Ultima novedad y con esta de verdad que acabo la introducción habitual: He empezado a escribir ayer una nueva novela, todavía sin título, que trata de describir con humor como me imagino este país, que hasta ahora en el 2014 se llama España, en el año 2018. Os iré contando poco a poco, pero en principio me gustaría que fuera como "Las Autonosuyas" de Vizcaíno Casas. Veremos si lo consigo.
Como siempre intentar ser felices pero pensar que viene el invierno y a lo peor con tanto frío es un poco mas difícil conseguirlo, pero intentarlo hay que intentarlo
Un abrazo
Tino
CAPITULO 47.-
A la mañana siguiente Ana
se despertó, sin saber exactamente si aquella situación había ocurrido o todo
fue fruto de un plácido sueño. Sin embargo, todo se hizo realidad cuando a las
seis en punto de la tarde, sonó el timbre de la puerta y al abrirla, allí
estaban Ignacio, con una sonrisa tan grande como el ramo de flores que portaba
en su mano derecha, Juan Olmedo hijo con un gorrito tirolés de vistosos
colores, Manuel Suarez con su eterno Ducados en la mano izquierda, Pacho y una
chica a la que no conocía de nada.
Ignacio fue, como
representante de los caminantes, le entregó el ramo de flores mientras le
dedicaba unas palabras:
- Señorita Ana Segura: tengo el gusto de
hacerle entrega de este pequeño obsequio como agradecimiento por haber escogido
a nuestra organización para hacer el Camino de Santiago. Puede tener la
seguridad que su erección, perdón no sé en que estaría pensando, quería decir
elección, ha sido acertada y estamos seguros que entre todos conseguiremos el
objetivo. Si nos permite flanquear la puerta de su mansión, con mucho gusto
procederemos a la firma del contrato correspondiente. ¿Me permite?
Ignacio penetró en el
pequeño salón y haciendo uso de su proverbial facilidad de palabra, continuó
con su disertación, mientras el resto de los caminantes se acomodaban como
podían.
- Señorita Ana Segura : Los socios de la Organización del
Camino de Santiago hemos decidido por unanimidad admitirla entre nosotros,
previo pago de cinco mil pelillas, ¿me da las pelas si es tan amable?
Ana metió la mano en el
bolsillo de su pantalón vaquero y sacó el billete y se lo entregó solemnemente a
Ignacio que lo colocó en una pequeña bandeja de plata, mientras los
acompañantes aplaudían la nueva incorporación.
Una vez realizado el acto
más incómodo, por parte del Secretario General se procederá, como es norma
habitual, a la lectura de los Estatutos que deberá respetar durante todo el
recorrido. Señor Secretario ¿tiene la
amabilidad?
Juan Olmedo se levantó
lentamente del sillón en el que estaba ricamente sentado y sacó un papel del
bolsillo, lo alisó sobre la mesa de centro y comenzó:
- Con la venia Señor Presidente. Estos
estatutos que voy a leer han sido ya consensuados por el resto de los socios y
por lo tanto, lo único que tiene que hacer es decir amén al final de cada uno
de ellos ¿de acuerdo?
- Si señor – Ana saludó militarmente ante el
secretario.
- Baje la mano, por favor y comencemos – Juan
Olmedo carraspeó ligeramente – Artículo Primero: El Señor Presidente es D.
Ignacio Lopez Alvarez a quien, a pesar de su cargo, le podremos llamar Ignacio
y al que naturalmente en razón se su presidencia, está absolutamente prohibido
tocarle los cojones – Juan Olmedo levantó la vista del papel solicitando la
respuesta de Ana
- Amén . contestó rapidamente.
Articulo Segundo: Como
consecuencia del primero y para que quede constancia de lo democrático de la Sociedad a la que tenemos
el placer de pertenecer, tampoco se podrán tocar los cojones al resto de
caminantes, con la excepción de las dos ilustres señoritas que nos van a
acompañar y a quienes, por deferencia, tampoco se les debe de tocar la vagina
ni aledaños.
- Amén – Ana tenía que hacer grandes esfuerzos
para no soltar una carcajada.
Articulo Tercero: El Señor
Presidente será el encargado de establecer los itinerarios y el tiempo de
caminar cada día, siendo sometido a votación, diariamente, por si alguno no
estuviera de acuerdo. En el caso que tal cosa ocurriera u ocurriese, se
disminuirán los kilómetros en razón del número de aquellos que no estén de
acuerdo, estableciendo como límite mínimo doce kilómetros diarios, siendo
imprescindible el consenso. Las minorias, en este caso las doñas que nos
acompañan, tendrán voto doble.
- Amén – a Ana esta cláusula le pareció muy
bien.
Articulo Cuarto: El
recorrido se iniciará en Roncesvalles el día 17 de Junio, sábado y se terminará
cuando sea menester.
- Amen.
Articulo Quinto: Queda
terminantemente prohibido dormir en un albergue de Peregrinos – Juan Olmedo
paseó la vista por los presentes y no pudo por menos de repetir su opinión –
Sigo diciendo que este artículo es una gilipollez porque ¿alguien piensa que vamos
a llegar a algún albergue antes de media tarde?
- No empecemos a discutir este punto que ya se
decidió el otro día – Manuel Suarez intervino desde el suelo donde estaba
cómodamente sentado entre dos
sillones – se va a hoteles
y se acabó.
- Perdona Manuel, pero el otro día quedamos que
dormiríamos en hostales y en pensiones que siempre sale más barato – la que así
hablo era Olga, la novia de Manuel a la que todos habían conocido a través de
él. Al principio, todos fueron un poco reacios por no pertenecer al estudio,
pero fue el propio Manuel el que les convenció que era una compañera estupenda
y que se encontrarían a gusto con ella. La verdad es que estaba francamente
bien. Hasta el propio Ignacio, como profesional del senderismo, admitió que se
trataba de una mujer muy atractiva y eso que él la miraba desde la perspectiva
de sus muchos años, pero era evidente que la belleza no estaba reñida con las
canas. La envidia era un sentimiento sano e Ignacio la notaba en todos los
poros de su piel. Desde que la conoció, reconocía que era una chica que le
había caído bien y estaba encantado con tan agradable compañía. En ningún caso,
pensaba en la posibilidad de entablar algún tipo de relación, reconocía
íntimamente que estaba muy trabajado y para novias estaba él, pero aquello de
llevar una joven en su expedición le parecía muy bien y le hacía sentirse como
más joven. No era una sensación nueva, hacía años cuando organizó algo
parecido, pero esta vez en Cerdeña, se apuntaron dos “pichoncitos” que fueron
la alegría del viaje. Tenían una libertad en el lenguaje y un remango en la
manera de plantear los temas que siempre lo tenían como embobado. Para empezar,
le llamaban “el señor mayor”, lo que le provocó cierta incomodidad al principio
y sonrisas en definitiva, al admitir, y eso si que fue un ejercicio de
autocrítica, que efectivamente era verdad que era un señor mayor, visto desde
la juventud de los cerca de veinte años, porque les llevaba cerca de treinta
años de diferencia y cualquiera de ellas podía haber sido hija suya. Le
encantaba acercarse a ellas y oir sus conversaciones, se sentía rejuvenecido y
en el fondo de su corazón les agradecía que le hicieran sentirse mas joven.
También es cierto que, en ocasiones se sentía absolutamente ruborizado y lo
disimulaba como podía porque aunque era hombre de mundo, aquello era demasiado
para él. Ellas lo apreciaban y habitualmente cambiaban de conversación
- Ignacio, eh, Ignacio ¿sabes que estamos aquí?
- Si, perdonarme, pero se me había ido el santo
al cielo.
- Bien, después de este inciso continuemos con
los diez articulos consensuados entre los que vamos a hacer el Camino de
Santiago – Juan Olmedo solicitó silencio y atención - pensad que la Señorita Ana es la
primera reunión a la que asiste y aunque haya soltado la mosca, que es lo mas
importante, tiene que conocer el resto de condiciones. Sigamos.
Articulo Sexto y para mí
el más importante: vamos a andar, no a correr ni a ganar ninguna competición.
¿Qué tiene usted que decir, señorita Ana?
- ¿Yo? – Ana los miró todavía asombrada con
tanto formulismo – a mí me parece muy bien.
- Pues a mí – Juan Olmedo la interrumpió casi con brusquedad –
me parece muy mal, usted tiene que contestar amén que para eso todavía no es
socia de pleno derecho.
- Perdone, perdone, pero no me dí cuenta.
- Pues preste mas atención, señorita.
- Si señor. Amén.
- Bien, continuemos
Articulo Séptimo: Se hará
un fondo que se irá reponiendo según se vaya acabando. Para evitar problemas
las copas se pagará cada uno las suyas, sobre todo yo que soy el que mas bebe.
Articulo Octavo: Se
establecerán puntos de encuentro a lo largo de cada trayecto y todos estaremos
obligados a esperar a los mas rezagados.
Articulo Noveno: Si queda
fondo, al llegar a Santiago dormiremos como curas en el Hostal de los Reyes
Católicos.
- ¿Y si no llega el fondo? – Ana preguntó con
su candidez habitual.
- Pues entonces se decidirá
- ¿Cómo que se decidirá? Ni hablar, – Manuel
hablaba como sorprendido- quedamos en que ese día lo pagabas tú ¿te acuerdas?
- Bueno, bien, de eso ya hablaremos. Primero
hay que llegar y después todo se arreglará y vamos ya con el décimo y último
artículo de esta casi Constitución Nacional. A pesar de todo lo expuesto
anteriormente y teniendo en cuenta que ninguno de nosotros es político, todos y
cada uno de estos artículos pueden ser modificados en cualquier momento,
excepto el primero.
- Señorita, algo que decir.
-Perdone, amén.
- Bien, leídos los articulos y estando todos de
acuerdo, solo nos queda admitir, si se considera pertinente a la Srta Ana Segura como
miembro de hecho y por supuesto el último requisito que es que, como hemos
hecho todos, nos explique porqué quiere hacer el Camino , eso sí en posición de
máximo acercamiento a la tierra es decir tumbada a todo lo largo. Proceda
Ana se tumbó en el suelo
con facilidad y en dos minutos explicó sus intenciones:
- Puede que os parezca mentira, pero desde hace
por lo menos siete u ocho años estoy pensando en llegar a Santiago desde
Roncesvalles y para eso necesitaba compañía y vosotros me la dais. Justo lo que
buscaba, creo que nos vamos a llevar muy bien y se cumplirán mis sueños y
quiero hacer el Camino porque, aunque parezca una tontería, necesito mirar
hacia mi interior y por lo que he podido leer, eso es muy fácil en treinta y
tantos días caminando y yo, por lo menos, no digo que los demás no puedan, pero
yo no tengo tiempo de pararme y pensar y si lo tengo no lo aprovecho, que al
final es lo mismo. En fín, quizás todo esto suena a un poco cursi, pero eso es
lo que pienso.
Todos los que habian
decidido hacer el Camino, se miraron y en el fondo sabían que a todos les
pasaba igual o muy parecido y aunque lo disimulaban con fórmulas divertidas,
todos, absolutamente todos, estaban muy ilusionados.
Ya hemos vuelto a la normalidad semanal; a ver si dura...
ResponderEliminarQue buena panda hacen !!!. Me encantan los estatutos ... Muy divertido y alegre. Veamos que nos espera.
Estoy un poco desilusionada porque seguimos siendo un trío de dos: el autor y dos seguidores. ¿Qué pasa con el resto?. Ánimo !!!!. Con saludar es suficiente.
Besos a todos y hasta la próxima semana
Merce
Aquí estoy, el segundo del trío de dos. Aunque estoy en La Coruña ya me considero incorporado al grupo.
ResponderEliminarEl comienzo del Camino de Santiago no está mal, buen grupo y buen ambiente. Esperemos que acaben bien.
Feliz Camino y hasta el próximo capítulo.
Un abrazo a todos