viernes, 31 de octubre de 2014

EL TRIO DE DOS: CAPITULO 47

 Queridos blogueros/as: Como véis todo vuelve a la normalidad y como es viernes, toca capítulo.
 Por curiosidad acabo de leer el capítulo 48 y os adelanto que volvemos con el Abogado Fernando Altozano y su querida mujer, o sea que la semana que viene dejamos el Camino de Santiago y nos vamos con la pareja por ahí. 
De verdad que para mí esto de escribir de vez en cuando se está convirtiendo en una experiencia de lo mas entretenida porque no me acuerdo prácticamente de nada y es como una novedad cada vez que tengo que grabar un nuevo capítulo por lo menos lo leo que algo es algo. 
Otra novedad: Me han abandonado los cookies.Si, si, así como suena, les he debido hacer algo y se han ido y ya que está de moda, lo único que puedo hacer es pedirles perdón, como Rajoy o Esperanza Aguirre, pero en el fondo debo reconocer que un poco si que me ha molestado que se vayan sin despedirse. Uno es pobre pero honrado y aunque hay cosas que hace mucho tiempo que las perdí ( dejo un espacio para que cada uno piense cuales son) lo de los cookies muy mal. ¡Como vuelvan a aparecer se van a enterar! A mi que no se me pongan "chulitos" que aviso a Artur Mas y hacemos un referendum consultivo.
Ultima novedad y con esta de verdad que acabo la introducción habitual: He empezado a escribir ayer una nueva novela, todavía sin título, que trata de describir con humor como me imagino este país, que hasta ahora en el 2014 se llama España, en el año 2018. Os iré contando poco a poco, pero en principio me gustaría que fuera como "Las Autonosuyas" de Vizcaíno Casas. Veremos si lo consigo.
Como siempre intentar ser felices pero pensar que viene el invierno y a lo peor con tanto frío es un poco mas difícil conseguirlo, pero intentarlo hay que intentarlo
Un abrazo
Tino  

CAPITULO 47.-

A la mañana siguiente Ana se despertó, sin saber exactamente si aquella situación había ocurrido o todo fue fruto de un plácido sueño. Sin embargo, todo se hizo realidad cuando a las seis en punto de la tarde, sonó el timbre de la puerta y al abrirla, allí estaban Ignacio, con una sonrisa tan grande como el ramo de flores que portaba en su mano derecha, Juan Olmedo hijo con un gorrito tirolés de vistosos colores, Manuel Suarez con su eterno Ducados en la mano izquierda, Pacho y una chica a la que no conocía de nada.
Ignacio fue, como representante de los caminantes, le entregó el ramo de flores mientras le dedicaba unas palabras:
-  Señorita Ana Segura: tengo el gusto de hacerle entrega de este pequeño obsequio como agradecimiento por haber escogido a nuestra organización para hacer el Camino de Santiago. Puede tener la seguridad que su erección, perdón no sé en que estaría pensando, quería decir elección, ha sido acertada y estamos seguros que entre todos conseguiremos el objetivo. Si nos permite flanquear la puerta de su mansión, con mucho gusto procederemos a la firma del contrato correspondiente. ¿Me permite?
Ignacio penetró en el pequeño salón y haciendo uso de su proverbial facilidad de palabra, continuó con su disertación, mientras el resto de los caminantes se acomodaban como podían.
-  Señorita Ana Segura : Los socios de la Organización del Camino de Santiago hemos decidido por unanimidad admitirla entre nosotros, previo pago de cinco mil pelillas, ¿me da las pelas si es tan amable?
Ana metió la mano en el bolsillo de su pantalón vaquero y sacó el billete y se lo entregó solemnemente a Ignacio que lo colocó en una pequeña bandeja de plata, mientras los acompañantes aplaudían la nueva incorporación.
Una vez realizado el acto más incómodo, por parte del Secretario General se procederá, como es norma habitual, a la lectura de los Estatutos que deberá respetar durante todo el recorrido. Señor Secretario  ¿tiene la amabilidad?
Juan Olmedo se levantó lentamente del sillón en el que estaba ricamente sentado y sacó un papel del bolsillo, lo alisó sobre la mesa de centro y comenzó:
-  Con la venia Señor Presidente. Estos estatutos que voy a leer han sido ya consensuados por el resto de los socios y por lo tanto, lo único que tiene que hacer es decir amén al final de cada uno de ellos ¿de acuerdo?
-  Si señor – Ana saludó militarmente ante el secretario.
-  Baje la mano, por favor y comencemos – Juan Olmedo carraspeó ligeramente – Artículo Primero: El Señor Presidente es D. Ignacio Lopez Alvarez a quien, a pesar de su cargo, le podremos llamar Ignacio y al que naturalmente en razón se su presidencia, está absolutamente prohibido tocarle los cojones – Juan Olmedo levantó la vista del papel solicitando la respuesta de Ana
-  Amén . contestó rapidamente.
Articulo Segundo: Como consecuencia del primero y para que quede constancia de lo democrático de la Sociedad a la que tenemos el placer de pertenecer, tampoco se podrán tocar los cojones al resto de caminantes, con la excepción de las dos ilustres señoritas que nos van a acompañar y a quienes, por deferencia, tampoco se les debe de tocar la vagina ni aledaños.
-  Amén – Ana tenía que hacer grandes esfuerzos para no soltar una carcajada.
Articulo Tercero: El Señor Presidente será el encargado de establecer los itinerarios y el tiempo de caminar cada día, siendo sometido a votación, diariamente, por si alguno no estuviera de acuerdo. En el caso que tal cosa ocurriera u ocurriese, se disminuirán los kilómetros en razón del número de aquellos que no estén de acuerdo, estableciendo como límite mínimo doce kilómetros diarios, siendo imprescindible el consenso. Las minorias, en este caso las doñas que nos acompañan, tendrán voto doble.
-  Amén – a Ana esta cláusula le pareció muy bien.
Articulo Cuarto: El recorrido se iniciará en Roncesvalles el día 17 de Junio, sábado y se terminará cuando sea menester.
-  Amen.
Articulo Quinto: Queda terminantemente prohibido dormir en un albergue de Peregrinos – Juan Olmedo paseó la vista por los presentes y no pudo por menos de repetir su opinión – Sigo diciendo que este artículo es una gilipollez porque ¿alguien piensa que vamos a llegar a algún albergue antes de media tarde?
-  No empecemos a discutir este punto que ya se decidió el otro día – Manuel Suarez intervino desde el suelo donde estaba cómodamente sentado entre dos
sillones – se va a hoteles y se acabó.
-  Perdona Manuel, pero el otro día quedamos que dormiríamos en hostales y en pensiones que siempre sale más barato – la que así hablo era Olga, la novia de Manuel a la que todos habían conocido a través de él. Al principio, todos fueron un poco reacios por no pertenecer al estudio, pero fue el propio Manuel el que les convenció que era una compañera estupenda y que se encontrarían a gusto con ella. La verdad es que estaba francamente bien. Hasta el propio Ignacio, como profesional del senderismo, admitió que se trataba de una mujer muy atractiva y eso que él la miraba desde la perspectiva de sus muchos años, pero era evidente que la belleza no estaba reñida con las canas. La envidia era un sentimiento sano e Ignacio la notaba en todos los poros de su piel. Desde que la conoció, reconocía que era una chica que le había caído bien y estaba encantado con tan agradable compañía. En ningún caso, pensaba en la posibilidad de entablar algún tipo de relación, reconocía íntimamente que estaba muy trabajado y para novias estaba él, pero aquello de llevar una joven en su expedición le parecía muy bien y le hacía sentirse como más joven. No era una sensación nueva, hacía años cuando organizó algo parecido, pero esta vez en Cerdeña, se apuntaron dos “pichoncitos” que fueron la alegría del viaje. Tenían una libertad en el lenguaje y un remango en la manera de plantear los temas que siempre lo tenían como embobado. Para empezar, le llamaban “el señor mayor”, lo que le provocó cierta incomodidad al principio y sonrisas en definitiva, al admitir, y eso si que fue un ejercicio de autocrítica, que efectivamente era verdad que era un señor mayor, visto desde la juventud de los cerca de veinte años, porque les llevaba cerca de treinta años de diferencia y cualquiera de ellas podía haber sido hija suya. Le encantaba acercarse a ellas y oir sus conversaciones, se sentía rejuvenecido y en el fondo de su corazón les agradecía que le hicieran sentirse mas joven. También es cierto que, en ocasiones se sentía absolutamente ruborizado y lo disimulaba como podía porque aunque era hombre de mundo, aquello era demasiado para él. Ellas lo apreciaban y habitualmente cambiaban de conversación
-  Ignacio, eh, Ignacio ¿sabes que estamos aquí?
-  Si, perdonarme, pero se me había ido el santo al cielo.
-  Bien, después de este inciso continuemos con los diez articulos consensuados entre los que vamos a hacer el Camino de Santiago – Juan Olmedo solicitó silencio y atención - pensad que la Señorita Ana es la primera reunión a la que asiste y aunque haya soltado la mosca, que es lo mas importante, tiene que conocer el resto de condiciones. Sigamos.
Articulo Sexto y para mí el más importante: vamos a andar, no a correr ni a ganar ninguna competición. ¿Qué tiene usted que decir, señorita Ana?
-  ¿Yo? – Ana los miró todavía asombrada con tanto formulismo – a mí me parece muy bien.
-  Pues a mí – Juan  Olmedo la interrumpió casi con brusquedad – me parece muy mal, usted tiene que contestar amén que para eso todavía no es socia de pleno derecho.
-  Perdone, perdone, pero no me dí cuenta.
-  Pues preste mas atención, señorita.
-  Si señor. Amén.
-  Bien, continuemos
Articulo Séptimo: Se hará un fondo que se irá reponiendo según se vaya acabando. Para evitar problemas las copas se pagará cada uno las suyas, sobre todo yo que soy el que mas bebe.
Articulo Octavo: Se establecerán puntos de encuentro a lo largo de cada trayecto y todos estaremos obligados a esperar a los mas rezagados.
Articulo Noveno: Si queda fondo, al llegar a Santiago dormiremos como curas en el Hostal de los Reyes Católicos.
-  ¿Y si no llega el fondo? – Ana preguntó con su candidez habitual.
-  Pues entonces se decidirá
-  ¿Cómo que se decidirá? Ni hablar, – Manuel hablaba como sorprendido- quedamos en que ese día lo pagabas tú ¿te acuerdas?
-  Bueno, bien, de eso ya hablaremos. Primero hay que llegar y después todo se arreglará y vamos ya con el décimo y último artículo de esta casi Constitución Nacional. A pesar de todo lo expuesto anteriormente y teniendo en cuenta que ninguno de nosotros es político, todos y cada uno de estos artículos pueden ser modificados en cualquier momento, excepto el primero.
-  Señorita, algo que decir.
-Perdone, amén.
-  Bien, leídos los articulos y estando todos de acuerdo, solo nos queda admitir, si se considera pertinente a la Srta Ana Segura como miembro de hecho y por supuesto el último requisito que es que, como hemos hecho todos, nos explique porqué quiere hacer el Camino , eso sí en posición de máximo acercamiento a la tierra es decir tumbada a todo lo largo. Proceda
Ana se tumbó en el suelo con facilidad y en dos minutos explicó sus intenciones:
-  Puede que os parezca mentira, pero desde hace por lo menos siete u ocho años estoy pensando en llegar a Santiago desde Roncesvalles y para eso necesitaba compañía y vosotros me la dais. Justo lo que buscaba, creo que nos vamos a llevar muy bien y se cumplirán mis sueños y quiero hacer el Camino porque, aunque parezca una tontería, necesito mirar hacia mi interior y por lo que he podido leer, eso es muy fácil en treinta y tantos días caminando y yo, por lo menos, no digo que los demás no puedan, pero yo no tengo tiempo de pararme y pensar y si lo tengo no lo aprovecho, que al final es lo mismo. En fín, quizás todo esto suena a un poco cursi, pero eso es lo que pienso.

Todos los que habian decidido hacer el Camino, se miraron y en el fondo sabían que a todos les pasaba igual o muy parecido y aunque lo disimulaban con fórmulas divertidas, todos, absolutamente todos, estaban muy ilusionados. 

2 comentarios:

  1. Ya hemos vuelto a la normalidad semanal; a ver si dura...
    Que buena panda hacen !!!. Me encantan los estatutos ... Muy divertido y alegre. Veamos que nos espera.
    Estoy un poco desilusionada porque seguimos siendo un trío de dos: el autor y dos seguidores. ¿Qué pasa con el resto?. Ánimo !!!!. Con saludar es suficiente.
    Besos a todos y hasta la próxima semana
    Merce

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  2. El Tío Javier Belas2 de noviembre de 2014, 19:12

    Aquí estoy, el segundo del trío de dos. Aunque estoy en La Coruña ya me considero incorporado al grupo.
    El comienzo del Camino de Santiago no está mal, buen grupo y buen ambiente. Esperemos que acaben bien.
    Feliz Camino y hasta el próximo capítulo.
    Un abrazo a todos

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