viernes, 6 de julio de 2012

LA ENFERMERA RURAL CAPITULO 4


Queridos blogueros/as: Otro fin de semana mas y otro que os envío el siguiente capitulo de la Enfermera Rural que tiene pinta de irse animando poco a poco porque si no, vaya rollo. No tengo ni idea de como hice, en su momento, la separación de los capitulos, pero este me da la impresión que ha quedado como un poco corto, pero, en fin, sabe Dios en que estaría pensando.
Aunque no os lo creáis yo voy pasando al blog capitulo a capítulo y no tengo ni idea de los que viene detrás, o sea que tengo la misma preocupación que vosotros ¿se liará con el peluquero? .......
Un abrazo para todos y hasta la próxima
Tino Belas


CAPITULO 4.-

Lo mejor que le puede pasar a un habitante de un pueblo pequeño es tener algo que hacer distinto a lo habitual y eso era lo que les había ocurrido a los tres amigos, o sea , que sin tiempo que perder pagaron las consumiciones, cada uno lo suyo que era la única  manera de evitar problemas y la forma habitual de hacerlo y cuando las estrellas hicieron su aparición en el cielo, se encaminaron al “Hostal García” un modesto establecimiento con doce habitaciones y una “suite” con jacuzzi y sábanas de hilo que dejaban a aquellos que celebrasen su boda en alguno de sus inmejorables salones, según rezaba la propaganda que circulaba por el pueblo. La puerta estaba cerrada, pero sabían que Tomás los veía desde una cristalera situada a la derecha por lo que esperaron a que hiciese su aparición por la puerta y efectivamente así fue.

A los pocos segundos sonó la cerradura y la puerta se abrió. Allí estaba Tomás ajustándose el cinturón de cuero que rodeaba su fina cintura y tratando de peinarse con una mano llena de anillos de oro. Una camisa negra abierta dejando ver un tórax fuerte adornado con una cadena también de oro que servía para sujetar un espectacular crucifijo con diamantes en los extremos de la cruz, unos vaqueros ajustados y unas botas negras con una especie de espuelas en los talones y una llamativa puntera constituían el resto del vestuario de lo que se denomina en castellano un chulo que encima se dedicaba al negocio de la prostitución y así, entre turno y turno en la recepción del Hostal García,  protegía con mano férrea a las prostitutas y las animaba a ejercer su profesión con una sonrisa que resultara atractiva para los clientes. Presumía de ganar mucho dinero con el trabajo discontinuo, es decir, con el de las prostitutas pero ¿Cuál iba a ser su futuro? ¿Alguien lo sabía? ¿Cuanto tiempo duraría el negocio de Villa Felicidad con las palomitas rusas revoloteando por sus salones? Como hombre previsor que era, prefería pájaro en mano que ciento volando y así, en las horas que permanecía en la recepción del Hostal disponía del tiempo necesario para dedicarse a su gran afición que era la lectura de novelas de Corin Tellado, novelas románticas con final feliz que cambiaba en las viejas librerías de la ciudad. Era, a su manera,  un relaciones públicas, era simpático, dicharachero y amable cuando quería y resultaba un hombre fácil para ser amigo. Eso si, como le llevaras la contraria te ponía la proa y se volvía un hombre odioso.

Naturalmente que Tomás conocía todo sobre la chica y su hijo que estaban alojados en el Hostal. Se llamaba Sofía, Sofía Rotario Lopez, era de Soria aunque con dieciocho  años se había ido a Madrid a estudiar para enfermera, luego se había apuntado a una ONG y había recorrido medio mundo y ahora, de vuelta a Madrid, estaba trabajando en el Hospital Puerta de Hierro y  venía al pueblo por si le podía interesar el puesto que se ofrecía. Tenía cita con el Alcalde mañana por la mañana y en ese momento ya estaba en la habitación. Habían tomado un sándwich en la cafetería y eso es todo lo que sabía

-  ¿Desean saber algo más los señores? – preguntó Tomás con una sonrisa
-  Eres una máquina –contestó Lorenzo – si no fuera por ti no sabríamos nada de la rubia amiga de Jesús
-  ¿Es amiga tuya?
-  ¡Que va! Cosas de Lorenzo, ya sabes como es. La he visto en la peluquería mientras le cortaba el pelo al niño pero nada mas.
-  Es verdad – Tomás se acordó que había sido él , el que le dijo donde podían cortarle el pelo al niño – no me acordaba, o sea que, Jesús me debes una caña que para eso te he mandado un cliente
-  Eso está hecho.
-  Tomas, perdona – ahora le tocaba el turno de preguntas a Mario - ¿sabes si se va a quedar mas días?
-  No lo se, pero viene a hablar con el Alcalde  y hasta que no lo haga supongo que no sabrá el tiempo que tiene que estar
¿Y el niño?
-  Eso mismo le he preguntado yo y me ha dicho que no tenía con quien dejarlo y que por eso ha venido acompañándola.
-  ¿No tiene marido?
-  La verdad es que no se lo he preguntado, pero parece, por puro sentido común, que no debe de tenerlo porque para venirse por las buenas a un pueblo de mala muerte como éste, es que no tiene a nadie detrás ¿no os parece?
-  Si – contestó Jesús – tienes razón pero ya sabes que por el mundo adelante hay gente muy rara y a lo mejor ¿cómo has dicho que se llama?
-  Sofía, Sofía Rotario  – afirmó Tomás mientras sostenía su DNI en la mano derecha.
-  Pues a lo mejor la tal Sofía es una de ellas.
-  O tiene un pasado oscuro que quiere olvidar ¿no sería mas intrigante?- Lorenzo se relamía de gusto pensando en algún asunto truculento para conmocionar al pueblo
-  Tu si que tienes un pasado oscuro. Mira que las cosas que se te ocurren
-  ¡Que pasa! ¿No podría ser?

-  Por poder, también podría ser una asesina de doscientos ancianos buscada por la INTERPOL, pero eso solo pasa en las películas. Lo normal es que sea una chica corriente que busca trabajo en un pueblo y nada mas – Mario trataba de llevar las cosas a su sitio sin buscarle tres pies al gato.
-  Venga, dejémonos de decir gilipolleces y vámonos a dormir que mañana hay que madrugar.
-  Hasta mañana Tomás y gracias por todo
-  Hasta mañana. Buenas noches – Tomás apagó las luces, cerró la puerta con llave y se metió en la recepción a ver un rato la televisión y luego dormirse en un sillón.

Sofía apoyó la cabeza en la almohada de la cama del Hostal García y pasados pocos segundos se dio cuenta que hoy la tocaba llorar. Si, si, llorar, con motivo o sin motivo pero le tocaba llorar. No era ninguna novedad porque en muchas ocasiones le había ocurrido lo mismo y siempre por mirar atrás, pero ¿que podía hacer? Su vida había sido hasta entonces como había sido y ya no existía la menor posibilidad de cambiarla. Había tenido, se supone que como todo el mundo, momentos buenos y momento malos, pero era ella la que se los había buscado. Había sido muy feliz y muy desgraciada y en las horas de insomnio siempre hacía un recorrido rápido por las diferentes situaciones. Todo empezó cuando.........

4 comentarios:

  1. El Tío Javier Belas7 de julio de 2012, 3:17

    Este capítulo no me ha aclarado nada pero insisto en que la enfermera se va a liar con el peluquero. Espero que ocurra en el siguiente capítulo.

    ResponderEliminar
  2. Este capitulo es de los que yo llamo de transición...No aclara nada ni presupone nada; ahí está. Da datos (que no es poco)
    Bueno, esperemos al siguiente
    AH !!! : genial la descripción del tal Tomás. Parece que lo estoy viendo.
    Vamos a por el siguiente.....

    ResponderEliminar
  3. Se me olvidaba: Tino, tienes que corregir tu biografía. Ya tienes 3 nietos (no dos). Marta se puede enfadar.

    ResponderEliminar
  4. Un capitulo con poca "chicha" esperando ansiosa el siguiente. Mañana nos vamos de vacaciones a Cartagena, playita y a descansar. Besos.

    ResponderEliminar