viernes, 19 de marzo de 2021

REQUIEM POR UNAS IDEAS.- CAPITULO 8

 

 

 

CAPITULO 8.-

 

Carlos Gonzalez Alía estaba contento. Llevaba una temporada francamente buena. Se había olvidado de la política, con gran alegría de Cristina, su mujer, que aunque era la persona mas discreta del mundo, no ocultaba su preocupación por la insistencia de su marido en arreglar la Marina. Sus hijas fenomenal, Arancha la mayor había anunciado que se quería casar con Javier, su novio de toda la vida y allí estaban tratando de organizar una boda lo mejor posible. Su hijo Carlos, el mayor ya había sido destinado y ahora mandaba un guardacostas en Ferrol y cuando un hijo está feliz el padre normalmente también lo está. Cristina y Mamen  estaban en COU  porque Mamen había repetido segundo y Belén, la pequeña ya era todo un personaje con sus escasos cinco años.

La noticia de la boda de Arancha no fue ninguna sorpresa, sabían de sobra que en ese año lo anunciarían, pero cuando lo dijeron, Carlos padre se emocionó y lloró como un niño

-      La primera hija que se nos casa y encima con un Marino ¡se puede pedir mas! para toda la familia era un motivo de alegría y aquella noche en el jardín de Tentegorra reinaba la felicidad. Enseguida comenzaron los planes de trajes, tocados, menús, invitaciones etc… etc

Cristina madre con su habitual sentido común intervino

-      Un momento que se os olvida lo mas importante.

Toda la familia guardó silencio en espera de que sería aquello que se les olvidaba

-      Tenemos que hacer una fiesta – Cristina esbozó una amplia sonrisa - la que siempre se ha llamado petición de mano, para conocer a la familia del novio.

Todos estallaron en unas sonoras carcajadas porque la familia de Javier, vivía como cinco o seis chalets mas allá del suyo y los padres eran amigos de toda la vida. De distintas promociones, Carlos era un poco mas veterano que su futuro consuegro y Carmen, la futura madrina, iba a gimnasia con Cristina un día si y otro también y si había alguno que no coincidían entonces se veían por la tarde, jugando al “Continental” en el Club Naval.

-      Muy bien – Mamen estaba radiante, parecía como si la boda fuera la suya – me parece muy bien. Sobre todo, que venga tu hermano Juan – mirando directamente a Javier, el novio

-      Bueno – intervino el padre – tendrá que venir toda la familia

-      Si – Mamen insistía – por supuesto que toda la familia, pero, sobre todo, Juan.

-      ¡Que pasa! ¿Qué te gusta?

-      Papá que cosas tienes, ¿no sabes que hace por lo menos un año que estoy saliendo con él?

-      Pero ¿sois novios?

-      Jo, papá, que antiguo eres, esas cosas eran antes ahora es distinto.

-      Bueno, bueno – Carlos estaba encantado – si te parece lo que podemos hacer es celebrar las dos bodas juntas

-      Ni hablar – Arancha intervino muy seria - mi boda es mi boda y ésta que se case cuando quiera

-      Está bien, por estos pequeños detalles no hay que enfadarse. O sea que la boda es en Abril del año que viene ¿no?

-      Si – contestaron los novios casi a la vez

-      Y estamos en Julio, o sea que nos quedan, siete meses – el padre se iba haciendo poco a poco su composición de lugar

-      Siete meses y doce días – Javier, el novio miró con ternura a su novia mientras entrelazaban sus dedos

-      Si os parece bien – la madre de la novia también quería que se supiera su opinión – podríamos hacer la petición en Enero.

-      Ya lo habíamos pensado, lo que pasa es que no queremos que coincida con las Navidades

-      No, si yo digo a mediados de Enero

-      ¿Y no la podíamos hacer antes?

-      Joé con la tía – Cristina hizo su comentario – quiere trincarlo como sea

-      Tú te callas guapa que a ti nadie te ha dado vela en este entierro – contestó Arancha con cara de pocos amigos.

-      Tampoco hay que ponerse así

-      Me caso cuando me da la gana

Cristina madre tuvo que intervenir con rapidez para evitar que la situación fuera a mayores. Sabía que las dos hermanas no se llevaban especialmente bien, parecía que últimamente las cosas iban mejorando, pero estaba claro que no y era una pena porque ya tenían edad, pero, en fin, entre todos tenemos que evitar cualquier tipo de enfrentamiento.

-      No hay problema, Cristina. Esta vez como es la petición de Arancha parece lógico que la fecha la ponga ella, cuando te toque a ti, la pones tú y tan amigos

-      A mi me da igual. Ponla cuando quieras porque yo no me la pierdo

-      Eso es lo mejor, entre todos tenemos que buscar lo mejor para vosotros. Que seáis lo mas felices posible y estar seguro que vuestros padres y nosotros lo vamos a intentar haciendo todo lo que esté en nuestras manos para que lo consigáis ¿de acuerdo?

-      Muy bien, Mamá, muy bien – Carlos se acercó y le dio un beso en la mejilla – así me gusta. Tenemos muchas cosas que hablar, pero ahora lo mejor es que abramos una botella de champán y brindemos por estos dos ¿os parece?

Javier Pernía Suarez, el novio, abrió la botella como si lo hiciera todos días y después de darle un beso a Arancha se bebió la copa de un trago, lo mismo que hicieron todos los presentes

-      ¿El novio no tiene que decir unas palabras? – preguntó Cristina

-      Eso es el día de la petición

-      ¿Y hoy no? – insistió

-      Bueno, yo solo quiero decir que Arancha y yo nos queremos y por eso nos vamos a casar

-      Pues vaya discurso – ahora era Mamen la que expresaba su opinión –  eso ya lo sabemos

-      ¿Y que quieres que diga?

-      Pues no se, que estás muy agradecido por lo bien que te hemos acogido, que te caemos muy bien, que estás encantado con tus nuevas cuñadas ¡yo que se!

-      Venga Mamen, deja en paz a Javier que parece que le hemos conocido hoy – Carlos padre rellenó otra vez las copas de champán

-      ¿Cuántos años hace que nos conocemos? – Arancha reflejaba en su cara la felicidad del momento

-      No se, pero yo venía a estudiar a esta casa con Carlos cuando estábamos en primero de bachillerato, o sea que empieza a contar años

-      Pero de novios solo llevamos un año

-      ¿Y la has aguantado tanto tiempo? -  Cristina como siempre echando leña al fuego

-      Cristina, no empieces por favor, dejemos la fiesta en paz.

-      No si a mi me parece muy bien que se case, así, por fin, pillaré cuarto

-      Bueno, eso se verá – Carlos padre metió baza – porque yo también tengo derecho a tener un despacho

-      Ese cuarto me lo pedí yo hace por lo menos un año, o sea que me toca

-      Bueno, ya se verá que hasta la boda queda mucho todavía – Carlos padre sabía que no merecí la pena discutir y menos por un tema que sabía de antemano que lo tenia perdido porque las casas de Tentegorra estaban en un lugar privilegiado, casi pegadas al club naval, muy cerca de Cartagena y con un pequeño jardín muy aprovechable, pero, la verdad es que las casas eran tirando a pequeñas y sobre todo para los Marinos que, en general, tenían muchos hijos

-      ¿Sabes que ya tenemos pensado hasta la Iglesia donde nos gustaría casarnos? – Arancha iba soltando las noticias poco a poco

-      Supongo que en el Carmen ¿no?

-      Claro, como debe ser y también sabemos el día ¿queréis que os lo digamos?

-      Venga dilo cuanto antes

-      El sábado treinta de Abril.

-      ¿Por ahí no anda la Semana Santa? – Cristina madre quería que la boda de su primera hija fuera un acontecimiento único y sabía que si la Semana Santa estaba cerca, sería menos lucida

-      No – esta vez era el novio el que contestaba mientras sujetaba con fuerza la mano de su futura esposa – la Semana Santa es a primeros de Abril.

-      Es que si llega a ser en Semana Santa yo no voy – Mamen continuó con su razonamiento – mi cofradía desfila el Viernes Santo y eso no me lo pierdo ni por la boda de ésta

-      Esta – Arancha se acercó hasta donde estaba su hermana con intención - ésta, si no te importa, se llama Arancha y es, aunque no te guste, tu hermana la mayor.

-      Ya lo se, eso no hace falta que me lo recuerdes todos los días

-      Por favor, niñas, por favor. Sería posible que por lo menos un día os llevarais normal, ya no digo que bien – Carlos padre, como casi siempre, empezaba a perder la paciencia – espero que por lo menos cuando la pedida no tengáis mas peleas ¡que ya vais siendo las dos mayorcitas!

-      Es que solo le faltaba a ésta ser la protagonista

-      Pues lo siento mucho, guapa, porque el día de mi boda, claro que voy a ser yo la protagonista, faltaría mas

-      Mamen – turno de Cristina madre - en eso tiene razón y el día que te cases tú, pues serás tu la mas importante, eso es normal, pero ahora le toca el turno a ella

-      ¿Cuántos invitados calculáis que vais a tener? – Carlos padre estaba horrorizado con lo que veía venir

-      No lo se, hemos hecho una lista así por encima y nos salen como cuatrocientos.

-      ¿Cuántos has dicho? ¿cuatrocientos? – Carlos padre, sin querer ya estaba echando cuentas porque su economía era la que era y había que mirar por el futuro.

-      Bueno, no te preocupes que cualquier día nos sentamos y vemos a quien invitamos y a quien no, pero cuatrocientos me parecen muchos – la madre, como todas las madres pensaba que no era el momento de plantear ningún problema y que ya discutirían mas adelante.

-      Es que solo de mi facultad son cerca de cincuenta y de aquí, del poblado, tenemos que invitar a todo el mundo

-      Bueno, bueno, ya se verá. Ahora el personal a la cama que mañana por la mañana todos tenemos que trabajar

-      Menos yo – la pequeña con su lengua de trapo hizo sonreír a toda la familia – yo tengo que ir al cole, pero no tengo que trabajar

-      En el fondo tu trabajo ahora es ir al cole, estudiar y con el tiempo, cuando seas mayor, ya te tocará trabajar de verdad

-      Pero yo mañana tengo que ir al cole ¿si o no?

-      Claro, ¿por qué no vas a ir? 

-      No, no, si yo quiero ir porque nos ha dicho Laurita que vamos a aprender la canción de la foca que se come a un león

-      ¡Que miedo!

-      Y no me lo quiero perder

-      Pues venga, todos a la cama. Darnos un beso y a dormir.

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