Ahora empieza lo que parece como una homilía. Es muy fácil, poneros en situación, imaginarme con sotana, subido en un púlpito de esos de antes diciendo:
Queridos hermanos: En el capitulo ocho que os propongo como tema para meditar esta semana, vuestro hermano Tino os propone algunas reflexiones, que no os puedo decir cuales porque he leído el capitulo así como por encima y como está escrito hace años, no me acuerdo muy bien de que va, pero de todas maneras, mis queridos hermanos, meditar porque el camino es largo pero la recompensa será mucha. Id por los caminos y a todos los cojos, mancos, sordos, ciegos etc...etc (casi mejor que os vayáis a la puerta de La Paz y acabáis antes) mostrarle las enseñanzas de este capítulo para mayor gloria de Dios Nuestro Señor (no sigo que acabaré diciendo alguna herejía)
Un abrazo para los cuatro y si aparece alguien mas, pues también para ese/a desconocido y que lo paséis bien
Tino Belas.
CAPITULO 8.- UN ALEVIN DE ESCRITOR ANDANDO Y PENSANDO.-
Nuestro protagonista, aunque parezca lo contrario, no era un hombre especialmente solitario aunque era evidente que disfrutaba de aquellos momentos como el que mas, pero siempre pensaba que la felicidad compartida era mucho mejor e incluso menos egoísta porque al fin y al cabo ¿porqué iba a disfrutar él solo? Lo que ocurría es que la experiencia le dictaba que o paseaba solo o no paseaba. Si tenía que estar pendiente si llovía o no, si hacía viento o si hacía frío o mil avatares metereológicos para que Tere fuera con él, todos los días habría alguna excusa para no andar por el monte.
El andar solo tenía la ventaja de disponer de muchas horas para pensar en lo que fuera, en cualquier cosa e incluso había días en que después de cuatro horas de caminata, no era capaz de recordar en lo que había pensado ¿podría ser que no hubiera pensado en nada? No, no creo que sea así. Lo que ocurre es que los pensamientos afloran muy deprisa y si no sabes apaciguarlos de alguna manera, se van igual que han venido.
¡Que distintas se ven las cosas estando relajado, sentado en lo alto de un pico en el quinto infierno, sin la presión de los pacientes! ¿verdad? El Dr. Belascoain era consciente de cuanto disfrutaba de estos momentos y por eso siempre que podía trataba de repetirlos. Siempre pensaba en plan positivo, las ideas eran buenas y continuamente estaba dándole vueltas a su cabeza para inventarse nuevas historias para futuras novelas.
Faustino Belascoain era escritor como muchos Médicos, escribía mal como la mayoría pero escribía mucho, casi a diario y curiosamente mas en Madrid donde, teóricamente, disponía de menos tiempo. Le encantaba inventarse historias de situaciones que no había vivido, pero al final siempre acababa siendo él y sus circunstancias.
Entre las muchas barbaridades que se le habían ocurrido figuraba en primer lugar escribir sus memorias que las había titulado “Memorias de un tío normal”. Había empezado, es verdad, pero íntimamente sabía que no las iba a terminar nunca. No tenía ninguna razón para que eso fuera así, o a lo mejor si porque un escritor malo como era el caso, no podía reflejar en un papel todos sus sentimientos, no por no tenerlos sino por no saberlos reflejar y entonces suponía que algunas cosas no se iban a entender y para eso era mejor ni mencionarlas.
En el fondo era consciente que eso eran excusas y que se trataba de un problema, puro y duro, de valentía, de llamar a las cosas por su nombre y sabía que al igual que ocurre en la vida diaria, hay algunas cosas, tampoco tantas, que era mejor callárselas y cosas por el estilo, aunque muchas veces se planteara hacerlo convencido como estaba que esas memorias iban a ser leídas por muy poca gente.
Por los cajones de su escritorio en Madrid, un viejo escritorio de caoba regalo de su abuelo, se encontraban desperdigadas como si de migas de pan se tratasen, montones de cuadernillos, carpetas de todos los tamaños y formas en las que apuntaba, sin orden ni concierto, historias, chismes, cuentos, anécdotas, la mayoría sin acabar y muchas con un final como muy precipitado no por la falta de imaginación del autor, que sería lo normal sino por las necesidades propias de espacio que le otorga una libreta. Escribía en las libretas de los laboratorios donde tenía que escribir con letra pequeña para que todas las ideas tuvieran su espacio, en cuadernos que le regalaban , en hojas sueltas. Escribía donde fuese ¡que mas daba! Querer es poder se aplicaba con sus propias convicciones y no era raro encontrarle en cualquier lugar tomando notas en una servilleta, en trozos de papel, en los márgenes de las hojas de los periódicos que almacenaba por todos los bolsillos y en algunas ocasiones los plasmaba en alguno de sus escritos.
Trataba de seguir un consejo que había leído en algún sitio y no era otro que para un principiante lo mas importante era escribir, escribir y escribir y cuando tuviera algo de tiempo, escribir. No importaban los temas ni tampoco si llenaban o no su cerebro. Daba un poco igual que las ideas fueran buenas o malas, mejor que fueran buenas, pero todas servían para hacer el ejercicio de comenzar una novela y tampoco importaba que el escribir fuera un arte, si escribía bien, mejor que mejor, pero a base de entrenar, como los buenos deportistas, las metas iban cayendo una tras otra y las palabras iban fluyendo a través de la pluma primero como una cascada sin control y posteriormente ya de una manera mas sosegada.
Algo de escritor debía de tener nuestro caminante porque, igual que los profesionales, unos días escribía bien y otros mal. Días que, a lo mejor, en medio de la consulta, mientras iba y venía viendo las curas de diferentes pacientes, escribía con facilidad y otros en que rodeado de todo lo que hay que tener para que la inspiración acuda como llamada por un cornetín, pues ese día no le salían ni dos palabras.
Tenía una costumbre curiosa que nunca la había oído en otros escritores, siempre que le regalaban una pluma, lo que ocurría con escasa frecuencia y menos mal por lo que viene a continuación, escribía algún cuento o alguna historia y procuraba que los cuadernos o las libretas no fueran muy gordos para evitar tener que alargar el argumento de manera innecesaria hasta llenar todas las hojas. Esto le suponía escribir las cosas dos veces, primero a mano y posteriormente en el ordenador por aquello de que alguien las pudiera leer con facilidad, cosa que no ocurría casi nunca, pero él continuaba erre que erre con pasar todo lo escrito. En fin, una manera de perder el tiempo como otra cualquiera y encima no copiaba de manera literal con lo cual todavía era mas pérdida de tiempo. Para eso mas le valía escribir un guión en cada libreta y acababa antes. Eso lo había pensado muchas veces pero nunca lo hacía.
Era un escritor poco constante. Sabía que para llegar a ser alguien en el mundo de las letras debería convertirse en un profesional de la escritura de tal manera que lo mismo que se levantaba a las seis y media de la mañana y terminaba su jornada laboral a las nueve de la noche, lo mismo debería hacer con sus escritos. Sin embargo y tambien como argumento a su manera de escribir, intimamente estaba convencido que nunca llegaría a nada y por lo tanto tampoco era necesario que la escritura fuera un sacrificio. Escribía porque le divertía y no había que buscarle tres pies al gato. Alguna vez se le había ocurrido presentar un escrito a algún premio literario pero inmediatamente desechaba la idea porque ¿iba a competir con los profesionales? Editar por su cuenta alguna de sus novelas para enviarla a ser valorada por un jurado era una forma de tirar el dinero y encima se tendría que buscar algún entendido que le ayudara en todas esas presentaciones y no estaba por la labor.
Por otra parte sus escritos eran como un conglomerado de frases, sus cuentos tenían un final feliz o no dependiendo, como siempre del tamaño del cuaderno donde lo estuviera escribiendo, y las novelas no es que estuvieran poco trabajadas, es que no estaban y en mas de una ocasión se había encontrado que el protagonista que era un señor casado y bien casado y se había convertido, por arte de magia, en un soltero de oro y eso era como consecuencia de no plantearse el argumento con anterioridad.
Faustino empezaba a escribir y si se le ocurrían cosas, las iba metiendo con calzador hasta que quedasen ensambladas como si de piezas de un puzzle se tratasen. Esta era una de las razones por la que no se podía plantear nada a largo plazo ya que al no tener algo parecido a un guión, los personajes eran tan cambiantes que se veía en la obligación de releer lo escrito antes de continuar.
Ya me he puesto al día, este capitulo ha sido una reflexión sobre tus dotes de escritor.Da igual que tengas guión o no tú sigue escribiendo todos los sábados, tús cuatro seguidores te seguiremos leyendo.Yo intentaré ir al día pues si no me tengo que leer todos de golpe. Besos.
ResponderEliminar¡¡ Enhorabuiena a Africa, Tito y futuros abuelos, tíos y demás familia !!!!
ResponderEliminarMira por donde, gracias al blog, uno se entera de buenísimas noticias. Recuerdo cun muchísimo agrado la boda de Marbella; fue guayyyyy.
El preámbulo es totalmente de Cantinflas: parece que le esty viendo en esa pélícula que hace de cura (o se disfraza, no me acuerdo); me parto....jajejijoju....
Y hoy nos toca profundizar en tus métodos literarios; está muy bien; ye venía yo percibiendo que lo tuyo es enredar lo más posible y, eres tan minucioso, que te lías con la historia y cuando quieres retomar, al casado le vuelves soltero y, a la mujer, hombre.
Lo que yo vengo diciendo hace tiempo: preséntate a un premio literario...Lo ganas seguro; eres de lo más original.
Hasta el domingo que viene. Cuida de ese nuevo embarazo
¡¡Muchas Gracias Merce!!
ResponderEliminarTe puedes imaginar lo contentos que estamos!!
Como veis, los que íbamos retrasados nos hemos dado prisa en leer éste y dejar nuestro comentario para quitarnos la espinita. Tío Javier, date prisa que sino en el próximo prologo te van a dar por todos lados :)
Yo éste me lo he leído desde el móvil, sentado en el parque al solecito mientras el perro se paseaba solo al rededor mío. Como dicen los cantautores, éste es el capitulo mas "intimista" y si lo llego a saber, usamos ésto como presentación, para que la gente sepa quien eres y cuando, como y por qué escribes.
Ala, a por el siguiente que yo ya estoy al día :)
Cuantos capítulos quedan de ésta? Todavía muchos no?
Un beso a todos!!
Esta vez me he retrasado en escribir mi opinión.
ResponderEliminarMe han gustado mucho tus reflexiones sobre tu evolución como escritor. Como bien dices lo que hay que hacer es escribir, escribir y escribir, por que te gusta y te lo pasas bien. Así han empezado todos los escritores y por qué no, muchos han llegado a publicar sus escritos. Este blog es el principio del éxito, estoy seguro. Nosotros lo que haremos es leer, leer y leer, porque nos lo pasamos muy bien.
Un abrazo