Queridos bloggeros/as: Ayer oí un anuncio por la radio que era algo así como los miercolinis no se que, los viernes toca pasta y los sábados ¿que pasa los sábados? nueva entrada en el blog y como hoy es sábado pues toca y para no aburrios en exceso os envío el último capitulo del Loco y esta historia se acabó.
La semana que viene aprovechando que es Navidad y como creo que ya os dije, intentaré buscar algún cuento para celebrarlo y a partir de la otra íré publicando (¡en el blog se publica o se edita? en el fondo me da lo mismo) una nueva novela que a mi me parece que es mejor que las anteriores. Es un paseo por Cedeira, se puede decir que es un paseo autobiográfico porque voy escribiendo cosas mías que, como siempre, unas son verdad y otras inventadas y cada uno que descubra cuales son unas y cuales otras. Aviso que hay una parte, no me acuerdo en que capitulo, que es así como un poco verde, no porno ¡hombre eso no! pero así como picantona. Estuve pensando si quitarla pero perdía mucho el relato, entre otras cosas porque me acuerdo como si fuera ahora mismo y de eso hace ya unos años, que me lo pasé muy bien inventándome, esta vez si que es todo inventado, el ambiente y lo que ocurría en el interior de un club de esos de carretera que, por aquello de la educación recibida por parte de my family no me quedó mas remedio que llamarle "Juan Sebastian Elcano"
En fin, todo se andará
Un abrazo
Tino
(milagro: se ha vuelto a cambiar la letra y esta hay que verla con lupa, no con la perra de Tito que también se llama así si no con un instrumento que sirve para ver las cosas mas grandes. ¡Vaya lío! y encima este invento del ordenador dice que revise el spam de blogger ¡¡¡con dos cojones que diría un castizo!!!. Bueno adiós)
En fin, todo se andará
Un abrazo
Tino
(milagro: se ha vuelto a cambiar la letra y esta hay que verla con lupa, no con la perra de Tito que también se llama así si no con un instrumento que sirve para ver las cosas mas grandes. ¡Vaya lío! y encima este invento del ordenador dice que revise el spam de blogger ¡¡¡con dos cojones que diría un castizo!!!. Bueno adiós)
CAPITULO 6
El sol se ocultó detrás del horizonte y la luna hizo su entrada triunfal. Desde la puerta del bar se apreciaba como el día se iba marchando
- Uno menos. sentenció el Alcalde, mientras que el hijo afirmaba
- Uno más.
Por la cabeza de D. Cesáreo, que se había retirado a su casa con la excusa que se estaba haciendo de noche, pasaron las puestas de sol desde la ventana del psiquiátrico, medio puestas de sol porque la otra media la tapaba la pared que cerraba el recinto. Fueron años de soledad, de sufrimiento porque todos decían que estaba loco, pero él sabía que lo que decía no eran locuras si no verdades como puños, políticamente incorrectas, pero verdades al fin y al cabo.
Se acordaba de aquellos primeros años solo, su familia le había dado de lado porque uno puede padecer cualquier otra enfermedad y no pasa nada, incluso la familia tiende a unirse más, pero tener un padre o un hijo ingresado en un psiquiatrico, esta como mal visto. Incluso para ir de visita, los familiares se inventan mil y unas historias para que los vecinos no se enteren y a los pacientes se les encierra como si la locura fuera una enfermedad contagiosa.
Sin embargo. él sabía que nunca había estado loco, lo sabía y le daban ganas de quitarse la sotana gritar a todo el mundo que Manuel Seoane Castiñeiras, ni era el Inspector Fandiño, ni Cristo que lo fundó, que era un ser vivo, una persona normal y corriente, quizás algo mas listo que la mayoría por aquello de saberse de carrerilla la historia del Deportivo de La Coruña, pero un tipo normal, afable, buena gente, que necesitaba cariño y hasta tal punto era así que sin ningún esfuerzo era capaz de transformarse en D. Cesáreo sin despertar las sospechas de nadie.
Lo acababa de pensar, ¡me salgo de cura! ¡Se acabó! bueno hasta mañana porque tengo confesiones y no puedo dejar abandonados a mis feligreses, pero en cuanto termine cuelgo la sotana y volveré a ser libre como un pájaro. Con ésta ilusión se metió en la cama, intentaba descansar unas horas, pero el empeño resultó imposible. Su cabeza no paraba de dar vueltas y más vueltas como el cemento en una hormigonera. Desde la ventana de la casa del cura se veían las estrellas como un mapa iluminado.
Sus ojos fatigados de tanta farsa, parecían querer cerrarse, pero el fulgor de las estrellas se lo impedían. Incluso, algunas estrellas fugaces le hacían levantar la cabeza de la almohada para seguir su recorrido hasta que terminaba violentamente.
Intentaba recordar los buenos momentos de su vida y todos se veían interrumpidos por la llegada de algún Médico, sus gritos desde la habitación del psiquiátrico eran calmados con una medicación que lo dejaba exhausto y cuando intentaba recuperarse, otra vez el Médico le diagnosticaba un agravamiento de su locura, mas medicación y por lo tanto mas tiempo de permanencia en aquel lugar de locos en el que un cuerdo no se acordaba de nada
Solamente había un tramo de su vida del que se acordaba como si estuviera ocurriendo en este momento. Habían sido cuatro años ¡cuatro años! en que no había salido del estrecho solar del psiquiátrico y sin embargo había sido la época más feliz de su vida, eso seguro.
Había conocido a María Luisa, su Dulcinea del Toboso, al principio mujer fría como ninguna, pero que gracias a su insistencia, se había transformado de tal manera que hasta llegó a demostrarle que ella también le quería. Nunca le había hablado, ni falta que hacía, las palabras expresan sentimientos y ellos los tenían en sus miradas. Recordaba con nitidez como la había tenido que conquistar. Ella, al principio, no parecía especialmente interesada, pero su constancia y perseverancia le llevaron a un triunfo merecido. Fueron muchos días de espera, muchas horas de angustia sin conseguir el más mínimo gesto por su parte. Pero él insistía e insistía.
Cuando, por fin, Luisa movió un dedo, su recuerdo se hacía mas imborrable, llegó la madrugada, las estrellas se fueron del firmamento y otra vez D. Cesáreo, siempre D. Cesáreo, limpió la Iglesia , como todos los días a las ocho de la mañana y a las nueve ya estaba en el confesionario para perdonar los pecados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Permanecía con los ojos cerrados, en actitud como de oración permanente, pero su eterna Dulcinea del Toboso se le aparecía cada segundo caminando lentamente por los estrechos senderos del cerebro. Aparecía y desaparecía como si estuviera jugando a un escondite interminable. D. Cesáreo desplazaba su mano por la madera del confesionario, como aquella primera vez en el banco del parque del psiquiátrico que él había bautizado como el Monte de los Olivos.
(Inciso importante o por lo menos a mi me lo parece : Os recuerdo que toda esta historia está copiada de una libreta por eso todo lo que sigue es interesante)
¡Ahí va! me acabo de dar cuenta que solo queda una hoja de la libreta y tengo que llegar al final en tan poco espacio. Tranqui, escritor de tres al cuarto, no pasa nada que para eso vengo preparando a D. Cesáreo desde hace un rato. Continuamos a bingo.
La madera estaba templada, señal que el verano estaba próximo y la mano del párroco desprendía fuego. De pronto, una sombra se cernía sobre la rejilla de la izquierda del confesionario D. Cesáreo notó como se aceleraba su corazón sin razón aparente. A través de la rejilla no podía saber quien estaba al otro lado, pero sabía, estaba seguro, que alguien había.
- Ave María Purísima - preguntó con voz temblorosa.
La sombra no contestó. El párroco aspiraba su olor, sabía que estaba allí, no la veía pero la intuía. Pensó en abrir la pequeña puerta que le comunicaba con el mundo y abrazarla, pero prefirió seguir sentado en su incómoda tabla. D. Cesáreo sonreía, sabía que le hablaría y en pocos segundos la sombra le dijo:
¡¡¡¡¡¡¡¡Estás locoooooooooooo!!!!!!!!
PUNTO Y FINAL .-
Querida Blanca:
Como coincide con tu treinta y tantos cumpleaños, éste va a ser mi regalo. Espero que te haya gustado.
Al final, como me pasa siempre, lo he copiado en el ordenador y si me da por ahí y con tu permiso, lo pasaré a los Belascoaines y a todo aquel que quiera para que lo lean si les apetece.
Confieso, pero fuera del confesionario de D. Cesáreo, que me lo he pasado francamente bien escribiendo. Fíjate si me habrá gustado que seguiría con una segunda libreta, o sea con una segunda parte, pero, de momento estoy escribiendo otra cosa que seguro que te va a gustar mas, pero esa otra novela si que es larga y se hará de rogar todavía un poco.
En fin, hasta la próxima
Un beso
Final inesperado !!!!!!. Bueno, sin palabras me he quedado...Eres genial Tino; que imaginación y capacidad para contar cosas por escrito. Eres minucioso, descriptivo, detallista..
ResponderEliminarAsombrada me tienes.
Bravo !!!!
Como era esperado, el final ha sido inesperado. Juego de palabras que es posible que solo lo entienda yo. Me ha gustado mucho el cuento de " El loco " Ahora a esperar el siguiente trabajo.
ResponderEliminarPor cierto me he metido en el Diccionario de la Lengua y entiendo que editar es publicar y publicar es difundir de manera que tranquilo que yo creo que es lo mismo. Voy a tratar de publicar o difundir este comentario.
Por fin he podido leerme el final!!
ResponderEliminarLo mejor, la última frase para resumir ¡ESTAS LOCO!
Voy a leerme el de los partos que iba un poco retrasado, pero hoy tengo tiempo para ponerme al día.