y esta novedad ¿a que se debe? pues es muy fácil. Tengo tres fieles que sois Merce, Javier Belascoaín y casi siempre también mi asesor informático que es mi hijo Tito. Está muy bien, por que tampoco los escritos de uno van a ganar el premio Nobel.
Esta vez empieza el paseo a discurrir por los caminos de la imaginación, pero bueno, no todo va a ser una descripción de mis atributos corporales (lease barriga, no vaya a ser que os imaginéis otras cosas) de vez en cuando, como dicen los poetas, hay que dejar volar la imaginación ¡que bonito! y así uno se puede rodear de quien te apetezca, antes le tocó el turno a la trinquete y ahora va de piratas, que mas da, lo importante es seguir poniendo capítulos todos los sábado y eso no va a faltar.
Aunque sea un tema personal, no puedo dejar de darte las gracias Merce por el impresionante lacón al que nos invitaste en tu casa. Yo creo que es el mejor que he tomado en mi vida y de las filloas, mejor no recordar todas las que me comí, porque me daría verguenza.
Un abrazo
Tino Belas
CAPITULO 6.- REFUGIO DE PIRATAS
En estos pensamientos estaba cuando llegó con su andar lento y pausado al primer pico antes del Tarroiba y desde el que se disfrutaba una espectacular vista de la ría de Cedeira.
El día estaba cambiando por el hecho de un viento moderado que recorría la montaña. Este viento permitía una mejor visibilidad de la playa de Valdoviño en la lejanía como una raya blanca e incluso algo mas allá el cabo Prior, entrada de la ría de Ferrol y con imaginación hasta unos reflejos que parecía proceder de La Coruña. La ría de Cedeira, mucho mas próxima, se veía pequeña, con un azul espectacular del agua del mar que contrastaba con el blanco inmaculado de la playa de la Magdalena que parecía englobar en su suave curva a un monte de Pantin que parecía cerrar el marco de un entorno que evocaba relajación y tranquilidad. Hacia el otro lado y casi a los pies de nuestro observador, el Faro de Punta Candelaria que por encima del rojo de sus tejas, una columna blanca abarcaba a todo el conjunto luminoso que por las noches guiaba a los navegantes que cuadriculaban sus cartas marinas para mantener el rumbo adecuado y al frente como insinuándose, el pico Tarroiba ¿Tarroiba o Torraiba? esperando la llegada de caminantes que disfrutaran de su perfecta ubicación en el conjunto de montes que rodeaban Cedeira.
Tino se sentó sobre una roca al borde del sendero apreciando la subida importante que todavía tenía que recorrer hasta llegar a lo más alto del pico. No era mucho, pero la inclinación imponía aunque una especie de falso llano animaba a continuar. Ese falso llano bordeaba un bosquecillo de pinos quemados que parecían mantenerse en pié gracias solamente a una historia de muchos años. Ni restos de hojas en sus ramas inclinadas hacia el suelo como una permanente reverencia a todos los que les habían visto cuando eran un bosque espeso y actualmente queriendo permanecer altivos provocando unas sensaciones contraproducentes, por un lado paz, tranquilidad y sosiego en el inicio de sus troncos y fragilidad y vestigios de agresividad en sus delicadas ramas. Con un poco de imaginación parecía un bosque encantado donde los piratas de antaño se reunían para distribuir los tesoros de los barcos que encallaban en los abruptos farallones que bordeaban toda la costa.
La escena no resultaba especialmente difícil de imaginar para cualquiera que tuviera la misma capacidad de inventiva que Tino y a la vez que las carcajadas de Pirata Pata de Palo resonaban como un eco amenazante por todo el valle, un suave olor a café y ron quemado inundaba las proximidades de aquel improvisado campamento instalado en las proximidades del acantilado.
Las mozas con sus faldas de vistosos colores y sus pañuelos anudados a sus cabezas iban pasando de grupo en grupo mostrando las excelencias de sus bien prietas carnes, mientras apoyado en uno de los troncos, un hombre joven, de facciones tristes, tocaba una habanera moviendo sus ágiles dedos sobre el teclado de un viejo acordeón. Mas allá, el Capitán, con su eterna pipa entre los labios, daba órdenes a algunos miembros de su tripulación para que las sacas repletas de tesoros “graciosamente” cedidos por los tripulantes de una fragata inglesa que había embarrancado en los bajos de Teixido al confundir las hogueras encendidas por los piratas con el faro de Punta Candelaria, fueran alineadas en el suelo para proceder al reparto de tan suculento botín. Esto hizo que algunos hombres que trataban de dormir sobre el frío suelo, se levantaran y se acercasen para valorar la parte que les iba a corresponder.
Como si de un mercadillo se tratase, los objetos se acumulaban por lotes en el suelo. Las alhajas constituían el botín mas importante, pero también se acumulaban vasos y cubiertos de plata, jarras y jarrones de bronce primorosamente pulido, una rueda de timón, dieciséis salvavidas con el nombre de la fragata embarrancada, varias camas, una colección de bastones de incalculable valor, uniformes militares, abundante ropa de faena, una campana, tres pares de zapatos sin estrenar y muchos mas desgastados por el uso, treinta y tantas puertas de rigurosa caoba con su pomos relucientes y hasta un trozo de mástil con su grimpola.
La parte que se podía considerar como la más suculenta del botín, nueve cofres grandes y tres baules estaban colocados un poco mas allá, custodiadas por dos piratas que impedían acercarse a nadie por orden del Capitán.
Un grupo compuesto por tres piratas que por sus atuendos parecía como los mandos intermedios se acercaron al botín y con grandes voces manifestaron su deseo de repartirlo cuanto antes y así se sentaron en el suelo, extendieron ante si varias mantas con la intención de llenarlas de todo en cuanto el Capitán diera la orden.
Sin embargo, una potente explosión hizo que el amplio grupo de corsarios salieran en desbandada conscientes de su nula capacidad de reacción ante la llegada de un batallón del ejército inglés, salido de no se sabe donde, pero que se acercaba con paso marcial precedidos por una banda de gaiteros escoceses.
Todos, piratas en su huida y ejército inglés, pasaron a escasos metros de nuestro caminante sin percatarse de su presencia y por supuesto sin prestarle la menos atención.
Tino observaba todo aquel movimiento con curiosidad y rápidamente se dio cuenta que había sido una especie de alucinación y lo que él creía que eran objetos de un valor incalculable no eran otra cosa que latas de sardinas dejadas por excursionistas poco amigos de lo ecológico, los baúles eran resto de tablas y por supuesto, por ninguna parte aparecían restos del ejército inglés ni de ejército alguno.
Estaba claro que allí no había nadie, entonces ¿de donde procedía el sonido de una gaita que desgranaba sus notas por toda la zona? Tino recorrió con la vista los alrededores y nada, allí no había nadie y sin embargo el sonido se iba haciendo cada vez mas próximo y ahora ya no era ninguna alucinación, eso seguro y a los pocos segundos descendiendo del pico Torraiba un hombre se encaminaba directamente hacia él. Vestía falda escocesa y boina a juego, larga melena al viento, bigote lacio y poco cuidado, botas de agua amarillas reforzadas en su parte más alta por unas tiras azules. Camisa de cuadros aires de libertad extraídos de un entorno psiquiátrico y aire marcial en su lento desfilar hasta las proximidades de nuestro caminante que aprovechando la situación, hizo varias fotos de aquel D. Quijote cedieres y así a los pocos minutos estaban los dos cómodamente instalados en sendas rocas.
¿YYYYYYY....?. Nos dejas en ascuas. ¿Quien será el misterioso gaitero escoces?. Otra alma en pena....
ResponderEliminarTino muchas gracias por tus alabanzas. Es verdad que estaba bueno el laconcito pero como el de todos los años.....Creo que tengo dominado el plato.
Hay que hacer algo para que tus lectores comenten algo. Lo lee Te sugiero que en el proximo animes al lector a que simplemente te escriba OK y asi ya sabes quien lo ha leido
Aunque con retraso pongo mi comentario: Me encanta la narrativa y sobre todo la imaginación del autor. Seguro que el gaiteiro escocés es " El Pandillas " je je je. Espero el siguiente capítulo
ResponderEliminarQueee buuuueno! Para mi el mejor capítulo hasta ahora. Sigo leyendo a ver si tengo que cambiar de opinión y darle el primer premio a otro.
ResponderEliminar!!!! que imaginación¡¡¡¡este verano cuando vayas al torraiba iré contigo y recordaré todos los capitulos y me imaginaré al caracol, al gaiteiro....Besos
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