sábado, 5 de enero de 2013

LA ENFERMERA RURAL : CAPITULO 25




 Queridos blogueros/as: Casi sin darnos cuenta ya estamos en el penúltimo capitulo de esta novela y poco a poco todo se va aclarando.

Después de leer este capítulo me quedo con las ganas de cambiarlo porque me parece que se queda un poco como corto, pero me mantengo fiel a mis principios y lo copio tal cual.

Espero que os traigan muchas cosas los Reyes Magos, sobre todo salud que es lo único importante y que sigamos con la costumbre de un capitulo cada semana.

Un abrazo para todos/as

Tino Belas


CAPITULO 25.-

Por la mañana David se levantó, comentó con su mujer que posiblemente tendría que ir a la aldea de Somnuna a ver a un paciente y salió de la tienda. A partir de ese momento todo se desarrolló a un ritmo vertiginoso. David, no volvía y Sofía no tenía a quien recurrir. Era muy raro que volviera tarde y si alguna vez se había retrasado por la razón que fuera siempre se ponía en contacto con ella a través de la emisora de la Organización,  pero aquel fatídico día David no volvió.

La desaparición del Dr. Vázquez era motivo de gran  preocupación. Era un Médico con reconocido prestigio y tenía una buena reputación. A veces se oían comentarios en su contra, sobre todo porque utilizaba unos métodos absolutamente desconocidos para la mayoría de los habitantes de aquellas tierras remotas. Pero después de demostrar su sabiduría y sobre todo curar a muchos pacientes que acudían diariamente a su consulta, su relación con las diferentes tribus había mejorado notablemente, aunque para algunos todavía era un invasor, un blanco con dinero que iba a experimentar con aquellas gentes, en definitiva, un enemigo, un intruso que se dedicaba a importunar a los hombres con ideas revolucionarias sobre el trato a las mujeres, la asistencia al parto y cosas por el estilo

Ante la ausencia de David, el que era considerado por todos como el Jefe del futuro Dispensario,  fue Sofía como ATS y sobre todo como esposa del desaparecido la que tomó el mando de lo que había de ser una operación de búsqueda sin ninguna confianza en la obtención de resultados, mientras no tuvieran la información de alguien introducido en el ambiente del desierto. Fue aldea por aldea preguntando por su marido, sin obtener resultado alguna y cuando ya había perdido la confianza en encontrarlo, por un  paciente Sofía supo la llegada a la aldea de Trarthy de unos nómadas que habían dejado a un hombre blanco malherido en casa de uno que hacía las veces de curandero. No le podía decir si era David o no porque no había tenido oportunidad de verlo, pero tampoco eran tantos los hombres blancos que llegaban.

Sofía se subió a un jeep con el logotipo de Médicos sin Fronteras, ordenó a uno de los celadores que subiera con ella, entre otras cosas para que le hiciera de intérprete y abandonó el Hospital como alma que se lleva el diablo.

Fueron casi dos horas de viaje a través del desierto, por un camino que no había sufrido el paso de ningún vehículo desde hacía años, pero merecía la pena porque el premio sería encontrar a David. La entrada en la aldea estuvo precedida de varios niños que solicitaban alguna moneda con la mano extendida. Llegaron a lo que podría definirse como el edificio principal, un barracón de viejas paredes en el que destacaba el emblema de correos estatal y sentado en una silla con las piernas estiradas estaba un individuo de facciones duras, negro como un zapato, fuerte, con una camisa abierta hasta la cintura y un enorme collar del que colgaban infinidad de amuletos de diferentes colores. En su mano derecha un fúsil de los que antes se usaban para cazar mientras que su mano izquierda sostenía un vaso de grande, un brebaje que muy bien podría parecer un whisky. Tenía los ojos entornados pero veía mejor que nadie a la gente que llegaba, cosa que no resultaba especialmente difícil, sobre todo su tenemos en cuenta que por esos parajes eran pocos los que llegaban. Por otra parte, Sofía, con su piel blanca llamaba todavía más la atención. Por otra parte el Jeep de Médicos Sin Fronteras levantaba una nube de polvo lo que delataba su presencia desde varios kilómetros de distancia. Todos estos hechos habían sido el detonante para que prácticamente todo el poblado estuviera atento a su llegada. Sofía se bajó rápidamente del Jeep y cuando intentaba pasar para ver al hombre que podría ser su marido, se vio interrumpida por el que hacía las veces de guardián quien, con un  leve movimiento de su mano derecha, le impedía el paso.

-  Necesito ver al hombre blanco – Sofía trataba de salvar la barrera que suponía el brazo del guardia
-  No se puede pasar
-  Pero solo quiero saber si es mi marido
-  Te he dicho que no se puede pasar
-  Por favor te lo pido – Sofía no sabía que hacer para convencerle
-  Si no tienes permiso de Sujili no puedes pasar
-  ¿Dónde puedo encontrar a tu jefe
-  En aquella jaima de allí – el sujeto solo movió la cabeza indicando una tienda que se encontraba solitaria unos metros más allá.

Sofía se encaminó resueltamente hasta allí y no tuvo necesidad de llegar hasta la entrada porque antes apareció el que supuso que sería Sujili. Se trataba de un hombre mayor, con rasgos y facciones de morador del desierto, vestido con una túnica de brillantes colores, collares que le llegaban hasta la cintura y aspecto chulesco.

Extendió su mano derecha y obligó a Sofía a pararse a cinco metros de él.

-  No avances ni un paso mas, si no quieres que te mate

Sofía se quedó inmóvil sin saber que hacer ni que decir. El Celador que la acompañaba trataba de explicarle a voz en grito que no venían en son de guerra, si no simplemente querían saber si en aquella vieja choza que habían visto anteriormente estaba encerrado el marido de la española.

-  Solo quiere saber si está ahí – El celador señaló la choza.
-  Tiene que pagar por la respuesta
-  ¿Cuánto?
-  Ciento veinte mil
- ¿Dólares?
-  Si

El celador se lo explicó a Sofía y ella respondió con energía

-  Dile que no tengo ese dinero, pero que si es mi marido, mi Organización, Médicos Sin Fronteras, correrá con todos los gastos, pero primero tengo que saber si es él.
-  Está bien – El hombre se levantó con lentitud y con paso cansino se encaminó hacía la choza y a los pocos minutos volvió
-  Tengo malas noticias para ti. El hombre que tenemos encerrado no es tu marido, no es Médico, estaba de turista en el Desierto  y lo tenemos detenido en espera de que alguien pague un buen rescate
-  ¿Podría hablar con él? Solo será un minuto.

El que parecía el Jefe de los secuestradores hizo un gesto de impaciencia

-  Está bien, pero solo dos minutos.
-  Gracias
-  No me des las gracias, dame mejor tu collar y cien dólares

Sofía buscó en su bolsa, sacó los billetes, se los entregó sin contarlos y se encaminó a la choza.

El sol la deslumbró al principio y tardó algunos minutos en adaptarse a la nueva situación. Al fondo, un individuo sucio, viejo y con la angustia reflejada en todo su ser, extendía la mano en espera de una salvación.

Estaba convencido que había llegado el día tantas veces soñado de su liberación. A Sofía le tocó la desagradable tarea de sacarle de su error. En un inglés malo por ambas partes ella le explicó que no podía sacarle de allí y solo quería saber si conocía a su marido

-  ¿Al Dr. Vázquez? ¿El Médico español?
-  Si – Sofía no podía disimular su ansiedad – ¿lo ha visto?
-  Estuvo secuestrado conmigo aquí hasta hace tres días que falleció.

Sofía no parecía dispuesta a aceptar la realidad. Lloraba como una magdalena sin poder dominar sus emociones. Las preguntas se acumulaban en su mente y fluían por su boca como un torrente de agua

-  ¿Seguro que era él?
-  Si y usted es Sofía ¿verdad?
-  Si
-  El me habló de usted y de lo mucho que la quería. Me dejó el encargo que si me liberaban a mi primero, la buscase y le dijera que la quería y que estaba deseando verla, pero unas fiebres que el decía que eran tifoideas le fueron debilitando y hace tres días no pudo aguantar mas y sus últimas palabras fueron: no te olvides de localizar a mi mujer y decirla que la quiero. Después los guardianes vinieron y lo enterraron aquí al lado. Ayer por la tarde me dejaron ir a su tumba y le puse una cruz con su nombre grabado con la punta de un tornillo. Si quieres saber donde, sal y a la izquierda allí está.

Sofía se levantó, se olvidó por completo del hombre que le había suministrado toda la información, salió de la choza completamente destrozada, caminando muy despacio, pasó por delante del guardián que no hizo el menor movimiento por detenerla y unos pasos mas allá se dejó caer sobre un montón de tierra que cubría el cadáver del hombre que había compartido su vida durante años y al que había querido mas que a nadie. Lloró amargamente hasta que no pudo mas y con un “te quiero” y ayudada por el celador volvió a la aldea, llamó por teléfono a la Delegación, contó a una voz desconocida que había encontrado el cadáver de su marido y casi sin tiempo hizo el equipaje, se sentó en el jeep y siempre acompañada por el celador y sin apenas darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, se encaminó al aeropuerto con la única idea de dejar atrás, cuanto antes, Mali y aquellos últimos meses en el que habían ocurrido tantas cosas. Parecía un sueño, pero desgraciadamente era una realidad que tenía que afrontar.

3 comentarios:

  1. El Tío Javier Belas6 de enero de 2013, 1:33

    Capítulo cortito pero definitivo. Ahora Sofía a emprender una nueva vida que sabemos como va a ser pero esperamos un final feliz en el último capítulo.
    Muy bien Tino. Te anticipo que me ha gustado mucho esta novela y que espero ansioso la próxima.
    Esta noche llegan los Reyes. Los niños nerviosos están en la cama. Os contaré.

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  2. Este capítulo, cortito pero intenso, triste. Que muerte más horrible..
    Tino, una novela preciosa y el último capítulo seguro que nos quita el mal sabor de boca de éste.
    Ainssss que ganas de conocer el final
    Los Reyes geniales como siempre. Realmente son MAGOS.
    Bss

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  3. Joe.... vaya final mas triste, bueno esperemos que en el último capítulo Sofia se case con Mario y colorin colorado este cuento se ha acabado... Bueno, mañana vuelvo al colegio después de un mes .QUE PEREZON!!!!Besos y FELIZ 2013...

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