CAPITULO 34.-
Mamen que era consciente
de la gravedad de lo sufrido por su marido, aunque nunca se pudiera imaginar
que un infarto era la causa de todo aquel revuelo, estaba como en otro mundo.
Le temblaba todo el cuerpo, sus manos se movían sin cesar como si estuviera haciendo
encaje de bolillos y en cierto modo, sin decírselo a nadie, se consideraba
culpable de lo sucedido, al fín y al cabo era ella la que había planteado la
discusión. En esas estaba cuando apareció en el pasillo un hombre de bata
blanca con aspecto aseado, tirando a obeso, con poco pelo y una sonrisa que
abarcaba a todos los que estuvieran a su alrededor. El fonendo al cuello y el
bolsillo de la bata, donde ponía Dr. Cuesta, casi tapado por diferentes
bolígrafos, regalo de los laboratorios farmacéuticos.
Con paso ligero y rodeado
por dos enfermeras, se acercó al lugar donde Mamen se encontraba, casi al final
del pasillo:
- ¿Usted es familia de Fernando Altozano?
- Si , soy su mujer ¿cómo está?
- Bueno, no está mal, aunque para usted habrá
sido un buen susto ¿no?
- Se lo puede imaginar – Mamen comenzó a llorar
recordando aquellos minutos hasta que llegaron los de la UVI móvil que parece
ser que solo fueron doce, pero que para ella le parecieron toda una eternidad.
El Dr. Cuesta la cogió
del brazo y con delicadeza la acompañó
hasta un pequeño despacho situado al lado de una puerta que con grandes letras
indicaba la imposibilidad de traspasarla si no se pertenecía a la plantilla del
hospital y para los acompañantes la obligación de pasar con gorro, bata,
mascarilla y calzas.
Le indicó que se sentara y
comenzó:
- Mire: su marido tiene un infarto de miocardio
y es necesario esperar la evolución para emitir un pronóstico, pero en
principio y si no surgen complicaciones esperamos que pueda recuperarse bien y
sin grandes secuelas. Por cierto ¿está usted sola? – El Médico la miró con
interés. A primera vista le pareció una mujer atractiva, a pesar que no llevaba
ni un mínimo toque de pintura, ni los labios perfilados ni nada de nada, pero
para el Dr. Cuesta las manos eran sinónimo de clase y las uñas de su
interlocutora eran perfectas. A pesar que era su obsesión, hacía mucho tiempo
que no veía unas manos tan cuidadas reflejo de horas de manicura y
evidentemente indicativas de poco trabajo manual. Solamente por este detalle,
para el Médico de Guardia de la UVI de Coronarias ya era una persona de su
nivel social y por lo tanto, era una norma rigurosa que aplicaba en su vida
profesional, con un familiar para dedicarle más tiempo que al resto. Además,
sus modales y la manera de solicitar información, le habían cautivado y se
sintió como su protector – Supongo que no le molestará el hecho de preguntarle
si está sola ¿verdad?
- No, no, en absoluto. Estaba con una de mis
cuñadas, pero dada la hora se ha ido al colegio a recoger a sus hijos y el
resto se han ido a sus casas y en cuanto sepa algo les llamaré y le daré las
noticias que usted me dé.
- Se lo preguntaba porque lo habitual en
familias como la suya es que informemos ahora, que dentro de un rato llame un
primo que es Cirujano y que está en otro hospital, un poco mas tarde viene una
enfermera a interesarse por su estado y así continuamente, o sea que le pido
por favor que piense que en la UVI hay ingresados dieciséis pacientes y que no
podemos facilitar toda la información que nos gustaría porque no tendríamos
tiempo para trabajar.
- No se preocupe que yo me encargaré que en
nuestro caso no sea así, aunque tiene razón que en mi familia hay varios
Médicos y es normal que se interesen por él, pero ya le digo que intentaré que
no sea así.
- Bien, pues como le iba diciendo, su marido ha
sufrido un infarto importante que el obligará a una lenta recuperación en la
que su familia tiene un importante papel que realizar. Al principio, lo haremos
todo nosotros, al cabo de una semana, mas o menos, pasará a planta y allí él
tendrá que poner algo de su parte y en cuanto se vaya a casa su familia le
tendrá que ayudar para que su recuperación sea la mejor posible. Su marido
¿fuma mucho?
- Si, muchísimo. Realmente se puede decir que
siempre tenía un pitillo en la boca, aunque el se defendía diciendo que lo malo
del tabaco lo echaba en el gimnasio al que acudía dos veces por semana.
- No hace falta que le diga, porque seguro que
lo sabe, que el tabaco es un factor de riesgo importantísimo en los problemas
del corazón, pero indudablemente el hecho de que ocurra en un varón con una
buena condición física siempre es mejor. Perdóneme que continue con este
interrogatorio, pero hay una serie de datos fundamentales para completar la historia
clinica. Por ejemplo, su marido ¿tenía mucho estrés?
- Muchísimo y yo creo que eso es lo que le ha
llevado a estar aquí ahora, ¿no le parece?
- Pues no sé, porque mucha gente trabaja mucho,
pero no tiene nada de estrés y sin embargo otros se ponen de los nervios cada
dos por tres y eso un día y otro día, un mes y otro mes, etc les lleva a
situaciones difíciles como en el caso que nos ocupa. Su marido ¿comía en casa?
- No, nunca y menos últimamente que estaba
desbordado de trabajo.
- ¿Bebía?
- No, en general, no. Se puede decir que era un
bebedor social, pero en casa prácticamente nunca se tomaba una copa. Quizá
algún vaso de vino, pero solo en las comidas y muy de vez en cuando.
- ¿Tienen hijos?
- Si.
- ¿Cuántos?
- Cuatro – Mamen advirtió la sorpresa en la
cara del Dr. Cuesta que trató de suavizarla con un sonrisa.
- ¡ Cuatro hijos! Parece mentira con lo joven
que es usted.
- Bueno, bueno. Muchas gracias por su gentileza
pero ya no soy tan joven. Eso sí, me casé joven, pero de eso hace ya mas de
veinte años.
- Ya.
- Después de lo amable que esta siendo conmigo
casi no me atrevo a confesarle que hubiéramos tenido cinco, pero uno se murió
hace tres años.
- ¿De enfermedad?
- No, no, fue un desgraciado accidente cuando
tenía año y medio, en la guardería. – Como siempre que recordaba aquello, los
ojos se le inundaban de lágrimas y una emoción intensa le llenaba todo su
cuerpo.
- Perdone, que por culpa de mis preguntas
recuerde ese desgraciado incidente.
- No se preocupe – Mamen se acercó un pañuelo a
sus ojos y casi con un hilo de voz
continuó – lo peor es que como consecuencia de todo aquello perdí un hijo y
también un marido, porque desde entonces ya nada fue igual. Fernando y yo,
éramos un matrimonio bastante unido y a partir de aquel fatídico dieciséis de
Marzo todo fue de mal en peor. Todo el día discutiendo, bueno, miento, todo el
día no, porque cada vez venía menos a casa, pero sí los pocos momentos que
estaba. Todo le parecía mal y en fín, perdone pero no puedo aguantar más y
encima esto – su labios se contrajeron con fuerza y el llanto apareció sin
solución. No le importaba que este Doctor, al que acababa de conocer, supiera
las interioridades de su matrimonio, al fin y la cabo tenía pinta de buena
persona y con alguien tenía que explotar. Su familia no sabía absolutamente
nada y ella disimulaba sobre todo por los niños. Rogaba a Dios que la ayudara,
pero había llegado al convencimiento que no tenía mucha mano, porque no le
hacía ni caso y ahora esto – Dios mío, Dios mío, ayúdame porque no creo que sea
capaz de superar tantas pruebas como me estás mandando.
- Por favor, señora, no llore más que en cuanto
lloran cerca de mí acabo igual y esto se va a convertir en un funeral. Anímese
que las cosas de su hijo no tienen desgraciadamente arreglo, pero ya verá como
lo de su marido se va resolviendo poco a poco y una vez que se encuentre
recuperado, seguro que todo vuelve a su ser. Venga alegre esa cara, por favor.
El Dr. Cuesta le sirvió un
vaso de té, muy caliente que sacó de una máquina situada en el cuarto de las
enfermeras y una vez que comprobó que se había recuperado, trató de busca otros
argumentos que hicieran sonreir a Mamen.
- ¿Cómo se llama?
- María del Carmen, pero todo el mundo me llama
Mamen
- ¿Y yo soy parte del mundo?
- Claro, como no.
- Bien – Alvaro Cuesta se apoyó en el respaldo
del sillón de cuero desgastado por el paso de tantas horas de información a los
familiares y volvió a encauzar la conversación por los temas profesionales – si
me permite, la llamaré Mamen. Como le iba diciendo, su marido ha tenido un
infarto grave y que se ha librado de males mayores porque el SAMUR llegó
en nada que si nó, ahora estaría no en
el hospital sino en un cementerio, pero por suerte todo se ha desarrollado con
rapidez y lo mas importante es que ante todo lo que se le ha hecho, Fernando
está respondiendo fenomenal. Quizás, eso es lo mas importante.
- Por supuesto, Doctor. Fernando es un
deportista y yo creía que estaba hecho un roble, pero fíjese las vueltas que da
la vida. Perdone, Dr Cuesta
- Eh, eh, si yo a usted la llamo Mamen, usted a
mí me debe llamar Alvaro, si no, es una
competencia desleal ¿de acuerdo?
- Bueno, Alvaro, quería decirle que esta
conversación debe considerarla casi como un secreto de confesión porque nadie
sabe y desde luego nadie de mi familia sabe los problemas de pareja que tenemos
y le ruego que no lo comente con nadie
- Por favor, si me lo permite le diré que me
parece mal que me lo diga ¿qué piensa que voy a ir por ahí diciéndole a todo el
mundo que se lleva mal con su marido? Por desgracia o por suerte no se como
decirlo, yo pasé por una situación parecida y soy consciente de cómo se pasa
- ¿Usted
también tiene problemas con su mujer?
Alvaro Cuesta esbozó una
amplia sonrisa dejando asomar una dentadura perfecta
- No, yo no porque hace ya algunos años que
decidimos que lo mejor era que cada uno continuase por un camino diferente y
desde entonces no he vuelto a discutir porque no la he vuelto a ver.
- Y sus hijos ¿no echan de menos a su padre?
- No, no tuvimos hijos, o sea que no teníamos
ese problema.
- Ya, esta vez soy yo la que me estoy metiendo
en temas que – Alvaro la interrumpió con una sonrisa
- No hay problema. Lo nuestro a diferencia de
otras situaciones era de dominio público y todo el hospital sabía que mi mujer
y yo no nos podíamos soportar desde la vuelta del viaje de novios.
- ¿Trabajaba también aquí?
- En el Hospital si, pero no en Coronarias.
La conversación se vio
interrumpida por el sonido muy desagradable de una especie de avisador que el
Dr. Cuesta llevaba en el bolsillo de la bata. Con un movimiento rápido, se dejó
encima de la mesa y una voz clara y potente le avisó que debería presentarse
urgente en el Box número 12 de urgencias.
El Especialista en
Cardiología se levantó sin perder un segundo y salió disparado de la habitación
mientras invitaba a Mamen a esperarle o a charlar en otro momento. Se quedó un
segundo sentada en la silla notando la misma sensación de culpabilidad que
cuando el infarto de Fernando, y por su cabeza pasó el pensamiento de haber
perdido el tiempo en contarle su vida a un desconocido en lugar de dedicarle
mas minutos a conocer con mas detalle la enfermedad de su marido. A los pocos
segundos volvió a la normalidad y se alegró de haber conocido a un Médico que
la mantendría puntualmente informada de toda la evolución.
Fernando con su infarto, Mamen, el médico, bueno, bueno; esto se está poniendo interesante.
ResponderEliminarHasta el próximo capítulo.
Un abrazo a todos
Me parece que Fernando, además de infarto, va a tener otra cosa. jajaja, estaría gracioso.
ResponderEliminarLa conversación medico-esposa del paciente va por unos derroteros inusuales, ¿no?. Hablan más de ellos que del paciente. Que curioso
Ánimo Tino; seguro que tienes más lectores de lo que piensas. El problema es que no comentan.
Muchos besos y hasta la semana que viene
Es Dr.EBHOSE usted puede email él si necesita ayuda en su relación ebhodaghespell@gmail.com
ResponderEliminarTe prometo que sus problemas se resuelven de inmediato. Después de estar en
relación con él durante siete años, me dejó, yo hice todo
¿Podré yo hacerle volver atrás, pero todo fue en vano. Quería
por el amor que siento por él, suplicó, pero él se negó hasta
explicado mi problema con alguien en línea y ella me sugirió que debería
más bien por correo un lanzador de conjuros que me podría ayudar a un hechizo que le trajera
espalda, pero soy el tipo que nunca creyó en hechizos, no tenía más remedio que
Pruébalo, enviado al taumaturgo, dije no hay problema
todo estará bien dentro de tres días, mis ex vuelven a mí
dentro de los tres días, el hechizo fue lanzado y, sorprendentemente, en el segundo día,
que fue alrededor de las 4:00 pm. Mi ex me llamó, yo estaba tan sorprendido, respondió el
llaman y todo lo que dijo fue que estaba tan mal por todo lo que pasó,
quería volver a mí, que me encanta tanto. Yo estaba tan feliz y
sorprendido. Desde entonces, he hecho la promesa de que todos los que conocemos la voluntad
nunca tienen un problema de relación, que me voy a referir al hechizo
lanzador para ayudar. Cualquier persona puede necesitar la ayuda de la máquina de colada, su
email ebhodaghespell@gmail.com
También hizo muchos hechizo-like,
(1) quiere que su ex atrás.
(2) Usted siempre tiene pesadillas.
(3) Para ser promovido en su oficina
(4) ¿Quieres un niño.
(5) ¿Quieres ser rico.
(6) quieren mantener su esposo / esposa a ser solo tuya para siempre.
(7) la necesidad de asistencia financiera.
8) ¿Quieres estar en control de que el matrimonio
9) ¿Quieres ser atraído a la gente
10) La falta de hijos
11) ¿NECESITA UN ESPOSO / ESPOSA
13) Cómo ganar su LOTERÍA
14) HECHIZO DE PROMOCIÓN
15) HECHIZO DE PROTECCIÓN
16) HECHIZO DE NEGOCIO
17) BIEN TRABAJO HECHIZO
18) cura para cualquier enfermedad / H.I.V.
Póngase en contacto con él hoy en: ebhodaghespell@gmail.com