Queridos blogueros/as: Este capítulo va de curas, o mejor dicho de cura porque solo es uno, pero no queda mal. En el fondo, como casi siempre, es un poco como a mi me gustaría que fueran los que se dedican a esa bendita profesión, nunca mejor dicho lo de bendita, porque de vez en cuando te encuentras a cada uno que sería mejor que se dedicaran a otra cosa, pero, en fin, tiene que haber de todo en la viña del Señor.
Como os decía el otro día, poco a poco, nos vamos acercando al final, son 24 capítulos y vamos por el 21 y ya va siendo horas que comencemos con el juego de las adivinanzas aunque reconozco que, en este caso, juego con todos los ases en mi mano, porque vosotros no, pero yo ya he leído el final y por lo tanto se como termina, pero ¿acabará nuestro Juan con alguna senderista? ¿Ana terminará con Bill Gates por aquello de la informática? y ¿no podría ser que el cura convenza a Juan para que entre en un convento? y ¿porqué no Ana a través de Internet conoce a un propio y le devuelve la jugada a Juan por aquello de la israelita cuando era joven? Bueno, pues ir pensando en otros finales porque no es ninguno de éstos.
Hasta pronto
Un abrazo
Tino Belas
CAPITULO
21.-
El
cura intervino diciendo verdades como puños. En su Iglesia era un párroco muy
joven, no llevaba más de un año y ya había conseguido que todos los vecinos se
apuntaran a la Misa
de doce. Sus homilías eran famosas porque se metía con todo el mundo y no
dejaba títere con cabeza, pero eso si, siempre con mucho sentido del humor y
sin desautorizar a nadie, pero, como dirían los jóvenes, se mojaba en todos los
temas y a continuación razonaba
-
Eso os pasa a todos los casados en cuanto os
llega la primera paga de jubilación y no se porqué será
-
Si quiere yo se
lo explico –Tomás se sentó en un banco a la derecha del camino que les conducía
a la pequeña Iglesia que llevaba su nombre. Parecía que estaba ahí al lado,
pero llevaban mas de una hora caminando y nunca llegaban – mientras que eres
joven, no paras en casa, no por nada, si no porque los trabajos están montados
de aquella manera y estás todo el día de la ceca a la Meca , por lo menos eso era lo
que me pasaba a mi y una vez que te jubilas tienes ganas de estar mucho mas
cerca de todos tus seres queridos y parece como si quisieras recuperar el
tiempo perdido ¿ese es tu caso?
-
Bueno, al principio si- no sabía muy bien lo
que quería decir – pero yo ya llevo varios años en el pueblo y creo que ya pasé
esa fase
-
Ya, o sea que
estás en la fase en que ella se organiza por libre
-
¡Que remedio! Si
yo me voy algo tendrá que hacer
-
¿Y eso es lo que
te hace sentirte como culpable?
-
Un poco si, para
que me voy a engañar
-
No te preocupes.
Si fuera al revés sería diferente, pero siendo así – Javier tomó un buen trago
de agua que sacó de un lateral de la mochila – no hay problemas. En dos fines
de semana, ya se habrá buscado una buena partida de cartas, aprenderá algo de
ordenador, dará clases de cocina y si se tercia hasta de sevillanas y en cuanto
te quieras dar cuenta lo que no tiene es tiempo para dedicártelo a ti
-
Ojalá sea como lo
cuentas, eso me quitaría buena parte de esa especie de remordimiento de
conciencia que parece que no, pero pesa un poco
-
Bueno, bueno – el
cura no dejaba pasar ni una sola oportunidad para, como él decía, hacer su
trabajo – lo que tienes que hacer es tratarla bien siempre que estés con ella y
con eso es suficiente
-
Eso por supuesto
– contesté con mi verdad
-
Pues ya está. Eso
es lo que hay que hacer y aunque te parezca una exageración, si eso lo haces a
todas horas te puedes considerar un santo.
-
No diga burradas,
señor cura que le va a castigar su Jefe – Contesté soltando una carcajada que
retumbó por todas las montañas próximas
-
No es ninguna
burrada aunque no te lo creas, mira – el cura se pasó un dedo por el
alzacuellos – es cierto que hay santos que son ejemplo para todos. Eso serían,
como te diría yo, como los Santos con mayúscula, de primera división, pero luego hay el resto,
que por cierto son muchos mas, que han sido y serán santos, no porque sean unos
tíos extraordinarios ni porque hagan cosas que no hace nadie, no, si no porque
hacen bien las cosas normales, las de todos los días y ya si quieres también se
las ofrecen a Dios, pero aunque no se las ofrezcan, son gente normal como tu y
como yo que andan por la calle, que hacen bien su trabajo, que ayudan en su
casa a la educación de los hijos
-
Ese no es mi caso
-
¡Como que no! –
en la cara del cura se notaba que ya estaba metido en faena - ¡que te lo crees
tu! tú estabas educando a tus hijos cuando te levantabas a las seis de la
mañana para ir a la imprenta
-
A las siete
-
Me da igual, pues
a las siete y claro que les estabas educando porque aunque tu no lo valores,
les estabas demostrando que aunque seas el dueño de la empresa tienes que
llegar el primero para enseñarles a los demás como hay que hacer el trabajo y a
tus hijos que el que algo quiere algo le cuesta y sin querer, porque no es una
cosa voluntaria, también les estabas inculcando que en la vida hay que trabajar
para llevar adelante una familia y
-
Para el carro
Javier – Tomás ya se sabía de memoria los razonamientos del joven cura – ahora
toca hablar de la excursión de hoy porque si no, coges carrerilla y enseguida
te pasas al tema de la relación con los hijos y acabamos discutiendo como
siempre.
-
Ten amigos para
esto ¿te das cuenta?- el cura disfrutaba de lo lindo - Yo estaba ya casi como
San Pablo cuando se dedicaba a convertir a los infieles y viene éste elemento y
me fastidia mi conquista.
-
Bueno pero en mi
caso – prefería advertirle – lo tiene fácil porque voy a Misa los Domingos y
trato, en la medida de mis posibilidades, de ser buena gente
-
Eso es lo mas
importante – el cura todavía no deseaba soltar su presa – que no me oigan mis
superiores, pero el ir o no ir a Misa los Domingos, eso es lo de menos, incluso
hay gente a la que yo le aconsejaría que no fuera porque no les vale para nada.
-
Este cura es un
peligro – le dije a Tomás
-
Nada, nada, mucho
bla bla bla y luego nada. Presume de progre y luego es más clásico que un
pasodoble de Manolo Escobar.
-
¡Tu si que eres
progre!
Entre
risas, charla y paseo habíamos llegado a la Iglesia de Santo Tomás y fue Nico, el guía el que
se acercó hasta nosotros y le pidió a Javier que nos explicara un poco la
historia de aquella capilla que constituía una especie de etapa volante en
nuestro recorrido del día.
-
Si os fijáis en
la parte superior – Javier miró hacia el techo mientras el resto de senderistas
le imitaban- se aprecian una serie de escudos y justo en el centro ¿lo veis? –
el cura señalaba con el dedo – ese es el escudo de la familia Corbalián, que
según estudios recientes eran los dueños, estoy hablando del siglo XII, de
todas estas tierras y debían ser una familia muy piadosa porque éste escudo se
repite en dieciséis Iglesias, todas de por aquí e incluso se dice que debajo de
esa lápida que veis en el suelo están los restos de Don Aurelio de Corbalián y
cuenta la tradición que cuando lo enterraron, la arena que recubría la caja se
transformó en piedra y sin tocarla se formó, en menos de un minuto, esa placa
que tenemos aquí delante
-
Menuda faena para
los canteros de la época si esa forma de hacer las losas se pusiera de moda, no
ganarían ni para mantener a sus familias – comentó Julián, otro de los socios
fundadores del club.
-
Piensa que lo
mismo fue una especie de milagro para que quedara para la posteridad que Don
Aurelio de Corbalián era un Santo – matizó el cura
-
O también podría
ser algún invento para que nadie profanara su tumba
-
Sabe Dios –
Javier comenzó lentamente a caminar hacia la puerta – y quiero que os fijéis en
esta imagen que tenemos aquí y que resulta muy curiosa. Si os fijáis – todos
los excursionistas se fueron acercando – es un monje carmelita, dicen los del
pueblo que se llamaba Fray Críspulo, que está predicando, eso se aprecia muy bien
en la posición de su mano derecha y sin embargo y como suspendida en el aire
veis una Biblia que debería estar sujeta por su mano izquierda, pero no tenía
mano izquierda, la perdió en un accidente al entrar en el convento y con eso
esta imagen quiere expresar que, cuando uno quiere, la Biblia se puede tener
siempre presente, incluso cuando no tenemos mano para sujetarla.
-
¡Que curioso! –
Una chica joven que formaba parte del grupo comentaba – en no se que pueblo del
Camino de Santiago, creo que era por la provincia de Burgos o por ahí, había
una imagen parecida, pero en ese caso lo que tenía era su propia cabeza en la
mano y también nos contaron que, según la tradición, a ese cura le cortaron la
cabeza y a pesar de todo seguía predicando.
-
Los curas somos
así – Javier se rió abiertamente dejando ver una dentadura perfecta – no nos
callamos ni debajo del agua
El
grupo salió de la Iglesia
y ya en el atrio comentaban lo bien conservada que estaba y una señora, sentada
en uno de los arcos, fue la encargada de recordarles que estaba así gracias a
las aportaciones de los visitantes con lo cual, de una manera muy sibilina pero
eficaz, les sacó unos cuantos euros a todos.
El
que mas y el que menos, siguiendo las indicaciones de Nico, aprovechó esos
minutos para reponer fuerzas sacando bocadillos, alguna lata, una ristra de
chorizos que su dueño pregonó que eran de toda confianza y que fue cortando e
introduciendo en un pan recién comprado
en la panadería del pueblo. Otro sacó una bota de vino y la ronda se prolongó por
espacio de unos minutos. A continuación breve visita al bar del pueblo para
evacuar primero y después reponer líquidos y otra vez a caminar. El vino había
hecho su efecto en algunos y el que mas y el que menos, caminaba, que remedio,
pero con cierta pereza, como si la llegada de la comida les hubiera supuesto
perder un poco la ilusión del buen senderista
y las fuerzas, sobre todo las físicas hubieran desaparecido. Tuvo que
ser nuevamente el monitor el que nos animara porque aquello parecía un funeral.
Se puso delante de los que caminaban primero y nos volvió a explicar las
razones por las cuales teníamos que avivar un poco el paso
-
Que conste que a
mi me da lo mismo, porque yo mañana no trabajo, pero lo bueno que tiene
apuntarse a un club como habéis hecho vosotros es que lo que tiene que primar
sobre todas las cosas es la amistad y el buen rollo y si todo el mundo va
pensando en sus problemas y en sus líos, casi nos vamos todos a nuestras
respectivas casas y tan amigos
Todos
los integrantes del grupo reaccionamos como si nos hubieran tocado la fibra
sensible y desde aquel aviso otra vez volvieron a aparecer las bromas y las
risas entre todos nosotros. Así caminamos casi dos horas mas y cuando me quise
dar cuenta estaba en la puerta de mi casa con la gorra en una mano, el bastón
en otra, las piernas cansadas y la cabeza como hacía mucho tiempo.
Esto está terminando y no intuyo por donde se mueve el final. Me has desmontado mi tesis (Juan se lía con una senderista) y no se me ocurre nada. Para mi esta pareja se está distanciando pro no sé si el final va por ahí
ResponderEliminarComo en todas las novelas de Tino, tendrá un final sorprenderte.
Feliz comienzo del verano. Bss
Después de unos días en La Manga tomando el sol aquí estoy. En este capítulo aparece un cura pero no tengo ni idea de como será el final. Espero una pista pronto.
ResponderEliminarUn abrazo a todos.