre amantísimo de sus dos hijas, Pepi y Loli. Asistía con regularidad a su trabajo que alternaba con varios cafelitos a lo largo de la mañana en el bar de enfrente del Ayuntamiento y al que el dueño, que por cierto era el Señor Alcalde, había puesto el nombre de acuerdo con su ubicación y así en la fachada destacaba un rótulo escrito con letras antiguas: Bar “El Consistorio” y debajo, construido en 1895 lo que evidentemente no se correspondía con la realidad porque lo había fundado a los dos años de ser nombrado Alcalde Don Aniceto y eso habia sido en 1985, nada menos que cien años después, pero ese pequeño detalle no le importaba a nadie, lo importante es que el café estuviera bueno y eso si que estaba garantizado


PERDON POR LA INTERRUPCION

¿Por donde iba? Perdón, pero me he despistado porque un señor me pregunta si yo soy el último para D. Luis, mi Médico de Cabecera y yo casi no le he contestado porque estaba embelesado con la figura de Don Eufemiano. El caso es que si que debo ser el último pero yo no le he pedido la vez a nadie y encima no tengo número. Tranquilidad, que lo único que puede pasar es que entre después del último y así, a todo hay que buscarle el lado positivo, tengo mas tiempo para pensar en el argumento de esta historia

CONTINUAMOS:

Estábamos en que Don Eufemiano, era el padre de la ilustre protagonista de nuestro cuento la Señorita Pepi. Se trataba de un honesto funcionario que, como Dios manda, iba a Misa de doce a la Catedral todos los Domingos y fiestas de guardar y después tomaba un “vermouth” en la Plaza Mayor. Su señora esposa, mujer fiel y madre ejemplar, Doña Rosa María Mateos y Rodríguez de Vivar (seguro, querido lector que con esos apellidos ya sabes la procedencia de la ilustre señora ¿a que si?) Naturalmente que era de Burgos ¡de donde iba a ser llamándose de segundo apellido asi! Y encima descendía de la pata del Cid, faltaría mas. Bueno pues Doña Rosa María solamente salía una vez a la semana con su marido y era precisamente el Domingo por la mañana, primero a Misa de doce y después a la Plaza Mayor, pero nunca tomaba un vermouth ¡que horror! y siempre departía con una copa de fino en la mano por aquello de lo que se come se cría.

Doña Rosa María era una mujer de Burgos y usted, apreciado lector, a buen seguro que se estará preguntando ¿y como son las señoras de Burgos? Pues eso, las señoras de Burgos, son de Burgos y son de esas que te encuentras en cualquier capital de provincia de este país llamado España paseando del brazo del Don Eufemiano de turno por cualquier calle Mayor, mujer elegante, pero con esa elegancia especial de las ciudades pequeñas, cabeza rubia bien peinada con un moño mas o menos historiado hecho en la peluquería de un marica que aprendió el oficio en París y luego trabajó con Llongueras en Madrid y que se puso de nombre “Josechu” porque es un nombre como muy vasco y como muy de macho, pero que en realidad, se llama Luis Antonio García Perez.

Doña Rosa María siempre pasea con abrigo de paño beige y como es una mujer de posibles y eso hay que demostrarlo, lleva al cuello un bisón y los dedos llenos de anillos. Lógicamente al llevar visón tiene que ser propietaria de una buena delantera que ella potencia con una ajustada faja que le hace destacar sus ya un poco caídos pechos ¡que pena! ella que siempre que siempre había presumido de tener dos tetas que apuntaban directamente al corazón de su querido Eufemiano y ahora con el paso de los meses si no utilizaba medios físicos mirarian hacía los zapatos de rejilla marrones y blancos que utilizaba el ilustre funcionario para pasear por el parque. Claro que pena, pena, lo que se dice pena, le daba otros atributos que, no de ella, si no de su marido y las vergas se habían ido arriando y así lo de siempre, aquello que para ella era como el palo de una bandera donde desarrollaba su exacerbado nacionalismo, se había convertido en un instrumento de difícil utilización y con muy escasas posibilidades de éxito.


PERDON OTRA VEZ

Hay que reconocer que la tal Pepi no para ¡otra vez vuelva a salir! Lo mismo la pobre está mal de la vejiga y tiene que sentarse cada cinco minutos porque si no, no se entiende. Si, no se si será, pero tiene pinta de ser de Zamora, seguro que si. Como se pare en algún momento se lo pregunto, pero va a ser difícil porque hasta ahora sale como un rayo sin mirar a ninguna parte.

NO OS PREOCUPEIS QUE CONTINUO CON LA HISTORIA

Doña Rosa María que presumía ante sus amigos de no haber probado otro barón que su Eufemiano, dedicaba el resto de la semana a mandar a dos chicas de servicio, Encarna y Dorotea, a las que obligaba servir la mesa con uniforme negro, guantes blancos y cofia de puntillas. Todas las tardes organizaba partidas de cartas y la que perdía depositaba un real con lo que Doña Rosa María repartía dádivas en el Orfanato de Zamora que estaba muy necesitado de aportaciones como la suya. Además, los días 1 y 15 de cada mes, acompañada de su marido visitaba la Iglesia de San Bartolomé y hacían la novena a Santa Renata patrona de las mujeres descarriadas. Todas las noches, a las nueve, Doña Rosa María esperaba a su marido sentada en una mesa camilla situada en una galería desde la que divisaba la calle Real y desde tan excelente ubicación controlaba los avatares de la sociedad zamorana que, por cierto, eran algo tormentosos. Lo último era que Don Albino, el Registrador de la Propiedad, se había largado dos días a Valladolid con la conocida pelandrusca de vida fácil que era Doña Felicitas, la mujer de Don Felipe, el Médico de toda la vida de sus abuelos. Es verdad que estaba de buen ver pero tampoco había que exagerar.

La historia, según le había contado a Doña Rosa María, Inés la boticaria, había comenzado cuando Don Albino había comentado en la tertulia del Casino que tenía que ir a firmar unas escrituras de unos montes que había comprado recientemente en un Notarío de Valladolid y Doña Felicitas que estaba a la que saltaba, se apuntó rápidamente y según cuentan las lenguas de doble filo, parece ser que él puso el instrumento de escribir y ella el resto de la escribanía con lo que, a buen seguro, disfrutaron de unos días de descanso en el Hotel Victoria famoso en toda la comarca por estar las habitaciones decoradas con cornamentas de distintas especies, incluídas las de los Notarios, Registradores de la Propiedad y demás notables de las provincias limítrofes.


PERDON OTRA VEZ, LO SIENTO

Si, si, - pensé para mí mientras la tal Pepi volvía, otra vez a pasar por delante de todos los que esperábamos en la Sala de Espera, naturalmente que se tiene que llamar así, para eso estábamos todos esperando – tú sigue pasando que te vas a enterar como mientras tanto yo estoy poniendo a caer de un burro a una buena parte de la sociedad zamorana, Incluida tu familia o que te pensabas ¿que te ibas a librar? De eso nada monada. Por cierto ¿conozco a alguien de Zamora capital? Yo creo que no, o por lo menos, no me acuerdo. En fin, yo a lo mío que así la espera se hace mas corta


YA VOY, YA VOY

Durante mas de treinta años, Don Eufemiano y Doña Rosa María habían hecho uso del santo matrimonio los lunes y los jueves siendo un accidente si consumaban cualquier otro día de la semana lo que había ocurrido solo en tres ocasiones: una a la vuelta de una sesión de teatro de Manolita Chen, otra con motivo del entierro de Doña Solita, la modista y la última viendo pasar la procesión del Santo Entierro. De las dos primeras no tenía buen recuerdo Doña Rosa María pero de la última se acordaba como si fuera ahora mismo y eso que ya habían pasado, por lo menos, ocho años. El matrimonio estaba asomado en el mirador y con motivo de ver los pasos de Semana Santa habían invitado a Don Pedro Luque, Secretario del Juzgado de Primera Instancia, hombre soltero, de buen ver y de reconocido prestigio por sus correrías nocturnas por los burdeles de la capital, Cuando estaba a punto de finalizar la procesión, las luces todavía apagadas en señal de respeto, Doña Rosa María notó como una pierna rozaba su muslo y a continuación una mano, delicada y suave, se deslizaba por sus nalgas con un pequeño movimiento de los dedos lo que le producía una sensación francamente placentera. Doña Rosa María dio unos pequeños golpes en la mano mientras tosía para no ser descubierta. Sin embargo, a los pocos minutos, repetición de la jugada: pierna que roza y mano que recorre su espalda, bajando a continuación lentamente hasta llegar a sus nalgas. Doña Rosa María pierde por fin su vergüenza y decide continuar el juego convencida de la capacidad disuasoria de su invitado. Sin embargo, al desplazar su mano palpa un bulto que le resulta conocido y ante tan enorme sorpresa no puede por menos que exclamar:
- Eufemiano, por favor ¿qué te pasa? ¿no sabes que hoy no es ni lunes ni jueves?
Eufemiano apretó con mas fuerza y con el corazón ardiente contestó
- Ya lo se, pero hoy va a ser un día diferente
- ¡De ilusión también se vive! Diferente, tú si que eres diferente - pensó Doña Rosa María y así hicieron uso del matrimonio otra vez sin que ella notase algo mas que el peso de su marido, cosa que, por otra parte, era lo que le había ocurrido desde que se casaron.



PERDON OTRA VEZ, PERO AHORA SI QUE ES IMPORTANTE

Querido lector o lectora, es lo mismo, tú crees que la tal Pepi ¿habrá conocido varón? No se, pero lo que es cierto es que la historia a partir de aquí puede ser absolutamente diferente, pero ¡que quieres que te diga! Yo creo que si, para que nos vamos a engañar, estas enfermeras así como mayores con cara de haber desayunado un sapo, ahora ya no, de eso estoy seguro, pero hace unos años, me juego el cuello, tiene toda la pinta de haber sido una devoradora de hombres y ahora como no tiene perrillo que la ladre la paga con todos los que estamos en la sala de espera, porque aunque parezca mentira, todavía sigo ahí y me da la impresión que por mucho tiempo


VENGA, SIGAMOS

Fruto de aquellas situaciones, excitantes para Don Eufemiano y tediosas para Doña Rosa María, nació la Pepi, nuestra protagonista a la que, por cierto no la estamos haciendo ni puñetero caso desde el inicio de esta locura, pero ya verás como a partir de ahora si que va a estar en primera fila ¡lo prometo!

Pepi fue hija única durante casi quince años hasta que nació su hermana Loli y ya desde entonces presentaba una nariz prominente, característica principal de toda la gente que pertenecía a la familia de Don Eufemiano y por supuesto que la niña durante estos años había sido la reina de la casa. pero vino su hermana de París (si, de París, j aja, se creen que soy tonta) y se le acabó el negocio.
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La madre, doña Rosa María se desplazaba a Bilbao una vez al trimestre para comprarle la ropa en Neguri y así Pepi siempre tenía un aire un poco inglés que la hacía diferente del resto de las niñas de la capital castellana y así creció Pepi y creció tanto que destacaba entre todas sus compañeras porque les sacaba una cabeza y había que verla ir a las Jesuitinas con su uniforme gris con la falda de tablitas y su sombrero de fieltro con lacito azul, un modelo de niña elegante y bien educada.

Ya se que es difícil de creer que la tal Pepi, viéndola ahora pasar por la sala de espera, fuera un día si y otro no a clase de piano en casa de Don Ulpiano quien le enseñaba a tocar valses de Strauss y polonesas de Bethoven, pero es la verdad y encima los martes y jueves iba a clase de francés con Doña Manolita que había sido secretaria del cónsul general en París durante muchos años, aunque, según las malas lenguas, había sido mas que eso y cuando la vida la devolvió a Zamora había montado la casa de señoritas mas elegante de la ciudad nombrándose a si misma Madame de tan distinguida institución y por eso, porque dominaba el idioma del país vecino llamaba sus subordinadas : alé, alé, mis petits putits niñas al salón que tenemos visita.

ULTIMA INTERRUPCION

- Perdón, señor, si, si, usted – El Dr. Garcia Fernandez asomado a la puerta de su consulta me llamaba. Abrí los ojos y pensé que no era a mi, pero cuando me dí cuenta que el resto de la sala de espera estaba vacía, caí en la cuenta que se tenía que referir a mi,,.
- Me he quedado frito, lo siento
- No se preocupe, ¿viene a mi consulta?
- Si, si – me levanté avergonzado
- Pues pase porque si no me voy a hacer un par de avisos y me tendría que esperar por lo menos una hora
- Solo venía a buscar los papeles de la baja porque hace una semana tuve una sensación como de dolor precordial, perdone pero soy Médico, y como ya tuve un infarto hace un montón de años me asusté y me fui a urgencias a Puerta de Hierro………………….
- Total que lo que quieres es la baja ¿no?
- Si
- Aquí la tienes y cuando vuelvas otro día, duerme primero y vienes mas despierto
Le iba a contestar pero ¿para que si me lo había pasado fenomenal?

12 comentarios:

  1. Buenisimo!!!!!!
    Tenemos que esperar una semana para el siguiente capitulo????

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  2. Por favor, Tino, sigue, sigue, no pares.....No podemos esperar una semana..Genial !!!!!
    No sé si me interesa mas la vida de la tal Pepi (casi mejor Mari Pepi), que la de su madre.... Los cuernos están a punto de saltar al relato...
    Bieeeennnnnn!!!!!
    Merce
    (Me gustaria figurar con mi nombre no como anonimo pero no consigo hacerlo como cuenta de Google).
    ¿Alguien sabe que tengo quehacer?

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  3. Hola Merce,

    Solo tienes que seleccionar "Perfil de Google", escribes tu comentario y luego te saldrá para que metas tu nombre de usuario y contraseña.

    Sino siempre puedes darle a "Nombre/url" y pones solo tu nombre, sin ninguna URL y ya aparece quién eres.

    Un beso,
    Tito

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  4. Voy a probar a ver si yo puedo escribir este comentario porque todo el mundo tiene problemas...

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  5. joe... Pues yo no se que pasa... Yo puedo escribir los comentarios sin problemas...

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  6. Me he reído un montón ,leyendo el primer capitulo de LA PEPI , de momento la Mejor ,la madre de la PEPI . Sigue escribiendo el libro es entretenidísimo
    un beso

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  7. hola tino soy aurelio.Dios a ver si por fin consigo entrar en el " block" ,aunque de toda la vida los blocks son de anillas pero bueno.Como era de esperar tus escritos son adictivos.Ahora voy a ver si sale esto que he escrito,alla voy

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  8. salio, salioooooooooooooo,ya soy un blokero!!!!,si un blokero, asi escrito porque quiero y me da la gana escribirlo asi.!que tiemble Bill Gate!.

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  9. He leido el capitulo y seguire haciendolo.No se si entro en la categoria de familia o en la de bloquera normal,pero en todo caso leere el 2º

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  10. Buenisimo, me he reido mchooo. Blanca perez

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  11. Por cierto, ya no eres abuelo de dos, cambialo que tienes a don Miguel y a Don Guillermo indignados....

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