Queridos blogueros/as: Otro fin de semana mas y otro que os envío el siguiente capitulo de la Enfermera Rural que tiene pinta de irse animando poco a poco porque si no, vaya rollo. No tengo ni idea de como hice, en su momento, la separación de los capitulos, pero este me da la impresión que ha quedado como un poco corto, pero, en fin, sabe Dios en que estaría pensando.
Aunque no os lo creáis yo voy pasando al blog capitulo a capítulo y no tengo ni idea de los que viene detrás, o sea que tengo la misma preocupación que vosotros ¿se liará con el peluquero? .......
Un abrazo para todos y hasta la próxima
Tino Belas
CAPITULO
4.-
Lo
mejor que le puede pasar a un habitante de un pueblo pequeño es tener algo que
hacer distinto a lo habitual y eso era lo que les había ocurrido a los tres
amigos, o sea , que sin tiempo que perder pagaron las consumiciones, cada uno
lo suyo que era la única manera de
evitar problemas y la forma habitual de hacerlo y cuando las estrellas hicieron
su aparición en el cielo, se encaminaron al “Hostal García” un modesto
establecimiento con doce habitaciones y una “suite” con jacuzzi y sábanas de
hilo que dejaban a aquellos que celebrasen su boda en alguno de sus
inmejorables salones, según rezaba la propaganda que circulaba por el pueblo.
La puerta estaba cerrada, pero sabían que Tomás los veía desde una cristalera
situada a la derecha por lo que esperaron a que hiciese su aparición por la
puerta y efectivamente así fue.
A los
pocos segundos sonó la cerradura y la puerta se abrió. Allí estaba Tomás
ajustándose el cinturón de cuero que rodeaba su fina cintura y tratando de
peinarse con una mano llena de anillos de oro. Una camisa negra abierta dejando
ver un tórax fuerte adornado con una cadena también de oro que servía para
sujetar un espectacular crucifijo con diamantes en los extremos de la cruz,
unos vaqueros ajustados y unas botas negras con una especie de espuelas en los
talones y una llamativa puntera constituían el resto del vestuario de lo que se
denomina en castellano un chulo que encima se dedicaba al negocio de la
prostitución y así, entre turno y turno en la recepción del Hostal García, protegía con mano férrea a las prostitutas y
las animaba a ejercer su profesión con una sonrisa que resultara atractiva para
los clientes. Presumía de ganar mucho dinero con el trabajo discontinuo, es
decir, con el de las prostitutas pero ¿Cuál iba a ser su futuro? ¿Alguien lo
sabía? ¿Cuanto tiempo duraría el negocio de Villa Felicidad con las palomitas
rusas revoloteando por sus salones? Como hombre previsor que era, prefería
pájaro en mano que ciento volando y así, en las horas que permanecía en la
recepción del Hostal disponía del tiempo necesario para dedicarse a su gran
afición que era la lectura de novelas de Corin Tellado, novelas románticas con
final feliz que cambiaba en las viejas librerías de la ciudad. Era, a su
manera, un relaciones públicas, era
simpático, dicharachero y amable cuando quería y resultaba un hombre fácil para
ser amigo. Eso si, como le llevaras la contraria te ponía la proa y se volvía
un hombre odioso.
Naturalmente
que Tomás conocía todo sobre la chica y su hijo que estaban alojados en el
Hostal. Se llamaba Sofía, Sofía Rotario Lopez, era de Soria aunque con
dieciocho años se había ido a Madrid a
estudiar para enfermera, luego se había apuntado a una ONG y había recorrido
medio mundo y ahora, de vuelta a Madrid, estaba trabajando en el Hospital
Puerta de Hierro y venía al pueblo por
si le podía interesar el puesto que se ofrecía. Tenía cita con el Alcalde
mañana por la mañana y en ese momento ya estaba en la habitación. Habían tomado
un sándwich en la cafetería y eso es todo lo que sabía
- ¿Desean saber algo más los señores? –
preguntó Tomás con una sonrisa
- Eres una máquina –contestó Lorenzo – si no
fuera por ti no sabríamos nada de la rubia amiga de Jesús
- ¿Es amiga tuya?
- ¡Que va! Cosas de Lorenzo, ya sabes como es.
La he visto en la peluquería mientras le cortaba el pelo al niño pero nada mas.
- Es verdad – Tomás se acordó que había sido él
, el que le dijo donde podían cortarle el pelo al niño – no me acordaba, o sea
que, Jesús me debes una caña que para eso te he mandado un cliente
- Eso está hecho.
- Tomas, perdona – ahora le tocaba el turno de
preguntas a Mario - ¿sabes si se va a quedar mas días?
- No lo se, pero viene a hablar con el
Alcalde y hasta que no lo haga supongo
que no sabrá el tiempo que tiene que estar
¿Y el
niño?
- Eso mismo le he preguntado yo y me ha dicho
que no tenía con quien dejarlo y que por eso ha venido acompañándola.
- ¿No tiene marido?
- La verdad es que no se lo he preguntado, pero
parece, por puro sentido común, que no debe de tenerlo porque para venirse por
las buenas a un pueblo de mala muerte como éste, es que no tiene a nadie detrás
¿no os parece?
- Si – contestó Jesús – tienes razón pero ya
sabes que por el mundo adelante hay gente muy rara y a lo mejor ¿cómo has dicho
que se llama?
- Sofía, Sofía Rotario – afirmó Tomás mientras sostenía su DNI en la
mano derecha.
- Pues a lo mejor la tal Sofía es una de ellas.
- O tiene un pasado oscuro que quiere olvidar
¿no sería mas intrigante?- Lorenzo se relamía de gusto pensando en algún asunto
truculento para conmocionar al pueblo
- Tu si que tienes un pasado oscuro. Mira que
las cosas que se te ocurren
- ¡Que pasa! ¿No podría ser?
- Por poder, también podría ser una asesina de
doscientos ancianos buscada por la INTERPOL, pero eso solo pasa en las
películas. Lo normal es que sea una chica corriente que busca trabajo en un
pueblo y nada mas – Mario trataba de llevar las cosas a su sitio sin buscarle
tres pies al gato.
- Venga, dejémonos de decir gilipolleces y
vámonos a dormir que mañana hay que madrugar.
- Hasta mañana Tomás y gracias por todo
- Hasta mañana. Buenas noches – Tomás apagó las
luces, cerró la puerta con llave y se metió en la recepción a ver un rato la
televisión y luego dormirse en un sillón.
Sofía
apoyó la cabeza en la almohada de la cama del Hostal García y pasados pocos
segundos se dio cuenta que hoy la tocaba llorar. Si, si, llorar, con motivo o
sin motivo pero le tocaba llorar. No era ninguna novedad porque en muchas
ocasiones le había ocurrido lo mismo y siempre por mirar atrás, pero ¿que podía
hacer? Su vida había sido hasta entonces como había sido y ya no existía la menor
posibilidad de cambiarla. Había tenido, se supone que como todo el mundo,
momentos buenos y momento malos, pero era ella la que se los había buscado.
Había sido muy feliz y muy desgraciada y en las horas de insomnio siempre hacía
un recorrido rápido por las diferentes situaciones. Todo empezó cuando.........
Este capítulo no me ha aclarado nada pero insisto en que la enfermera se va a liar con el peluquero. Espero que ocurra en el siguiente capítulo.
ResponderEliminarEste capitulo es de los que yo llamo de transición...No aclara nada ni presupone nada; ahí está. Da datos (que no es poco)
ResponderEliminarBueno, esperemos al siguiente
AH !!! : genial la descripción del tal Tomás. Parece que lo estoy viendo.
Vamos a por el siguiente.....
Se me olvidaba: Tino, tienes que corregir tu biografía. Ya tienes 3 nietos (no dos). Marta se puede enfadar.
ResponderEliminarUn capitulo con poca "chicha" esperando ansiosa el siguiente. Mañana nos vamos de vacaciones a Cartagena, playita y a descansar. Besos.
ResponderEliminar