sábado, 15 de junio de 2013

EN LO MEJOR DE LO PEOR: CAPITULO 21


 Queridos blogueros/as: Este capítulo va de curas, o mejor dicho de cura porque solo es uno, pero no queda mal. En el fondo, como casi siempre, es un poco como a mi me gustaría que fueran los que se dedican a esa bendita profesión, nunca mejor dicho lo de bendita, porque de vez en cuando te encuentras a cada uno que sería mejor que se dedicaran a otra cosa, pero, en fin, tiene que haber de todo en la viña del Señor.
Como os decía el otro día, poco a poco, nos vamos acercando al final, son 24 capítulos y vamos por el 21 y ya va siendo horas que comencemos con el juego de las adivinanzas aunque reconozco que, en este caso, juego con todos los ases en mi mano, porque vosotros no, pero yo ya he leído el final y por lo tanto se como termina, pero ¿acabará nuestro Juan con alguna senderista? ¿Ana terminará con Bill Gates por aquello de la informática? y ¿no podría ser que el cura convenza a Juan para que entre en un convento? y ¿porqué no Ana a través de Internet conoce a un propio y le devuelve la jugada a Juan por aquello de la israelita cuando era joven? Bueno, pues ir pensando en otros finales porque no es ninguno de éstos.
Hasta pronto
Un abrazo
Tino Belas



CAPITULO 21.-

El cura intervino diciendo verdades como puños. En su Iglesia era un párroco muy joven, no llevaba más de un año y ya había conseguido que todos los vecinos se apuntaran a la Misa de doce. Sus homilías eran famosas porque se metía con todo el mundo y no dejaba títere con cabeza, pero eso si, siempre con mucho sentido del humor y sin desautorizar a nadie, pero, como dirían los jóvenes, se mojaba en todos los temas y a continuación razonaba

-         Eso os pasa a todos los casados en cuanto os llega la primera paga de jubilación y no se porqué será
-        Si quiere yo se lo explico –Tomás se sentó en un banco a la derecha del camino que les conducía a la pequeña Iglesia que llevaba su nombre. Parecía que estaba ahí al lado, pero llevaban mas de una hora caminando y nunca llegaban – mientras que eres joven, no paras en casa, no por nada, si no porque los trabajos están montados de aquella manera y estás todo el día de la ceca a la Meca, por lo menos eso era lo que me pasaba a mi y una vez que te jubilas tienes ganas de estar mucho mas cerca de todos tus seres queridos y parece como si quisieras recuperar el tiempo perdido ¿ese es tu caso?
-         Bueno, al principio si- no sabía muy bien lo que quería decir – pero yo ya llevo varios años en el pueblo y creo que ya pasé esa fase
-        Ya, o sea que estás en la fase en que ella se organiza por libre
-        ¡Que remedio! Si yo me voy algo tendrá que hacer
-        ¿Y eso es lo que te hace sentirte como culpable?
-        Un poco si, para que me voy a engañar
-        No te preocupes. Si fuera al revés sería diferente, pero siendo así – Javier tomó un buen trago de agua que sacó de un lateral de la mochila – no hay problemas. En dos fines de semana, ya se habrá buscado una buena partida de cartas, aprenderá algo de ordenador, dará clases de cocina y si se tercia hasta de sevillanas y en cuanto te quieras dar cuenta lo que no tiene es tiempo para dedicártelo a ti
-        Ojalá sea como lo cuentas, eso me quitaría buena parte de esa especie de remordimiento de conciencia que parece que no, pero pesa un poco
-        Bueno, bueno – el cura no dejaba pasar ni una sola oportunidad para, como él decía, hacer su trabajo – lo que tienes que hacer es tratarla bien siempre que estés con ella y con eso es suficiente
-        Eso por supuesto – contesté con mi verdad
-        Pues ya está. Eso es lo que hay que hacer y aunque te parezca una exageración, si eso lo haces a todas horas te puedes considerar un santo.
-        No diga burradas, señor cura que le va a castigar su Jefe – Contesté soltando una carcajada que retumbó por todas las montañas próximas
-        No es ninguna burrada aunque no te lo creas, mira – el cura se pasó un dedo por el alzacuellos – es cierto que hay santos que son ejemplo para todos. Eso serían, como te diría yo, como los Santos con mayúscula,  de primera división, pero luego hay el resto, que por cierto son muchos mas, que han sido y serán santos, no porque sean unos tíos extraordinarios ni porque hagan cosas que no hace nadie, no, si no porque hacen bien las cosas normales, las de todos los días y ya si quieres también se las ofrecen a Dios, pero aunque no se las ofrezcan, son gente normal como tu y como yo que andan por la calle, que hacen bien su trabajo, que ayudan en su casa a la educación de los hijos
-        Ese no es mi caso
-        ¡Como que no! – en la cara del cura se notaba que ya estaba metido en faena - ¡que te lo crees tu! tú estabas educando a tus hijos cuando te levantabas a las seis de la mañana para ir a la imprenta
-        A las siete
-        Me da igual, pues a las siete y claro que les estabas educando porque aunque tu no lo valores, les estabas demostrando que aunque seas el dueño de la empresa tienes que llegar el primero para enseñarles a los demás como hay que hacer el trabajo y a tus hijos que el que algo quiere algo le cuesta y sin querer, porque no es una cosa voluntaria, también les estabas inculcando que en la vida hay que trabajar para llevar adelante una familia y
-        Para el carro Javier – Tomás ya se sabía de memoria los razonamientos del joven cura – ahora toca hablar de la excursión de hoy porque si no, coges carrerilla y enseguida te pasas al tema de la relación con los hijos y acabamos discutiendo como siempre.
-        Ten amigos para esto ¿te das cuenta?- el cura disfrutaba de lo lindo - Yo estaba ya casi como San Pablo cuando se dedicaba a convertir a los infieles y viene éste elemento y me fastidia mi conquista.
-        Bueno pero en mi caso – prefería advertirle – lo tiene fácil porque voy a Misa los Domingos y trato, en la medida de mis posibilidades, de ser buena gente
-        Eso es lo mas importante – el cura todavía no deseaba soltar su presa – que no me oigan mis superiores, pero el ir o no ir a Misa los Domingos, eso es lo de menos, incluso hay gente a la que yo le aconsejaría que no fuera porque no les vale para nada.
-        Este cura es un peligro – le dije a Tomás
-        Nada, nada, mucho bla bla bla y luego nada. Presume de progre y luego es más clásico que un pasodoble de Manolo Escobar.
-        ¡Tu si que eres progre!

Entre risas, charla y paseo habíamos llegado a la Iglesia de Santo Tomás y fue Nico, el guía el que se acercó hasta nosotros y le pidió a Javier que nos explicara un poco la historia de aquella capilla que constituía una especie de etapa volante en nuestro recorrido del día.

La Iglesia de Santo Tomás, según nos contó, era una ermita del siglo XII, de marcado estilo románico de la que solo quedaba lo que es la Iglesia, en sentido estricto, porque por aquella época, era lo que ahora se llamaría un complejo residencial con sus habitaciones para los monjes que vivían allí y otra parte dedicada a escuela. En su momento fue muy famosa en toda España y los alumnos procedían de todas las provincias. Allí se enseñaba Ética, Farmacia, había tenido una de las mayores colecciones de plantas medicinales de toda Europa, algo similar a lo que ahora sería una Ingeniería de Montes y Veterinaria. De ésta última se decía que tenía tanta fama que todos los Reyes y nobles de Castilla traían sus animales para ser tratados en este convento, por lo que debemos suponer que tendría unas grandes instalaciones de las que desgraciadamente, como podéis comprobar, no quedan ni los restos

-        Si os fijáis en la parte superior – Javier miró hacia el techo mientras el resto de senderistas le imitaban- se aprecian una serie de escudos y justo en el centro ¿lo veis? – el cura señalaba con el dedo – ese es el escudo de la familia Corbalián, que según estudios recientes eran los dueños, estoy hablando del siglo XII, de todas estas tierras y debían ser una familia muy piadosa porque éste escudo se repite en dieciséis Iglesias, todas de por aquí e incluso se dice que debajo de esa lápida que veis en el suelo están los restos de Don Aurelio de Corbalián y cuenta la tradición que cuando lo enterraron, la arena que recubría la caja se transformó en piedra y sin tocarla se formó, en menos de un minuto, esa placa que tenemos aquí delante
-        Menuda faena para los canteros de la época si esa forma de hacer las losas se pusiera de moda, no ganarían ni para mantener a sus familias – comentó Julián, otro de los socios fundadores del club.
-        Piensa que lo mismo fue una especie de milagro para que quedara para la posteridad que Don Aurelio de Corbalián era un Santo – matizó el cura
-        O también podría ser algún invento para que nadie profanara su tumba
-        Sabe Dios – Javier comenzó lentamente a caminar hacia la puerta – y quiero que os fijéis en esta imagen que tenemos aquí y que resulta muy curiosa. Si os fijáis – todos los excursionistas se fueron acercando – es un monje carmelita, dicen los del pueblo que se llamaba Fray Críspulo, que está predicando, eso se aprecia muy bien en la posición de su mano derecha y sin embargo y como suspendida en el aire veis una Biblia que debería estar sujeta por su mano izquierda, pero no tenía mano izquierda, la perdió en un accidente al entrar en el convento y con eso esta imagen quiere expresar que, cuando uno quiere, la Biblia se puede tener siempre presente, incluso cuando no tenemos mano para sujetarla.
-        ¡Que curioso! – Una chica joven que formaba parte del grupo comentaba – en no se que pueblo del Camino de Santiago, creo que era por la provincia de Burgos o por ahí, había una imagen parecida, pero en ese caso lo que tenía era su propia cabeza en la mano y también nos contaron que, según la tradición, a ese cura le cortaron la cabeza y a pesar de todo seguía predicando.
-        Los curas somos así – Javier se rió abiertamente dejando ver una dentadura perfecta – no nos callamos ni debajo del agua

El grupo salió de la Iglesia y ya en el atrio comentaban lo bien conservada que estaba y una señora, sentada en uno de los arcos, fue la encargada de recordarles que estaba así gracias a las aportaciones de los visitantes con lo cual, de una manera muy sibilina pero eficaz, les sacó unos cuantos euros a todos.
El que mas y el que menos, siguiendo las indicaciones de Nico, aprovechó esos minutos para reponer fuerzas sacando bocadillos, alguna lata, una ristra de chorizos que su dueño pregonó que eran de toda confianza y que fue cortando e introduciendo en un  pan recién comprado en la panadería del pueblo. Otro sacó una bota de vino y la ronda se prolongó por espacio de unos minutos. A continuación breve visita al bar del pueblo para evacuar primero y después reponer líquidos y otra vez a caminar. El vino había hecho su efecto en algunos y el que mas y el que menos, caminaba, que remedio, pero con cierta pereza, como si la llegada de la comida les hubiera supuesto perder un poco la ilusión del buen senderista  y las fuerzas, sobre todo las físicas hubieran desaparecido. Tuvo que ser nuevamente el monitor el que nos animara porque aquello parecía un funeral. Se puso delante de los que caminaban primero y nos volvió a explicar las razones por las cuales teníamos que avivar un poco el paso

-        Que conste que a mi me da lo mismo, porque yo mañana no trabajo, pero lo bueno que tiene apuntarse a un club como habéis hecho vosotros es que lo que tiene que primar sobre todas las cosas es la amistad y el buen rollo y si todo el mundo va pensando en sus problemas y en sus líos, casi nos vamos todos a nuestras respectivas casas y tan amigos

Todos los integrantes del grupo reaccionamos como si nos hubieran tocado la fibra sensible y desde aquel aviso otra vez volvieron a aparecer las bromas y las risas entre todos nosotros. Así caminamos casi dos horas mas y cuando me quise dar cuenta estaba en la puerta de mi casa con la gorra en una mano, el bastón en otra, las piernas cansadas y la cabeza como hacía mucho tiempo.



2 comentarios:

  1. Esto está terminando y no intuyo por donde se mueve el final. Me has desmontado mi tesis (Juan se lía con una senderista) y no se me ocurre nada. Para mi esta pareja se está distanciando pro no sé si el final va por ahí
    Como en todas las novelas de Tino, tendrá un final sorprenderte.
    Feliz comienzo del verano. Bss

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  2. El Tío Javier Belas21 de junio de 2013, 1:06

    Después de unos días en La Manga tomando el sol aquí estoy. En este capítulo aparece un cura pero no tengo ni idea de como será el final. Espero una pista pronto.
    Un abrazo a todos.

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