Queridos blogueros/as: Este capitulo es de los de "palante" y lo que os pido, de vez en cuando hay que pedir algo como los curas, lo que os pido es que os pongáis en situación porque yo lo acabo de hacer y me ha resultado entretenido.
Imaginaros un consultorio de un pueblo e ir viendo las caras de todos los invitados ¿las véis? bien, así me gusta que sigáis mis consejos.
Para los que no lo sepan, que sois todos, os diré que he leído un poco hacia delante y por lo menos hay veinte capítulos, o sea que todavía tenemos sábados para rato. Estoy pensando que como final es posible que publique la novela entera, en fín, se verá
Espero, como siempre, que os guste
Un abrazo
Tino Belas
CAPITULO
13
Los
operarios acompañados de David que se había ofrecido a llevar una de las cajas
de herramientas bajaron las escaleras y salieron a la calle por la que en un
futuro sería la puerta principal.
Sofía
abrió una de las maletas que le había mandado esa misma mañana por Seur y
comenzó a ordenarla en uno de los armarios, después de haber limpiado las
tablas con amoníaco. No tenía que esforzarse en exceso porque sobraba espacio y
en pocos minutos tenía toda su ropa disponible. Lo último en hacer su aparición
fue su cuaderno que ella llamaba de compañía y que no era otra cosa que una
especie de diario en el que Sofía tenía la manía de anotar todo lo que iba
discurriendo en su vida. Allí se entremezclaban como piezas de un puzzle
imposible de recomponer, hojas escritas, facturas antiguas, minutas de
restaurantes, cartas, algún billete de los países que visitó mientras que
pertenecía a Médicos Sin Fronteras, anotaciones sin mucho sentido y hasta un décimo
de lotería antiguo.
Sofía
había hecho, desde la muerte de su marido, la firme promesa de escribir todos
los días alguna cosa y hasta ahora lo había cumplido, aunque, honradamente,
tenía que reconocer que hacía trampas y lo mismo estabas sin escribir una
semana y a continuación anotaba todo a la vez. En Madrid le había resultado
difícil, pero en el pueblo y hasta ahora, lo que mas le sobraba era tiempo.
Arrastró
con dificultad la maleta de su hijo hasta el cuarto que le había asignado y
repitió la maniobra, camisas en una balda, calzoncillos y calcetines en otra,
pantalones colgados en sus perchas respectivas y sus recuerdos encima de la
mesa para que él los ordenase.
Llamaron
a la puerta y al abrir se encontró con los dos operarios cargados hasta los
topes con varias latas de pintura y a David con un casco que le habían prestado
los operarios y las manos llenas de brochas de diferentes tamaños
- ¿Sabes lo que me ha prometido Miguel? – fue
lo primero que dijo David al ver a su madre
- Sabe Dios lo que le has pedido tu – contestó
Sofía
- ¡Me va a dejar pintar la parte de abajo! – El
niño estaba como si le hubieran traído los Reyes Magos el mejor de los regalos
- ¿Toda? – Sofía puso cara de sorpresa
- No, Mamá, toda no, hemos quedado que solo un paño
. ¿Un qué?
- Un paño, mamá, parece mentira que no
entiendas como hablamos los pintores entre nosotros
- Usted perdone, Señor pintor
Ellos
pintaban y Sofía limpiaba a continuación. Desde el primer día vivía en su
habitación aunque todavía no tenía cocina, ni salón y el cuarto de baño
necesitaba una obra en profundidad cambiando todos los azulejos que estaban
francamente mal. El Señor Alcalde aceptaba sin rechistar todas las solicitudes
que le proponía Sofía y hasta añadía algunas cosas de su propia cosecha, como
por ejemplo, los muebles de cocina que estaban bien, aunque se notaba el paso
de los años e incluso un ordenador para la consulta para que desde el primer
día todas las historias estuvieran informatizadas.
- Señorita Sofía - le decía casi todos los días
- ya que usted es nueva en el pueblo y lo que es viejo no tenemos posibilidad
de renovarlo, vamos a intentar que todo lo que le rodee sea moderno y por lo
menos la parte correspondiente a la salud la vamos haciendo bien, o sea, que
usted pida, pida lo que quiera que lo metemos en el presupuesto del
Ayuntamiento y asunto arreglado.
La obra
iba tan deprisa y los operarios eran tan dispuestos que en una semana estaba
todo preparado. Solo faltaba el timbre de la consulta, el cartel de ATS en la puerta
y comenzar a trabajar.
El
consultorio, a través del Señor Alcalde había contratado a Rosario, hija de
Belicio, un amigo del Alcalde, para hacer labores de auxiliar administrativo y
también la limpieza de la zona de asistencia a los pacientes. Charo, tenía
conocimientos básicos de informática y entre limpieza y limpieza se hizo con
una base de datos para tener una ficha de cada paciente.
Cuando,
por fin, llegaron las sillas de la sala de espera y una mesa de exploración para la consulta,
Rosario instaló el ordenador en la mesa de Sofía y después de realizar
diferentes simulacros con hipotéticos pacientes, se decidió que el siguiente
lunes se abriría la consulta de enfermería, pero antes, el sábado, Sofía
ofrecería una copa de vino español, no solo para presentar las nuevas
instalaciones, sino también para presentarse ella misma, lo que causó cierto
revuelo en el pueblo porque las
anteriores ATS no habían hecho ningún acto parecido.
Los
presentes hicieron un espléndido uso de todas las viandas y se bebieron hasta
el agua de los floreros como se dice coloquialmente y como punto final, Jacinto
hizo entrega de un ramo de flores para Sofía como agradecimiento por su
decisión de ejercer su actividad en el pueblo y el aplauso correspondiente lo
inició David que, sentado en el descansillo de la escalera, observaba a todos
desde los barrotes de hierro que sujetaban el pasamanos que le servía de
tobogán cuando no lo veía nadie.
Sofía
habló para todos los presentes y para algún ausente, referencia especial para
D. Antonio María, agradeciendo todo lo que estaban haciendo por ella y por su
hijo e hizo hincapié en la enorme ilusión con que iniciaba su trabajo y estaba
segura que seguiría recibiendo el apoyo de los vecinos y así, entre todos,
contribuirían a una mejor calidad de vida de todos.
Finalizado
el acto, departió un rato con todos y pronto a la cama que mañana era el primer
día de trabajo.
Bueno, ya tenemos la consulta lista y me la imagino preciosa... Faltan los enfermos. Se me ha hecho un poco corto el capítulo; me he quedado con ganas.
ResponderEliminarHay que ver lo bien que describes todo (los lugares y las personas). No falta detalle.
Tenemos para 20 sábados como mínimo. Bieeennn!!!!
Bss
Ya lo decía yo,Sofia se va a camelar a todo el pueblo. Yo estoy intrigada con el médico, a ver como es. Bueno,habrá que esperar al siguiente capítulo.Besos.
ResponderEliminarMuy buena la narración. Parece como si estuviese presente viendo a todos los invitados al ágape. Sofía se va asentando en el pueblo. Parece que empieza con buen pié. A mí también se me ha hecho corto el capítulo. Sigo a la espera del siguiente.
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