CAPITULO 67.-
El Inspector Cuadros
bajaba de dos en dos las escaleras del pequeño apartamento en el que había
permanecido casi cuatro horas mientras en su cara se reflejaba una sonrisa
recuerdo de todas las notas que había tomado aquella tarde.
Reconocía que había sido
una entrevista rara. Lo primero el sitio, uno no es ningún chaval, eso ya lo
se, pero meterme en una especie de edificio de okupas todavía me da como no se
que y encima la tal Laura me dice que ella de hippy no tiene nada. Parece
mentira que la íntima amiga de Ana Segura sea así. No conocía a Ana de nada,
pero si a su madre y alguna de sus hermanas y lo que menos le pegaba era ser de
este tipo de movimientos ciudadano, aunque a lo mejor ella no era y si su
íntima amiga Laura. La entrada fue curiosa, El Inspector Cuadros con su
gabardina usada doblada en su brazo derecho, el sombrero de fieltro ladeado en
su cabeza, la corbata sin ajustar el nudo y una media sonrisa tratando de dar
confianza a una chica joven, ni fea ni guapa, con una coleta anudada con un
pañuelo rojo, unos pantalones de rayas como de pirata, una camisa medio abierta
que le hacía asomar un pecho pequeño pero bien conformado y unas botas altas
con unos cordones a medio atar
- Pasa
– la voz salía de una zona próxima a la puerta – no tengas miedo que no muerdo
- Señorita
Laura Domínguez – preguntó el Inspector después de introducirse lentamente en
el pequeño espacio separado del resto de la sala por una cortina que hacía las
veces de tabique.
- Usted debe ser el Inspector que me llamó
antes ¿me equivoco?
- Efectivamente
soy el Inspector Cuadros, de la Policía Judicial – afirmó mientras se quitaba
el sombrero - ¿puedo pasar?
- Por
supuesto – contestó Laura mientras le extendía una mano delgada indicándole
donde se debía sentar
- Supongo
que ya sabe a lo que vengo ¿verdad?
- Por
supuesto – Laura liaba un pequeño cigarro de marihuana con movimientos mil
veces repetidos - ¿quiere uno?
- No,
gracias
- Espero
que no me diga que esto es un delito – Laura aspiró el humo lentamente
echándolo por la nariz
- Sabe
de sobra que no se lo voy a decir porque, entre otras cosas, el consumo está
permitido. Otra cosa sería que se dedicase a traficar, eso si que sería
punible.
- No
es mi caso – Laura cruzó las piernas adoptando una postura como si de yoga se
tratase - ¿Qué quiere saber de Ana?
- Todo – y así estuvieron cuatro
largas horas en las que salió de todo, amistades, trabajos, juergas, compras y
mil cosas mas que Santos iba anotando lentamente como si se tratara de las
memorias de la amiga mas íntima de la asesinada.
Laura le
cuenta al Inspector Santos Cuadros en una larga conversación como Ana conoce a
un Médico de UVI y empieza a salir con él, como si fuera una relación normal.
El estaba muy interesado en que le contara todo lo relacionado con el Abogado
Fernando Altozano con el que Ana había trabajado hacía algunos años. Al
principio ella le contaba solo su relación laboral, pero después de algunos
días también le contó que había tenido una relación con él. Todo empezó con
unas copas y se fue complicando hasta pasar varios fines de semanas juntos en
algún Parador a las afueras. Esa relación duró, de manera esporádica pero
repetida, por lo menos un año. Alvaro Cuesta, el Médico le preguntaba por la mujer
del Abogado y por lo que ella sabía, Mamen, que así se llamaba no sabía
absolutamente nada de las aventuras de su marido Ana le explica que Fernando se
enamora perdidamente de ella y le promete que va a dejar a su mujer, se
divorciará y se irán a vivir juntos, pero casi de una forma milagrosa
desaparece como si se lo hubiera tragado la tierra y durante tres años no tiene ni idea de donde se ha metido
su teórico enamorado y su familia. No contesta a sus llamadas y nadie sabe nada
de nada. El tiempo que lo borra casi todo hace que Ana se olvide de aquella
relación y un día, como si se hubiera producido otro milagro apareció y
volvieron a las andadas, pero esta vez ya sin ninguna atadura ni compromisos de
ninguna clase. Fernando no le volvió a repetir que dejaría a su mujer y Ana no
preguntaba. Ya llegaría el momento oportuno y en esas estaba cuando apareció en
su vida Alvaro Cuesta.
Pasadas
unas semanas el Médico invitó a Ana a pasar un fin de semana una vieja casa en
las proximidades de un pequeño pueblo de la provincia de Avila y allí viven un
maravilloso romance y al poco tiempo, Laura empieza a notar cambios en su
amiga, no sabría decirle cuales pero algo raro pasaba y Ana no se abría a
explicárselo. Sin embargo hacía poco mas de dos semanas, Ana llegó un día y
después de derramar infinidad de lágrimas, pidió un porro, cosa que nunca hacía
y confesó que Alvaro Cuesta la sometía a sesiones de hipnosis, solo de palabra
hasta entonces pero que el día anterior le había inyectado algo en un brazo y
ya no sabía que había ocurrido. Hasta entonces ella controlaba la situación y
hasta le resultaba divertida, pero ahora yo no sabía que hacer. Quería dejarlo,
pero no sabía como y ya le había amenazado que la semana siguiente seguirían,
esa vez con mas medicación porque cuando estaba bajo los efectos de los
fármacos le contaba cosas muy interesantes. Ella era consciente que su
personalidad estaba en manos de ese hombre que empezó muy bien y cada día que
pasaba se iba como volviendo loco, incluso llegó a decirle que a partir de ese
día la llamaría siempre Mamen porque ella era Mamen, la mujer de Fernando
Altozano.
- ¿Ana
tenía miedo? – El Inspector Cuadros sabía que, poco a poco, estaba llegando al
final de la investigación.
- Mucho
– Laura se dio la vuelta y sin levantarse del sillón lloraba de una manera
inconsolable – lo peor es que la avisé que lo dejase y por lo que se ve no lo
hizo.
- ¿Usted
cree que él la mató?
- No
lo puedo demostrar – Laura miró fijamente a los ojos del Inspector – pero estoy
absolutamente segura que si
- ¿Y
como apareció en la sierra?
- Perdone
que me meta donde no me llaman porque el Policía es Usted, pero ¿no le parece
bastante fácil meter un cadáver en un coche y
tirarlo por ahí en cualquier cuneta?
- Está
claro que si, pero como muy bien dice, eso hay que demostrarlo
- Ya
– Laura estaba pensativa, tenía los ojos llorosos, cosa que le ocurría siempre
que hablaba de su amiga – lo único que puedo hacer es ofrecerme para ayudarle
en todo lo que pueda, pero no se como.
El Inspector Santos
Cuadros se levantó y se quedó mirando por una ventana. El paisaje era
absolutamente urbano con una casa enfrente que casi se podía tocar con la mano
y a los lados bloques de casas que no permitían ni siquiera ver el azul del
cielo. Su cabeza daba vueltas una y otra vez tratando de buscar alguna forma de
contactar con el asesino para que confesase su crimen, pero era consciente que
no tenía ninguna prueba fiable como para acusarle. Pensó que él, como Policía,
no tenía nada que hacer porque lo negaría todo, pero
- Laura
creo que se la forma como puedes colaborar ¿estarías dispuesta a correr un
cierto riesgo por tu amiga Ana Segura?
- Claro
que si.
- Bien
– el Inspector comenzó, como era norma habitual, a planificar la situación como
si fuera a ocurrir en ese momento-
tenemos que buscar la fórmula que hables con él para que si cree que
sabes algo intente llevarte a su domicilio y hacerte lo mismo que a Ana.
Primero nosotros pondremos micrófonos ocultos para tenerte en todo momento
controlada, después tu te dejas hipnotizar, nosotros grabamos todo y si se
delata él solo mejor. ¿Qué te parece?
- Tengo
miedo, pero todo sea por Ana.
- Bien
– el policía estaba seguro que si montaban bien la operación, sería el final
para el Dr. Cuesta, pero tenía que conseguir con seguridad que a Laura no le
pasase nada. En base a sus años de experiencia no sabía porqué pero tenía la
impresión que se encontraban ante un psicópata que tenía algo contra Fernando Altozano y poco a poco se iba
mostrando con toda claridad y a saber donde terminaría todo. Lo primero sería
hablar con el Abogado y evitar que se pusiera en contacto con él hasta que el
dispositivo policial estuviera a pleno rendimiento.
- Tenemos una nueva misión que cumplir y espero
que estén atentos a mis explicaciones ¿de acuerdo?
Los nueve
subcomisarios que colaboraban estrechamente con el Inspector Cuadros movieron
sus cabezas afirmativamente
- Vamos
a intentar que el que yo creo que es el asesino de Ana Segura se delate él solo
y para ello necesito que primero lo vigilen durante dos días, entre tanto
colocaremos micrófonos ocultos en toda su casa y cuando esté todo preparado
buscaremos la fórmula para que Laura, la íntima amiga de Ana, se deje ligar por
el asesino y la invite
- Perdone
Jefe – El subinspector Toledo levantó la mano
- Dime
Joaquín
- ¿Se
conocen la tal Laura y el supuesto asesino?
- Yo
creo que no, por lo menos eso es lo que dice Laura, pero ante la duda uno de
nosotros deberá cuando lo decidamos controlar a la chica, por si el asesino
quiere continuar matando gente
- ¿Estamos
hablando de un asesino en serie? – esta vez le tocó el turno de preguntas a la
Subinspectora Santaolaya
- En
principio no parece – Santos Cuadros miró directamente a los ojos de cada
colaborador observando que estaban dispuestos, como siempre, a trabajar para
descubrir a un asesino - pero os pongo un poco en antecedentes para que me déis
vuestra opinión. El que yo creo que es el asesino de Ana Segura, la chica que
parece que atropellaron en Navacerrada hace unos días, es un Médico que salía
con ella y parece ser que la sometía a sesiones de espiritismo, hipnosis o
casas por el estilo y que por lo que parece se pasó en la dosis y la mató. A
continuación la metió en el coche y la dejó en una cuneta para que pareciera un
atropello, pero la autopsia ha revelado que falleció casi tres horas antes sin
poder precisar de que, pero lo verdaderamente cierto es que no había ningún
signo de violencia ni tampoco motivos para que la asesinara, pero eso fue lo
que supuestamente hizo y a base de hablar con unos y con otros pensamos que si
Laura consiguiera que la llevase a su casa, es posible que intente hacer lo
mismo con ella
- ¿Para
que el asesino sepa si Laura sabe todo o no? – la Subinspectora Rodri preguntó
- Posiblemente,
aunque es todo una hipótesis porque ninguno sabemos si tiene intención de
denunciar el caso
La Subinspectora continuó
con su razonamiento:
- Está
claro que el asesino, sea el Médico o quien sea, no tiene ninguna intención de
denunciar nada, entre otras cosas porque han pasado mas de cinco días y tiempo
ha tenido mas que de sobra. El tío está esperando que nadie sepa nada y que la
cosa se quede como un asesinato mas de los muchos que se quedan sin resolver y
aquí paz y después gloria.
- Precisamente
eso es lo que nosotros tenemos que evitar.
- Entonces
está claro que Usted tiene razón, lo mejor es que la tal Laura se ponga en
contacto con él y se lo diga directamente.
- Si,
pero tenemos que planificarlo bien – El Inspector trataba de no dejar ningún
cabo suelto – porque no sabemos si en el momento que se entere que Laura lo sabe, la quiere matar a ella
también para así eliminar todas las posibles pruebas.
- Pero
– El Subinspector Gracia tomó la palabra - ¿seguro que fue el Médico el que la
mató? Porque lo mismo estamos suponiendo todo eso y resulta que no es verdad.
- Por
eso es por lo que yo creo que debe ser él, si es que fue el asesino, el que se
delate y que tengamos pruebas porque si no, todos sabemos lo que pasa que llega
al Juez y como no está claro lo mandan a su casa.
- Y
la tal Laura ¿es consciente del lío en que se puede meter?
- Si
– El Inspector Cuadros se acordaba de la conversación mantenida en su casa el
día anterior – porque está convencida que fue él el que la mató y con tal de
que lo condenen por asesinato es capaz de lo que sea por su amiga
- Entonces
la cosa está fácil – era el Subinspector Toledo interviniendo otra vez – unos
tenemos que controlar a la chica y otro blindar la casa para que no quede ni un
centímetro que no esté bajo la mirada de alguna cámara.
- ¿Dónde
vive?
- Casi
al final de la Castellana, muy cerca del Hospital donde trabaja.
- Bien,
si le parece la Rodri y yo seguimos al Médico.
- Bueno
y Sara y Luis se encargan de la casa ¿de acuerdo?
- Por
nosotros no hay problemas – casi al unísono contestaron los dos - lo único es
saber sus horarios para que no nos descubra en plena faena.
- Por
supuesto – el Inspector era consciente que su idea primitiva iba tomando forma
– en un par de días seréis informados y mientras tanto Jose y Julia pegaros a
Laura como lapas y no la dejéis ni a sol ni a sombra y de momento casi es mejor
que ella no os conozca.
- Muy
bien, Jefe
- Pasado
mañana a las ocho nos volvemos a juntar aquí, pero creo que una vez controlada
Laura podemos esperar unos días mas, incluso semanas.
Que emocionante está la cosa. Vaya con el Doctor; que engañados nos tenía. Que lío de novela; todos los protagonistas se entrecruzan.
ResponderEliminarEste previsible desenlace no me lo esperaba.
Tino, anímate a un relato procesional; has dado unas pinceladas muy buenas. Falta el Cristo de la Buena Muerte y la Legión.
Hasta la próxima semana o la siguiente; depende de la nueva nieta.
Besos a todos
Acabo de llegar de Mijas en donde no ha estado nada mal la Semana Santa.
ResponderEliminarYa me imaginaba que tenía que haber relación entre Ana, Mamen, Fernando y Alvaro pero nunca pensé que íbamos a llegar a un asesinato. Emoción e intriga a tope a ver como se resuelve el asunto.
Un abrazo a todos.